Triunfo del mal y aparente ausencia de Dios

1
Job respondió así:
2
También hoy me lamento y me rebelo
pues su mano multiplica mis gemidos.
3
¡Si supiera al menos dar con él,
si pudiese entrar en su morada!
4
Expondría mi causa ante él,
llenaría mi boca de razones;
5
sabría en qué términos se defiende,
entendería lo que quiere decirme.
6
¿Recurriría en el pleito a su gran fuerza?
No creo;
me escucharía con atención.
7
Yo discutiría limpiamente con él
y ganaría finalmente el caso.
8
Mas voy a Oriente y no está allí;
a Occidente y no puedo distinguirlo;
9
se oculta en el Norte y no lo veo;
escondido en el Sur, no lo descubro.
10
Él, en cambio, conoce mis andanzas;
si me prueba, saldré purificado como el oro.
11
He seguido de cerca sus huellas,
firme en su camino, sin desviarme;
12
no me he apartado de las normas de su boca,
he guardado en el pecho sus decretos.
13
Pero él es firme en sus decisiones,
¿quién podrá disuadirlo?
Siempre lleva a cabo sus proyectos.
14
Seguro que ejecuta mi sentencia,
como hace en casos parecidos.
15
Por eso tengo miedo de verlo;
cuando pienso en ello, me espanto.
16
Dios me ha arrancado el valor,
me aterroriza el Todopoderoso.
17
¡Ojalá desapareciese en la tiniebla
y la oscuridad ocultase mi rostro!