Reinado de Amasías (2 Re 14,2-14.17-20)

1
Amasías tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó durante veintinueve años.
Su madre se llamaba Joadán y era de Jerusalén.
2
Actuó correctamente ante el Señor, aunque no fue totalmente intachable.
3
Cuando consolidó su soberanía, mató a los súbditos que habían asesinado a su padre, el rey.
4
Pero no mató a sus hijos, de acuerdo con lo escrito en la ley de Moisés, promulgada por el Señor: “Los padres no morirán por las culpas de los hijos, ni los hijos por las culpas de los padres.
Cada cual morirá por su propio pecado”.
5
Amasías reunió a Judá y lo organizó por familias paternas, al mando de jefes de millar y de cien para todo Judá y Benjamín.
Hizo el censo de los mayores de veinte años y resultaron trescientos mil soldados escogidos, aptos para el ejército y armados de lanza y escudo.
6
Reclutó también como mercenarios a cien mil guerreros de Israel por cien talentos de plata.
7
Pero un profeta se presentó ante él y le dijo:
Majestad, no te apoyes en el ejército israelita pues el Señor no está con Israel ni con los efraimitas.
8
Y si vas así, creyéndote reforzado para la batalla, Dios te hará caer ante el enemigo, pues Dios tiene el poder de apoyar y hacer caer.
9
Amasías preguntó al profeta:
— ¿Y qué va a pasar con los cien talentos de plata que he entregado a la tropa de Israel?
El profeta le respondió:
— El Señor te los devolverá aumentados.
10
Entonces Amasías licenció a la tropa que había traído de Efraín para que se fuese a casa.
Pero ellos se enfurecieron contra Judá y volvieron a sus casas muy enojados.
11
Amasías se armó de valor y al frente de su ejército marchó hacia el valle de la Sal, donde mató a diez mil hombres de Seír.
12
Los judaítas capturaron vivos a otros diez mil, los subieron a la cima de un peñasco, los arrojaron desde allí y los estrellaron a todos.
13
Mientras tanto, los mercenarios de la tropa licenciada por Amasías para que no lo acompañara en la batalla invadieron las ciudades de Judá entre Samaría y Bet Jorón, mataron a tres mil personas y capturaron un cuantioso botín.
14
Cuando Amasías regresó de derrotar a los edomitas, trajo consigo a los dioses de Seir y los convirtió en sus propios dioses, adorándolos y quemándoles incienso.
15
El Señor se enfureció contra Amasías y le envió un profeta a decirle:
— ¿Por qué recurres a unos dioses que no han podido salvar a su pueblo de tu poder?
16
Mientras hablaba, Amasías le interrumpió:
— ¿Quién te ha nombrado consejero del rey? ¡Cállate, si no quieres que te maten!
El profeta concluyó diciendo:
— Sé muy bien que Dios ha decidido aniquilarte, por actuar así y no escuchar mi consejo.
17
Amasías, rey de Judá, pidió consejo y envió a decir a Joás, el hijo de Joacaz y nieto de Jehú, rey de Israel:
— ¡Ven a que nos veamos las caras!
18
Pero Joás, el rey de Israel, mandó responder así a Amasías, el rey de Judá:
— El cardo del Líbano mandó esta embajada al cedro del Líbano: “Dale tu hija por esposa a mi hijo”.
Pero pasó por allí un animal silvestre del Líbano y pisoteó el cardo.
19
Presumes de haber derrotado estrepitosamente a Edom y te has envalentonado por la fama conseguida.
Pero ahora quédate en tu casa.
¿Por qué te empeñas en atraer la desgracia sobre ti y sobre Judá?
20
Pero Amasías no le hizo caso, porque Dios había decidido entregarlo en manos de Joás por haber recurrido a los dioses de Edom.
21
Entonces Joás, el rey de Israel, subió a verse las caras con Amasías, el rey de Judá, en Bet Semes, que está en territorio de Judá.
22
Judá cayó derrotado ante Israel y cada cual huyó a su casa.
23
Joás, el rey de Israel, hizo prisionero en Bet Semes a Amasías, el rey de Judá, hijo de Joás y nieto de Ocozías.
Luego fue a Jerusalén y abrió una brecha de unos doscientos metros en su muralla, desde la puerta de Efraín hasta la Puerta de la Esquina.
24
Se apoderó, además, de todo el oro y la plata y de todos los objetos que había en el Templo al cargo de Obededón y en el tesoro del palacio real;
tomó algunos rehenes y regresó a Samaría.
25
Amasías, el rey de Judá, sobrevivió quince años a Joás, el hijo de Ocozías, rey de Israel.
26
El resto de la historia de Amasías, de principio a fin, está escrito en el libro de los Reyes de Judá e Israel.
27
Algún tiempo después de que Amasías se apartara del Señor, tramaron contra él una conspiración en Jerusalén y huyó a Laquis.
Pero enviaron gente a Laquis en su persecución y lo mataron allí.
28
Luego lo transportaron en caballos a Jerusalén y lo enterraron con sus antepasados en la ciudad de David.