- Introducción (1,1-5)
Saludo
- 1
- Pablo, apóstol de Jesucristo por designio de Dios para anunciar la promesa de vida que se nos ha hecho en Cristo Jesús,
- 2
- a Timoteo, hijo querido.
Que Dios Padre y Cristo Jesús, Señor nuestro, te concedan gracia, misericordia y paz.
Acción de gracias
- 3
- Doy gracias a Dios a quien sirvo con una conciencia limpia según me enseñaron mis progenitores, y te tengo siempre presente día y noche en mis oraciones.
- 4
- Aún recuerdo tus lágrimas [de despedida].
¡Ojalá pudiera verte de nuevo para llenarme de alegría
- 5
- evocando tu sincera fe, esa fe que tuvieron primero tu abuela Loida y tu madre Eunice, y que no dudo tienes tú también!
I.— PRIMERA INVITACIÓN A LA FIDELIDAD (1,6—2,13) Lealtad a Jesucristo
- 6
- Por eso, te recuerdo el deber de reavivar el don que Dios te otorgó cuando impuse mis manos sobre ti.
- 7
- Porque no es un espíritu de cobardía el que Dios nos otorgó, sino de fortaleza, amor y dominio de nosotros mismos.
- 8
- Así que no te avergüences de dar la cara por nuestro Señor y por mí, su prisionero;
al contrario, sostenido por la fuerza de Dios, sufre juntamente conmigo por la propagación del mensaje evangélico.
- 9
- Dios es quien nos ha salvado y nos ha llamado a una vida consagrada a él, no porque lo merecieran nuestras obras, sino porque tal ha sido su designio conforme al don que se nos ha concedido por medio de Cristo Jesús antes que el tiempo existiera.
- 10
- Un don que ahora se ha hecho manifiesto por la aparición de Cristo Jesús, nuestro Salvador, cuyo mensaje ha destruido la muerte y ha hecho brillar la luz de la vida y de la inmortalidad.
- 11
- De ese mensaje Dios me ha constituido pregonero, apóstol y maestro.
- 12
- Por su causa soporto todas estás penalidades.
Pero no me avergüenzo; sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que tiene poder para proteger hasta el día del juicio la enseñanza que me ha confiado.
- 13
- Toma como norma la auténtica enseñanza que me oíste acerca de la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús.
- 14
- Y, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros, guarda la hermosa enseñanza que te ha sido confiada.
Conducta ejemplar de Onesíforo
- 15
- Ya sabes que todos los de la provincia de Asia, incluidos Figelo y Hermógenes, me han abandonado.
- 16
- ¡Ojalá el Señor tenga misericordia de Onesíforo y su familia, pues él fue muchas veces mi paño de lágrimas y no sintió vergüenza al verme encarcelado!
- 17
- Es más, apenas llegó a Roma, me buscó con afán hasta encontrarme.
- 18
- Y tú sabes mejor que nadie los buenos servicios que me prestó en Éfeso;
que el Señor le conceda su misericordia el día del juicio.
|