- El peligro de la riqueza
- 1
- Vosotros, los ricos, llorad y gemid a la vista de las calamidades que se os van a echar encima.
- 2
- Vuestra riqueza está podrida;
vuestros vestidos están apolillados.
- 3
- Hasta vuestro oro y vuestra plata están siendo presa de la herrumbre, que testimoniará contra vosotros y devorará vuestros cuerpos como fuego.
¿Para qué amontonáis riquezas ahora que el tiempo se acaba?
- 4
- Mirad, el salario defraudado a los jornaleros que cosecharon vuestros campos está clamando, y sus clamores han llegado a los oídos del Señor del universo.
- 5
- Habéis vivido con lujo en la tierra, entregados al placer;
con ello habéis engordado para el día de la matanza.
- 6
- Habéis condenado y asesinado al inocente que ya no os opone resistencia.
Invitación a la paciencia
- 7
- Por vuestra parte, hermanos, esperad con paciencia la venida gloriosa del Señor.
Como espera el labrador el fruto precioso de la tierra, aguardando pacientemente que lleguen las [lluvias] de otoño y primavera,
- 8
- así vosotros tened paciencia y buen ánimo, porque está próxima la venida gloriosa del Señor.
- 9
- No os quejéis, hermanos, unos de otros, para que no seáis condenados;
el juez ya está a las puertas.
- 10
- Como ejemplo de sufrimiento y de paciencia, tenéis a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.
- 11
- Consideramos dichosos a los que supieron mantenerse firmes.
Más aún, tenéis conocimiento de la firmeza de Job, y ya veis el feliz desenlace a que lo condujo el Señor; porque el Señor es compasivo y misericordioso.
- 12
- Pero, ante todo, hermanos, no juréis ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro juramento.
Cuando digáis “sí”, sea sí; y cuando digáis “no”, sea no. De ese modo no incurriréis en condenación.
- 13
- ¿Sufre alguno de vosotros? Que ore.
¿Está gozoso? Que alabe al Señor.
- 14
- ¿Ha caído enfermo? Que mande llamar a los presbíteros de la Iglesia para que lo unjan con aceite en el nombre del Señor y hagan oración por él.
- 15
- La oración hecha con fe sanará al enfermo;
el Señor lo restablecerá y le serán perdonados los pecados que haya cometido.
- 16
- Reconoced, pues, mutuamente vuestros pecados y orad unos por otros.
Así sanaréis, ya que es muy poderosa la oración perseverante del justo.
- 17
- Ahí tenéis a Elías, un ser humano como nosotros: oró fervientemente para que no lloviese, y durante tres años y seis meses no cayó una gota de agua sobre la tierra.
- 18
- Luego volvió a orar, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto.
Recomendación final
- 19
- Hermanos míos, si uno de vosotros se aleja de la verdad y otro lo vuelve al buen camino,
- 20
- sabed que aquel que convierte de su extravío a un pecador, lo salvará de la muerte y alcanzará el perdón para un sinfín de pecados.
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