- Ciclo de Jacob (27—36)
Isaac bendice a Jacob y Esaú
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- Isaac era ya anciano y sus ojos se habían nublado tanto que ya no veía.
Entonces llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: — ¡Hijo mío! Él respondió: — Aquí estoy.
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- Continuó Isaac:
— Como ves, ya soy un anciano y cualquier día me puedo morir.
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- Quiero que vayas al monte con tu arco y tus flechas y me traigas algo de caza.
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- Después me lo guisas como a mí me gusta y me lo traes para que me lo coma, pues deseo darte mi bendición antes de morir.
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- Pero Rebeca había estado escuchando lo que Isaac le decía a su hijo Esaú y, en cuanto este salió al monte a cazar algo para su padre,
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- ella llamó a su hijo Jacob y le dijo:
— Según acabo de escuchar, tu padre le ha pedido a tu hermano Esaú
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- que cace un animal y se lo traiga para hacerle un guiso como a él le gusta, y después le dará su bendición delante del Señor antes de morir.
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- Así que ahora, hijo mío, haz lo que te mando.
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- Vete al rebaño y tráeme dos de los mejores cabritos.
Yo prepararé a tu padre un guiso como a él le gusta
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- y tú se lo llevarás para que coma;
y así te dará su bendición antes de morir.
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- Pero Jacob replicó a Rebeca, su madre:
— Sabes que mi hermano Esaú es velludo y yo soy lampiño.
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- Si resulta que mi padre llega a palparme y descubre que soy un impostor, me acarrearé maldición en lugar de bendición.
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- Su madre le dijo:
— Caiga sobre mí esa maldición, hijo mío. Tú haz lo que te digo y tráeme esos cabritos.
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- Jacob fue en busca de los cabritos, se los llevó a su madre y ella preparó el guiso como a su padre le gustaba.
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- Después Rebeca tomó la ropa de su hijo mayor Esaú, el mejor vestido que guardaba en casa, y se lo vistió a Jacob, su hijo menor.
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- Con la piel de los cabritos le cubrió las manos y la parte lampiña del cuello,
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- y puso en las manos de su hijo Jacob el guiso y el pan que había preparado.
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- Jacob entró adonde estaba su padre y le dijo:
— ¡Padre! Isaac respondió: — Aquí estoy. ¿Quién eres tú, hijo mío?
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- Jacob dijo:
— Soy Esaú, tu primogénito. Ya hice lo que me pediste. Ven, incorpórate para comer de lo que he cazado, y después me darás tu bendición.
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- Isaac dijo a su hijo:
— ¡Qué pronto has encontrado caza! Jacob respondió: — El Señor tu Dios me la puso al alcance.
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- Pero Isaac le dijo:
— Acércate, hijo mío, deja que te palpe para saber si de veras eres o no mi hijo Esaú.
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- Y Jacob se acercó a Isaac, su padre, que palpándolo dijo:
— La voz es la de Jacob, pero las manos son de Esaú.
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- Así que no lo reconoció porque sus manos eran velludas como las de su hermano Esaú.
Ya se disponía a bendecirlo
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- cuando volvió a preguntarle:
— ¿Eres tú de verdad mi hijo Esaú? Jacob contestó: — Lo soy.
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- Entonces su padre le dijo:
— Sírveme de lo que has cazado, hijo mío, para que coma, y te daré mi bendición. Jacob sirvió de comer a su padre, y comió; también le sirvió vino, y bebió.
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- Después Isaac, su padre, le dijo:
— Acércate ahora, hijo mío, y bésame.
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- Cuando Jacob se acercó para besarlo, Isaac le olió la ropa.
Entonces lo bendijo con estas palabras: “El aroma de mi hijo es como el aroma de un campo que el Señor ha bendecido.
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- Que Dios te conceda del cielo el rocío,
y de la tierra una abundante cosecha de vino y de trigo.
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- Que tengas pueblos por vasallos
y naciones se inclinen ante ti. Que seas señor de tus hermanos y ante ti se postren los hijos de tu madre. ¡Maldito sea quien te maldiga, y quien te bendiga, bendito sea!”.
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- Apenas había terminado Isaac de bendecir a Jacob y de salir este de donde estaba su padre, cuando volvió de cazar Esaú, su hermano.
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- Preparó también Esaú un guiso, se lo llevó a su padre y le dijo:
— Levántate, padre, come de esto que ha cazado tu hijo y dame tu bendición.
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- Su padre Isaac le preguntó:
— ¿Quién eres tú? Él respondió: — Soy Esaú, tu hijo primogénito.
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- Isaac se estremeció sobremanera y exclamó:
— Entonces ¿quién es el que fue a cazar y me lo trajo y comí de todo antes de que tú llegaras? Le di mi bendición, y bendecido quedará.
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- Al oír Esaú las palabras de su padre, lanzó un grito atroz, lleno de amargura, y le suplicó:
— ¡Dame tu bendición a mí también, padre!
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- Pero Isaac le respondió:
— Ha venido tu hermano con engaños y te ha robado tu bendición.
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- Esaú exclamó:
— ¡Con razón le pusieron el nombre de Jacob! Ya van dos veces que me ha hecho trampa; primero me quitó mi primogenitura, y ahora me ha arrebatado mi bendición. ¿No te queda otra bendición para mí?
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- Isaac le respondió:
— Mira, lo he puesto por señor tuyo y he declarado siervos suyos a todos sus hermanos. Le he provisto de vino y trigo, ¿qué puedo hacer ya por ti, hijo mío?
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- Pero Esaú insistió:
— ¿Es que sólo tienes una bendición, padre? ¡Bendíceme también a mí, padre mío! Y Esaú se puso a llorar y a dar grandes gritos.
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- Entonces Isaac, su padre, le dijo:
Vivirás lejos de la tierra fértil, lejos del rocío del cielo.
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- Vivirás de tu espada
y a tu hermano servirás. Pero cuando te rebeles, lograrás quitar su yugo de tu cuello.
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- Desde entonces Esaú guardó un profundo rencor hacia su hermano por la bendición que le había dado su padre, y se decía: “No está lejos el día en que hagamos duelo por la muerte de mi padre;
después de eso, mataré a mi hermano Jacob.”
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- Alguien contó a Rebeca lo que Esaú, su hijo mayor, estaba tramando;
así que mandó llamar a Jacob, el hijo menor, y le dijo: — Mira, tu hermano Esaú quiere matarte para vengarse de ti.
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- Créeme, hijo mío, debes huir en seguida a Jarán, a casa de mi hermano Labán.
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- Quédate con él por algún tiempo, hasta que se apacigüe la furia de tu hermano.
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- Cuando ya se haya calmado y olvide lo que le has hecho, entonces te mandaré aviso para que vuelvas.
¡No quiero perderlos a los dos el mismo día!
- 46
- Luego Rebeca dijo a Isaac:
— Estas nueras hititas me están amargando la vida. Como Jacob se case también con una de esas hititas, con una nativa de este país, ¡más me valdría morir!
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