- A la Iglesia de Sardes: ¡Cambia de conducta!
- 1
- Escribe al ángel de la iglesia de Sardes: Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas:
— Conozco tu comportamiento y, aunque alardeas de estar vivo, sé que estás muerto.
- 2
- Despierta, pues, y reaviva lo que aún no ha muerto del todo, porque ante los ojos de mi Dios, tu comportamiento está lejos de ser irreprochable.
- 3
- ¿No recuerdas aquella tu disposición para escuchar y recibir? Pues mantenla y, si es preciso, cambia de conducta.
Porque, si no estás en vela, vendré a ti como un ladrón, sin que puedas saber a qué hora llegaré contra ti.
- 4
- Bien es verdad que ahí, en Sardes, viven contigo unos cuantos de conducta irreprochable;
un día me acompañarán vestidos de blanco, porque así lo han merecido.
- 5
- El vencedor, pues, vestirá de blanco, y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que responderé por él ante mi Padre y ante sus ángeles.
- 6
- Quien tenga oídos, preste atención a lo que el Espíritu dice a las iglesias.
A la iglesia de Filadelfia: ¡Conserva lo que tienes!
- 7
- Escribe al ángel de la iglesia de Filadelfia: Esto dice el Santo, el Veraz, el que tiene la llave de David, el que, cuando abre, nadie puede cerrar y, cuando cierra, nadie puede abrir:
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- — Conozco tu comportamiento y te he abierto una puerta que nadie podrá cerrar, porque, aunque eres débil, te has mantenido fiel tanto a mi mensaje como a mi persona.
- 9
- Por ello, voy a poner en tus manos a los de la sinagoga de Satanás, a esos que se precian de judíos, pero mienten, porque no lo son.
Voy a hacer que se postren a tus pies, para que sepan que he puesto en ti mi amor.
- 10
- Y ya que has sido fiel a mi consigna de aguantar con paciencia el sufrimiento, yo lo seré contigo en esta difícil hora que se avecina sobre el mundo entero, en la que serán puestos a prueba los habitantes de la tierra.
- 11
- Estoy a punto de llegar.
Conserva, pues, lo que tienes, para que nadie te arrebate la corona.
- 12
- Al vencedor lo pondré de columna en el Templo de mi Dios, para que ya nunca salga de allí.
Y grabaré sobre él el nombre de mi Dios, y grabaré también, junto a mi nombre nuevo, el nombre de la ciudad de mi Dios, la Jerusalén nueva, que desciende del trono celeste de mi Dios.
- 13
- Quien tenga oídos, preste atención a lo que el Espíritu dice a las iglesias.
A la iglesia de Laodicea: ¡Estoy llamando a la puerta!
- 14
- Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el que está en el origen de la obra creadora de Dios:
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- — Conozco tu comportamiento;
no eres ni frío ni caliente, y más te valiera ser una cosa o la otra.
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- ¡Pero sólo eres tibio! No eres ni frío ni caliente, y por eso voy a vomitarte de mi boca.
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- Sé también que vas pregonando: “Soy rico, estoy forrado de dinero y nada necesito”.
¡Pobre infeliz! ¿No sabes que eres miserable y pordiosero y ciego y que estás desnudo?
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- Si de veras quieres enriquecerte, harías bien en comprarme oro pasado por el crisol, vestidos blancos con que cubrir tu vergonzosa desnudez y colirio con que ungir tus ojos para que puedas ver.
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- Yo reprendo y castigo a los que amo.
Esfuérzate, pues, y cambia de conducta.
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- ¿No ves que estoy llamando a la puerta? Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré en su compañía.
- 21
- Al vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí, así como yo he vencido y me he sentado junto a mi Padre en su trono.
- 22
- Quien tenga oídos, preste atención a lo que el Espíritu dice a las iglesias.
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