- La aparente injusticia divina
- 1
- Respondió Job:
- 2
- Sé que las cosas son así:
que no es justo ante Dios el ser humano.
- 3
- Si quiere litigar con él,
no le rebatirá de mil razones una.
- 4
- Dios es sabio y poderoso,
¿quién le hace frente y queda ileso?
- 5
- Con su cólera remueve los montes,
los desplaza y nadie lo nota.
- 6
- Sacude la tierra en sus cimientos,
hace que vacilen sus pilares;
- 7
- si lo ordena, el sol ya no brilla
y retiene bajo sello a las estrellas.
- 8
- Él solo despliega los cielos
y camina sobre la espalda del Mar;
- 9
- él ha hecho la Osa y el Orión,
las Pléyades y las Cámaras del Sur.
- 10
- Hace prodigios inexplicables,
realiza maravillas incontables.
- 11
- Si pasa a mi vera, no lo veo;
me roza y no me doy cuenta;
- 12
- si apresa algo, ¿quién se lo impedirá
o quién le dirá: “qué estás haciendo”?
- 13
- Dios no renuncia a su cólera,
a él se someten los aliados de Rahab.
- 14
- ¡Cuánto menos podré yo defenderme,
afinando argumentos contra él!
- 15
- Aun teniendo yo razón, no respondería;
tendría que suplicar a mi adversario;
- 16
- aunque respondiera a mi requerimiento,
no creo que atendiera a mis palabras.
- 17
- ¡Él es capaz de aplastarme por una tontería,
de multiplicar sin motivo mis heridas;
- 18
- no me deja respirar tranquilo,
me tiene saciado de amargura!
- 19
- Si es cuestión de fuerza,
ahí está su poder; si se trata de justicia, ¿quién lo emplazará?
- 20
- Aun teniendo yo razón,
su boca me condenaría; aun siendo yo inocente, demostraría mi culpa.
- 21
- Pero ¿soy inocente?
Ni siquiera lo sé. ¡Desprecio mi existencia!
- 22
- Aunque da lo mismo.
Así que afirmo: destruye igual al inocente que al culpable.
- 23
- Si una peste matase de repente,
se burlaría del dolor del inocente.
- 24
- Entrega un país a un malvado
y ciega los ojos de los magistrados. ¿Quién puede hacerlo, sino él?
- 25
- Mis días corren más que un correo,
escapan sin que pueda ver la dicha;
- 26
- se deslizan como balsas de junco,
como el águila al caer sobre la presa.
- 27
- Si me digo: “Olvidaré la tristeza,
que la alegría cambie mi semblante”,
- 28
- tengo miedo de lo que pueda sufrir,
pues sé que no me crees inocente.
- 29
- Y si resulta que soy culpable,
¿qué sentido tiene luchar en vano?
- 30
- Aunque me lavase con jabón
y frotara mis manos con sosa,
- 31
- tú me arrastrarías por la porquería
hasta que me diera asco mi ropa.
- 32
- No es un ser humano como yo para decirle:
“Enfrentémonos juntos en un juicio”.
- 33
- Pero no existe un mediador
que ponga su mano entre los dos,
- 34
- que retire su vara de mi espalda
y me libre del terror que me atenaza.
- 35
- Si lo hubiera, le hablaría sin miedo,
pues creo que no soy culpable.
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