II.— HISTORIAS PATRIARCALES (12—50)
Ciclo de Abrahán (12,1—25,18)
Dios llama a Abrán


1
El Señor dijo a Abrán:
Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y dirígete a la tierra que yo te mostraré.
2
Te convertiré en una gran nación, te bendeciré y haré famoso tu nombre, y servirás de bendición para otros.
3
Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan.
¡En ti serán benditas todas las familias de la tierra!
4
Abrán partió, como le había ordenado el Señor, y con él marchó también Lot.
Tenía Abrán setenta y cinco años cuando salió de Jarán.
5
Abrán llevó consigo a Saray, su mujer, y a su sobrino Lot, junto con todos los bienes que poseían y con todos los esclavos que habían adquirido en Jarán, y se encaminaron hacia la tierra de Canaán.
Cuando llegaron,
6
Abrán atravesó toda la región hasta Siquén, llegando hasta la encina de Moré.
(Por aquel entonces los cananeos habitaban en el país).
7
El Señor se apareció a Abrán y le dijo:
— Yo daré esta tierra a tu descendencia.
Entonces Abrán erigió allí un altar al Señor, porque se le había aparecido.
8
De allí se dirigió a la zona montañosa, al este de Betel, y allí montó su tienda, teniendo Betel al oeste y Ay al este.
En aquel lugar erigió un altar al Señor e invocó allí su nombre.
9
Después, por etapas, Abrán continuó avanzando hacia el Négueb.


Abrán en Egipto

10
Pero sobrevino una hambruna en aquella región y, como el hambre apretaba, Abrán bajó a Egipto para establecerse allí.
11
Cuando ya estaba llegando a Egipto, Abrán dijo a Saray, su mujer:
— Es evidente que eres una mujer muy bella;
12
cuando te vean los egipcios, dirán: “Es su mujer”, por lo que a mí me matarán y a ti te dejarán con vida.
13
Di, por favor, que eres mi hermana;
de este modo me tratarán bien por consideración a ti, y podré salvar la vida.
14
Cuando Abrán llegó a Egipto, los egipcios descubrieron, en efecto, lo hermosa que era Saray.
15
También la vieron algunos oficiales del faraón y se la ponderaron tanto al faraón que la mujer fue llevada a su palacio.
16
Por consideración a ella, Abrán recibió un excelente trato, además de ovejas, vacas y asnos, siervos y siervas, asnas y camellos.
17
Pero el Señor castigó al faraón y a su corte con grandes plagas por lo de Saray, la mujer de Abrán.
18
Así que el faraón llamó a Abrán y le dijo:
— ¿Qué me has hecho? ¿Por qué no me dijiste que era tu mujer?
19
¿Por qué dijiste que era tu hermana, dando lugar a que yo la tomara por esposa? Ahí tienes a tu mujer;
tómala y márchate.
20
Acto seguido el faraón ordenó a los suyos que expulsaran a aquel hombre junto con su mujer y sus posesiones.