- Introducción (1,1-4)
Dios nos ha hablado por medio de su Hijo
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- Dios habló en otro tiempo a nuestros antepasados por medio de los profetas, y lo hizo en distintas ocasiones y de múltiples maneras.
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- Ahora, llegada la etapa final, nos ha hablado por medio del Hijo a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien creó también el universo.
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- El Hijo, que siendo reflejo resplandeciente de la gloria del Padre e imagen perfecta de su ser, sostiene todas las cosas mediante su palabra poderosa y que, después de habernos purificado del pecado, se sentó junto al trono de Dios en las alturas
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- y ha venido a ser un valedor tanto más poderoso que los ángeles, cuanto es más excelente el título que ha recibido en herencia.
I.— JESUCRISTO, SUPERIOR A LOS ÁNGELES (1,5—2,18) Hijo de Dios
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- En efecto, jamás dijo Dios a ningún ángel:
Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Ni tampoco: Seré para él un padre, y él será un hijo para mí.
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- Asimismo, al introducir a su Hijo primogénito en el mundo dice:
Adórenlo todos los ángeles de Dios.
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- Y mientras que de los ángeles dice la Escritura:
Dios hace espíritus a sus ángeles, y llamas ardientes a sus ministros,
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- del Hijo, en cambio, dice:
Tu trono, oh Dios, permanece para siempre y gobiernas tu reino con rectitud.
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- Amas la justicia y odias la maldad;
por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría haciéndote sobresalir más que tus compañeros.
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- Y dice también:
Tú, Señor, pusiste al comienzo los cimientos de la tierra, y hechura de tus manos son los cielos.
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- Ellos perecerán;
tú, en cambio, permaneces. Como traje que envejece serán todos;
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- como si de un manto se tratara, los doblarás
y como ropa que se muda cambiarán. Pero tú eres siempre el mismo y tus años no tendrán fin.
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- ¿A qué ángel, en fin, dijo alguna vez:
Siéntate junto a mí hasta que yo ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
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- ¿No son todos ellos espíritus enviados con la función de servir a los que han de heredar la salvación?
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