Un hijo de Isaías, signo para Israel

1
Me dijo el Señor:
Hazte con una tablilla grande y escribe en ella con un punzón normal: “Maher Salal, Jas Baz”.
2
Me busqué dos testigos fidedignos, al sacerdote Urías y a Zacarías, hijo de Baraquías.
3
Luego me acosté con la profetisa, que concibió y dio a luz un hijo.
El Señor me dijo:
— Lo llamarás Maher Salal, Jas Baz,
4
pues, antes de que sepa el niño decirpapá” y “mamá”, serán llevados ante el rey de Asiria las riquezas de Damasco y el botín de Samaría.


Anuncio de la invasión asiria

5
El Señor volvió a hablarme en estos términos:
6
Este pueblo ha despreciado las aguas de Siloé, que corren mansas, y se ha alegrado ante el orgullo invasor de Rasín y del hijo de Remalías.
7
Por eso, el Señor va a hacer que los aneguen las aguas del Éufrates, poderosas y caudalosas:
se saldrán de su cauce,
correrán inundando riberas,
8
penetrarán impetuosas por Judá,
llegarán hasta el cuello.
Sus límites se extenderán
hasta cubrir la anchura de la tierra.
¡Oh Dios-con-nosotros!


Los proyectos de los pueblos

9
Reúnanse, pueblos, y échense a temblar;
escuchen los de tierras lejanas:
aunque se ciñan las armas,
serán derrotados;
aunque se preparen para la guerra,
serán quebrantados.
10
Si hacen un plan, fracasará;
su palabra no se sostendrá,
pues está Dios-con-nosotros.


El Señor es el auténtico conspirador

11
Así me dijo el Señor sujetándome con la mano e impidiéndome caminar con este pueblo:
12
No llamen conspiración
a lo que este pueblo llama conspiración.
No teman ni se asusten
ante lo que él teme.
13
Llamenconspirador” al Señor del universo,
porque él será su temor y su miedo.
14
Se convertirá en conspirador,
en piedra de tropiezo
y en obstáculo rocoso
para las dos casas de Israel,
en lazo y en trampa
para los vecinos de Jerusalén.
15
Muchos tropezarán allí,
caerán, quedarán destrozados,
quedarán enlazados, atrapados.


Esperar al Señor sin consultas vanas

16
Guardo esta advertencia, pongo sello
a esta instrucción para mis discípulos.
17
Seguiré esperando en el Señor;
aunque oculte su rostro a la casa de Jacob,
en él seguiré esperando.
18
Yo y los hijos que me dio el Señor
seremos signo y presagio en Israel;
es cosa del Señor del universo,
que habita en el monte Sión.
19
Ya verán cómo les dicen:
Consulten a los espíritus,
a los adivinos que susurran y musitan.
¿No tiene un pueblo que evocar
a los muertos en favor de los vivos,
20
en busca de advertencia e instrucción?”.
Seguro que así les hablará
quien carece de poder para evocar.


Oscuridad sin salida

21
Andará por el país abatido y hambriento,
y a causa de su rabia y de su hambruna
maldecirá a su rey y a su Dios.
Volverá su cara hacia arriba,
22
mirará después a la tierra:
verá persecución y tiniebla,
verá oscuridad angustiosa,
noche cerrada sin luz.
23
Pues no hay escape posible
para quien se halla acosado.


Luz intensa

En otro tiempo humilló
al país de Zabulón
y al país de Neftalí;
al final ensalzará
el camino de la mar,
cuando se cruza el Jordán:
Galilea de los paganos.