- Amor de juventud
- 1
- Me llegó la palabra del Señor en estos términos:
- 2
- Vete y proclama lo siguiente a oídos de Jerusalén:
Esto dice el Señor: Recuerdo el cariño de tu juventud, el amor que me tenías de prometida: seguías mis pasos por el desierto, por tierra donde nadie siembra.
- 3
- Israel estaba consagrado al Señor,
era el fruto primero de su cosecha; quienes comían de él, sufrían las consecuencias, el castigo se cernía sobre ellos —oráculo del Señor—.
Pleito con el pueblo y los profetas
- 4
- Escuchad la palabra del Señor, casa de Jacob,
familias todas de la casa de Israel.
- 5
- Así dice el Señor:
¿Qué culpa encontraron en mí vuestros antepasados, qué maldad para alejarse de mí? Se fueron detrás de naderías y acabaron siendo una nada.
- 6
- No preguntaron: “¿Dónde está el Señor,
que nos hizo subir de Egipto, que nos fue guiando por la estepa, por terrenos desérticos y quebrados, por terrenos áridos y tenebrosos, por terrenos que nadie atraviesa, por terrenos donde nadie reside?”.
- 7
- Os guié a una tierra de huertos,
para comer sus frutos deliciosos, pero al entrar contaminasteis mi tierra, hicisteis mi heredad abominable.
- 8
- Los sacerdotes no preguntaban:
“¿Dónde está el Señor?”. No me conocían los expertos en la ley, los pastores se rebelaban contra mí. Los profetas profetizaban por Baal, caminaban detrás de los inútiles.
- 9
- Por eso vuelvo a pleitear con vosotros
—oráculo del Señor—, con los hijos de vuestros hijos pleiteo.
El ejemplo de otros pueblos
- 10
- Cruzad hasta las costas de Chipre y mirad,
recorred Quedar y observad con atención, y ved si sucedió algo parecido.
- 11
- ¿Cambia una nación de dioses?
(¡Y eso que no son dioses!) Pues mi pueblo cambió su Gloria
- 12
- por algo totalmente inútil.
¡Espántate, cielo, de esto; pásmate y tiembla aterrado! —Oráculo del Señor—,
- 13
- porque un doble crimen
cometió mi pueblo: abandonarme a mí, fuente de agua viva, y excavarse pozos, pozos agrietados, que no retienen agua.
Consecuencia del abandono del Señor
- 14
- ¿Era acaso un siervo Israel,
alguien nacido en esclavitud? Pues, ¿cómo se ha vuelto presa
- 15
- de leones que rugen en torno,
que le lanzan gruñidos? Dejaron su tierra desolada, sus ciudades incendiadas, deshabitadas.
- 16
- Incluso los de Menfis y Tafne
vendrán a raparte el cogote.
- 17
- ¿No ves que a esto te conduce
el abandono del Señor, tu Dios?
- 18
- ¿Qué buscas ahora camino de Egipto?
¿Beber el agua del Nilo? ¿Qué buscas camino de Asiria? ¿Beber el agua del Éufrates?
- 19
- Tu propia maldad te castigará,
tu apostasía te va a escarmentar; recuerda bien que es malo y amargo abandonar al Señor, tu Dios, y no sentir respeto por mí —oráculo de Dios, Señor del universo—.
Denuncia de la infidelidad
- 20
- Hace mucho que te has sacudido el yugo
y has hecho trizas tus correas diciendo: “No volveré a ser esclavo”. Y en toda colina elevada, bajo cualquier árbol frondoso te tumbas como una prostituta.
- 21
- ¡Y pensar que yo te planté
vid selecta, de cepa noble! ¿Cómo te me has hecho extraña, degenerando en viña bastarda?
- 22
- Aunque te laves con sosa
y uses cantidad de jabón, tu culpa sigue presente ante mí —oráculo del Señor Dios—.
- 23
- ¿Cómo dices: “No estoy contaminada,
no he andado detrás de los baales”? ¡Mira tu conducta en el valle, reconoce todo lo que has hecho!, camella alocada, sin rumbo,
- 24
- asna habituada al desierto,
que en pleno celo ventea. ¿Quién controlará su pasión? No se fatiga quien la ansía, siempre la encuentra dispuesta.
- 25
- No dejes tus pies descalzos,
no permitas que se seque tu garganta. Pero dices: “Eso sí que no. Estoy enamorada de extranjeros y pienso caminar tras ellos”.
- 26
- Como siente vergüenza el ladrón sorprendido,
avergonzado quedará Israel: ellos, sus reyes y sus príncipes, también sus sacerdotes y profetas;
- 27
- los que dicen a un leño: “Tú eres mi padre”,
y a un trozo de piedra: “Tú me has parido”. Me vuelven la espalda, sin mirarme; mas llega el desastre y me dicen: “Venga, sálvanos”.
- 28
- ¿Dónde están los dioses que te fabricaste?
¡Que vengan a salvarte cuando llega el desastre! ¡Pues son tantos tus dioses cuantas son tus ciudades, Judá!
Israel, pueblo rebelde
- 29
- ¿Por qué pleiteáis conmigo
cuando sois vosotros los rebeldes?
- 30
- En vano castigué a vuestros hijos,
pues no han aprendido la lección. Vuestra espada devoró a los profetas, lo mismo que un león depredador.
- 31
- Los de esta generación,
prestad atención a la palabra del Señor. ¿Soy un desierto para Israel, quizás una tierra tenebrosa? ¿Por qué dice mi pueblo: “Nos vamos, no pensamos volver ya a ti”?
- 32
- ¿Se olvida una joven de sus joyas?
¿Una novia, de sus atavíos? Pues hace infinidad de tiempo que mi pueblo se ha olvidado de mí.
- 33
- ¡Qué bien te preparaste el camino
para ir en busca de tus amores! ¡Qué bien te has acostumbrado a los caminos del mal!
- 34
- Pues también en tus manos hay sangre
de gente inocente y desvalida que no habías sorprendido cometiendo un acto delictivo. Y, encima de todo esto,
- 35
- dices: “Soy inocente,
su ira se apartará de mí”. Pues ahora te voy a juzgar, por decir que no has pecado.
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- ¿Por qué tomas a la ligera
tu cambio de estilo de vida? Acabarás decepcionada de Egipto, lo mismo que de Asiria.
- 37
- También de allí saldrás
con las manos cubriendo tu cabeza, pues ha rechazado el Señor a aquellos en quienes confiabas, y no tendrá éxito su ayuda.
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