- Todos atacan a Job
- 1
- Job respondió así:
- 2
- ¿Hasta cuándo seguiréis atormentándome,
machacándome con tanta palabrería?
- 3
- Ya me habéis humillado bastante,
me habéis atacado sin reparos.
- 4
- Aun pensando que hubiera pecado,
sólo a mí afectaría mi culpa.
- 5
- Pero ya que queréis prevalecer sobre mí
usando mi dolor como prueba,
- 6
- sabed bien que Dios me ha atacado,
que me ha atrapado en sus redes.
- 7
- Si grito “violencia”, nadie responde;
imploro “socorro”, pero no hay justicia.
- 8
- Ha vallado mi camino y me impide pasar,
ha ocultado mi senda con densa oscuridad.
- 9
- Me ha despojado de mi honor,
ha dejado mi cabeza sin corona.
- 10
- Me socava por doquier y me deshago,
ha arrancado la raíz de mi esperanza.
- 11
- Ha atizado su cólera contra mí,
me trata como a un enemigo.
- 12
- Llegan sus tropas en masa,
construyen taludes de ataque, asedian mi tienda por doquier.
- 13
- Mis parientes se alejan de mi lado,
mis conocidos me tienen por extraño;
- 14
- me abandonan vecinos y deudos,
se olvidan de mí mis invitados.
- 15
- Mis siervas me tienen por intruso,
me tratan igual que a un extraño;
- 16
- mi siervo no responde a mi llamada,
aunque se lo pida por favor.
- 17
- Mi aliento repugna a mi esposa,
doy asco a mis propios hermanos.
- 18
- Incluso los niños me desprecian;
me levanto y se burlan de mí.
- 19
- Todos mis íntimos me detestan,
mis mejores amigos me atacan.
- 20
- Mis huesos se pegan a la piel y a la carne,
he escapado con la piel de mis dientes.
- 21
- ¡Piedad, amigos míos, piedad,
que me ha herido la mano de Dios!
- 22
- ¿Por qué, igual que Dios, me acosáis
y no os hartáis de escarnecerme?
- 23
- ¡Ojalá se escribieran mis palabras!
¡Ojalá se grabaran en cobre,
- 24
- con cincel de hierro y con plomo,
impresas para siempre en la roca!
- 25
- Yo sé que vive mi Vengador,
que se alzará el último sobre el polvo,
- 26
- que después que me arranquen la piel,
ya sin carne, podré ver a Dios.
- 27
- Sí, yo mismo lo contemplaré;
mis ojos lo verán, no un extraño. ¡Tal ansia me consume por dentro!
- 28
- Vosotros decís: “¿Cómo lo acosaremos?
¿Qué pretexto encontraremos contra él?”.
- 29
- Pero temblad entonces ante la espada
(pues vuestra cólera merece la espada) y pensad que hay un juicio por llegar.
|