- III.— UN DESTINO COMÚN E IGNOTO (6,1—9,10)
Dones baldíos
- 1
- Hay otra grave desgracia para el ser humano que he observado bajo el sol:
- 2
- alguien a quien Dios da bienes, riqueza y honores sin que le falte nada de cuanto pueda desear, pero al que Dios no le concede comer de ello, porque un extraño lo devora.
Esto es pura ilusión y gran desgracia.
- 3
- Si alguien tiene cien hijos y vive muchos años, por muy larga que sea su vida, si no disfruta de felicidad y ni siquiera tiene una sepultura, yo digo que un aborto es más afortunado que él.
- 4
- Pues en un soplo vino, en la oscuridad se va y su recuerdo queda oculto en las tinieblas.
- 5
- No vio ni conoció el sol, pero descansa mejor que el otro.
- 6
- Y aunque hubiera vivido dos mil años, si no disfrutó de felicidad, ¿no van todos al mismo sitio?
Insatisfacciones y sombras
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- El ser humano se fatiga sólo para comer, y a pesar de ello su apetito no se sacia.
- 8
- ¿En qué, pues, aventaja el sabio al necio? ¿En qué al pobre que sabe vivir la vida?
- 9
- Más vale lo que ven los ojos
que los deseos imposibles. También esto es pura ilusión y vano afán.
- 10
- Cuanto existe ya estaba prefijado, y todos saben que el ser humano no puede enfrentarse a quien es más fuerte que él.
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- A más palabras, más vana ilusión, y el ser humano no saca ningún provecho.
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- Pues, ¿quién sabe lo que conviene al ser humano en la vida, durante los contados días de su ilusa vida que pasa como una sombra? Y ¿quién le contará lo que sucederá después de él bajo el sol?
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