- III.— LA VERDADERA LIBERTAD CRISTIANA (5,1—6,10)
Libres en Cristo
- 1
- Cristo nos ha liberado para que disfrutemos de libertad.
Manténganse, pues, firmes y no permitan que los conviertan de nuevo en esclavos.
- 2
- Yo, Pablo, lo digo: si se dejan circuncidar, de nada les servirá ya Cristo.
- 3
- Solemnemente se lo aseguro una vez más: quien se hace circuncidar, debe cumplir enteramente la ley de Moisés.
- 4
- Y querer alcanzar la amistad de Dios mediante el cumplimiento de la ley, significa romper con Cristo, quedarse fuera de la acción de la gracia.
- 5
- Por eso, nosotros abrigamos la esperanza de ser restablecidos en la amistad divina por la fe, mediante la acción del Espíritu.
- 6
- Como cristianos, en efecto, da lo mismo estar circuncidados que no estarlo;
lo que cuenta es la fe, que actúa por medio del amor.
- 7
- Ustedes iban por el buen camino.
¿Quién les impidió seguir la verdad?
- 8
- Desde luego, no fue el Dios que los llamó.
- 9
- Un poco de levadura hace fermentar toda la masa.
- 10
- Cierto que el Señor me hace confiar en que ustedes no cambiarán de comportamiento;
pero el que los está perturbando tendrá su merecido, sea quien fuere.
- 11
- En cuanto a mí, hermanos, si fuera cierto que todavía recomiendo la circuncisión, ¿en razón de qué me siguen persiguiendo? ¡El misterio de Cristo crucificado no sería ya motivo de polémica!
- 12
- Y en cuanto a esos que los están soliviantando, ¡más valiera que se castrasen de una vez!
- 13
- Hermanos, han sido llamados a disfrutar de libertad.
¡No utilicen esa libertad como tapadera de apetencias puramente humanas! Al contrario, háganse esclavos los unos de los otros por amor.
- 14
- Toda la ley se cumple, si se cumple este solo mandamiento: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
- 15
- Pero si andan mordiéndose y devorándose unos a otros, terminarán por destruirse mutuamente.
La vida según el Espíritu
- 16
- Los exhorto, pues, a que vivan de acuerdo con las exigencias del Espíritu y así no se dejarán arrastrar por desordenadas apetencias humanas.
- 17
- Porque las desordenadas apetencias humanas están en contra del Espíritu, y el Espíritu está en contra de tales apetencias.
El antagonismo es tan irreductible, que les impide hacer lo que ustedes desearían.
- 18
- Pero si los guía el Espíritu, ya no están bajo el dominio de la ley.
- 19
- Sabido es cómo se comportan los que viven sometidos a sus apetitos desordenados: son adúlteros, lujuriosos, libertinos,
- 20
- idólatras, supersticiosos;
alimentan odios, promueven contiendas, se enzarzan en rivalidades, rebosan rencor; son egoístas, partidistas, sectarios,
- 21
- envidiosos, borrachos, amigos de orgías, y otras cosas por el estilo.
Ya se lo advertí a ustedes en su día y ahora vuelvo a hacerlo: esos tales no heredarán el reino de Dios.
- 22
- En cambio, el Espíritu produce amor, alegría, paz, tolerancia, amabilidad, bondad, lealtad,
- 23
- humildad y dominio de sí mismo.
Ninguna ley existe en contra de todas estas cosas.
- 24
- Y no en vano los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado lo que en ellos hay de apetitos desordenados, junto con sus pasiones y malos deseos.
- 25
- Si, pues, vivimos animados por el Espíritu, actuemos conforme al Espíritu.
- 26
- No busquemos vanaglorias, enzarzándonos en rivalidades y envidiándonos unos a otros.
|