- Jesús, la vid verdadera
- 1
- Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador.
- 2
- El Padre corta todos mis sarmientos improductivos y poda los sarmientos que dan fruto para que produzcan todavía más.
- 3
- Vosotros ya estáis limpios, gracias al mensaje que os he comunicado.
- 4
- Permaneced unidos a mí, como yo lo estoy a vosotros.
Ningún sarmiento puede producir fruto por sí mismo sin estar unido a la vid; lo mismo os ocurrirá a vosotros si no permanecéis unidos a mí.
- 5
- Yo soy la vid;
vosotros, los sarmientos. El que permanece unido a mí, como yo estoy unido a él, produce mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.
- 6
- El que no permanece unido a mí, es arrojado fuera, como se hace con el sarmiento improductivo que se seca;
luego, estos sarmientos se amontonan y son arrojados al fuego para que ardan.
- 7
- Si permanecéis unidos a mí y mi mensaje permanece en vosotros, pedid lo que queráis y lo obtendréis.
- 8
- La gloria de mi Padre se manifiesta en que produzcáis fruto en abundancia y os hagáis discípulos míos.
Los auténticos discípulos
- 9
- Como el Padre me ama a mí, así os amo yo a vosotros.
Permaneced en mi amor.
- 10
- Pero sólo permaneceréis en mi amor si cumplís mis mandamientos, lo mismo que yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
- 11
- Os he dicho esto para que participéis en mi alegría y vuestra alegría sea completa.
- 12
- Mi mandamiento es este: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
- 13
- El amor supremo consiste en dar la vida por los amigos.
- 14
- Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
- 15
- En adelante, ya no os llamaré siervos, porque el siervo no está al tanto de los secretos de su amo.
A vosotros os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que oí a mi Padre.
- 16
- No me elegisteis vosotros a mí;
fui yo quien os elegí a vosotros. Y os he destinado para que os pongáis en camino y deis fruto abundante y duradero. Así, el Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre.
- 17
- Lo que yo os mando es que os améis los unos a los otros.
El mundo y los discípulos de Jesús
- 18
- Si el mundo os odia, sabed que primero me odió a mí.
- 19
- Si pertenecierais al mundo, el mundo os amaría como cosa propia.
Pero como no pertenecéis al mundo, sino que yo os elegí y os saqué de él, por eso el mundo os odia.
- 20
- Recordad lo que os he dicho: “Ningún siervo es superior a su amo”.
Como me han perseguido a mí, os perseguirán también a vosotros; y en la medida en que han puesto en práctica mi mensaje, también pondrán en práctica el vuestro.
- 21
- Y todo lo que hagan contra vosotros por mi causa, lo harán porque no conocen a aquel que me envió.
- 22
- Si yo no hubiese venido o no les hubiera hablado, no serían culpables;
pero ahora ya no tienen disculpa por su pecado.
- 23
- El que me odia a mí, odia también a mi Padre.
- 24
- Si yo no hubiera realizado ante ellos cosas que nadie ha realizado, no serían culpables;
pero han visto esas cosas y, a pesar de todo, siguen odiándonos a mi Padre y a mí.
- 25
- Pero así se cumple lo que ya estaba escrito en su ley: Me han odiado sin motivo alguno.
Nueva promesa del Espíritu y anuncio de persecuciones
- 26
- Cuando venga el Abogado que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él dará testimonio en mi favor.
- 27
- Y también vosotros seréis mis testigos, pues no en balde habéis estado conmigo desde el principio.
|