- Segundo canto del Siervo.
- 1
- Escuchadme, costas remotas,
atended, pueblos lejanos. Ya en el vientre me llamó el Señor, en el seno materno pronunció mi nombre.
- 2
- Hizo de mi boca espada afilada,
me ocultó al amparo de su mano; hizo de mí una flecha puntiaguda, me puso dentro de su aljaba.
- 3
- Me dijo: Tú eres mi siervo, Israel,
en ti va a resplandecer mi gloria.
- 4
- Pero yo pensaba: “En vano he trabajado,
en viento y por nada he malgastado mis fuerzas”; sin embargo, mi causa la llevaba el Señor, mi recompensa dependía de mi Dios.
- 5
- Y ahora así dice el Señor,
que me hizo su siervo ya en el vientre, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel (fui valioso a los ojos del Señor, mi Dios fue mi fuerza):
- 6
- Es muy poco que seas mi siervo
para restaurar a las tribus de Jacob y reconducir al resto de Israel. Voy a hacerte luz de las naciones para que llegue mi salvación hasta el confín de la tierra.
Maravillosa vuelta de los deportados
- 7
- Así dice el Señor,
redentor y Santo de Israel, al que ha sido despreciado y aborrecido de las naciones, al esclavo de los opresores: Los reyes lo verán y se pondrán de pie, los príncipes se postrarán humillados, a causa del Señor, que es fiel, del Santo de Israel, que te ha elegido.
- 8
- Así dice el Señor:
Te he respondido en el momento adecuado, te he auxiliado el día de la victoria; te formo, te convierto en alianza del pueblo, para que restaures el país y repartas heredades devastadas;
- 9
- para que digas a los prisioneros: “Salid”,
y a los que están en tinieblas: “Apareced”. Pastarán por todos los caminos, tendrán pasto en todas las dunas.
- 10
- No pasarán hambre ni sed,
no los herirá el calor del sol; pues los guía el compasivo, los conduce junto a manantiales.
- 11
- Convertiré los montes en camino,
elevaré el nivel de los senderos.
- 12
- Mirad, ya llegan de lejos:
unos del norte y del oeste, otros del país de Siene.
Himno de alabanza
- 13
- Festéjalo, cielo;
alégrate, tierra. Estallad, montes, en aclamaciones, que el Señor consuela a su pueblo, tiene compasión de sus desgraciados.
El Señor, madre y defensa de Sión
- 14
- Decía Sión: “Me ha dejado el Señor,
mi Dios se ha olvidado de mí”.
- 15
- ¿Se olvida una madre de su criatura,
deja de amar al hijo de sus entrañas? Pues aunque una madre se olvidara, yo jamás me olvidaré.
- 16
- Aquí estás, tatuada en mis palmas,
tengo siempre a la vista tus murallas;
- 17
- quienes te reconstruyen se dan más prisa
que aquellos que te destruyeron; los que te asolaban se alejan de ti.
- 18
- Alza en torno tus ojos y mira,
todos se reúnen y vienen a ti. Juro por mi vida —oráculo del Señor— que todos serán adorno de tus vestidos, te ceñirás con ellos como una esposa.
- 19
- Cuando se alejen de ti los que te devoraban,
tus ruinas, tus escombros y tu tierra devastada resultarán estrechos para sus moradores.
- 20
- Oirás decir de nuevo
a los hijos que dabas por perdidos: “Este sitio es estrecho para mí, dame más espacio para vivir”.
- 21
- Y dirás para tus adentros:
“¿Quién me ha engendrado a estos? Yo era estéril y sin hijos, exiliada y expulsada; ¿quién me ha criado a estos? Si había quedado sola, ¿de dónde han salido estos?”.
- 22
- Así dice el Señor Dios:
Haré señas con mi mano a las naciones, levantaré mi estandarte a los pueblos, y traerán en brazos a tus hijos, a tus hijas subidas al hombro;
- 23
- sus reyes serán tus tutores,
sus princesas serán tus nodrizas; se echarán rostro en tierra ante ti, lamerán el polvo de tus pies; y sabrás que yo soy el Señor, que no defraudo a los que esperan en mí.
- 24
- ¿Se le puede quitar al guerrero su presa?
¿Puede un prisionero huir del poderoso?
- 25
- Pues así dice el Señor:
Pueden quitarle el prisionero al guerrero o la presa puede huir del poderoso, pero seré yo quien defienda tu causa, yo seré quien salve a tus hijos.
- 26
- Haré comer su propia carne a tus opresores,
se embriagarán de su sangre como de licor, y todo ser vivo deberá reconocer que soy el Señor, tu salvador, tu redentor, el Fuerte de Jacob.
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