- Introducción (1,1-4)
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- Muchos son los que han intentado escribir una historia coherente de los hechos que acaecieron entre nosotros,
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- tal y como nos los transmitieron quienes desde el principio fueron testigos presenciales y encargados de anunciar el mensaje.
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- Pues bien, muy ilustre Teófilo, después de investigar a fondo y desde sus orígenes todo lo sucedido, también a mí me ha parecido conveniente ponértelo por escrito ordenadamente,
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- para que puedas reconocer la autenticidad de la enseñanza que has recibido.
I.— RELATOS DE LA INFANCIA (1,5—2,52) Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista
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- Durante el reinado de Herodes en Judea, hubo un sacerdote llamado Zacarías, que pertenecía al grupo sacerdotal de Abías.
La esposa de Zacarías, llamada Elisabet, pertenecía también a la descendencia de Aarón.
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- Ambos esposos eran rectos delante de Dios, intachables en el cumplimiento de todos los mandatos y disposiciones del Señor.
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- Eran los dos de edad muy avanzada y no tenían hijos, porque Elisabet era estéril.
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- Estando un día Zacarías ejerciendo el servicio sagrado conforme al orden establecido,
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- le tocó en suerte, según costumbre sacerdotal, entrar en el Templo a ofrecer el incienso.
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- Mientras ofrecía el incienso, una gran multitud de fieles permanecía fuera en oración.
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- En esto, un ángel del Señor se le apareció a la derecha del altar del incienso.
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- Zacarías, al verlo, se echó a temblar, lleno de miedo.
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- Pero el ángel le dijo:
— No tengas miedo, Zacarías. Dios ha escuchado tu oración, y tu mujer Elisabet te dará un hijo, al que llamarás Juan.
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- Tendrás una gran alegría y serán muchos los que también se alegrarán de su nacimiento,
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- porque será grande delante del Señor.
No beberá vino ni otra bebida alcohólica cualquiera; estará lleno del Espíritu Santo aun antes de nacer
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- y hará que muchos israelitas vuelvan de nuevo al Señor su Dios.
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- Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, hará que los padres se reconcilien con los hijos y que los rebeldes recuperen la sensatez de los rectos, preparando así al Señor un pueblo bien dispuesto.
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- Zacarías dijo al ángel:
— Pero ¿cómo podré estar seguro de eso? Yo ya soy viejo y mi mujer tiene también muchos años.
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- El ángel le contestó:
— Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios. Él me envió a hablar contigo y comunicarte esta buena noticia.
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- Cuanto te he dicho se cumplirá en su momento oportuno;
pero como no has dado crédito a mis palabras, vas a quedarte mudo y no volverás a hablar hasta el día en que tenga lugar todo esto.
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- Mientras tanto, la gente que esperaba a Zacarías estaba extrañada de que permaneciera tanto tiempo en el Templo.
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- Cuando por fin salió, al ver que no podía hablar, comprendieron que había tenido una visión en el Templo.
Había quedado mudo y sólo podía expresarse por señas.
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- Una vez cumplido el tiempo de su servicio sacerdotal, Zacarías volvió a su casa.
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- Pasados unos días, Elisabet, su esposa, quedó embarazada y permaneció cinco meses sin salir de casa, pues decía:
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- “Al hacer esto conmigo, el Señor ha querido librarme de la vergüenza ante los demás”.
Anuncio del nacimiento de Jesús
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- Al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a Nazaret, un pueblo de Galilea,
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- a visitar a una joven virgen llamada María, que estaba prometida en matrimonio a José, un varón descendiente del rey David.
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- El ángel entró en el lugar donde estaba María y le dijo:
— Alégrate, favorecida de Dios. El Señor está contigo.
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- María se quedó perpleja al oír estas palabras, preguntándose qué significaba aquel saludo.
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- Pero el ángel le dijo:
— No tengas miedo, María, pues Dios te ha concedido su gracia.
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- Vas a quedar embarazada, y darás a luz un hijo, al cual pondrás por nombre Jesús.
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- Un hijo que será grande, será Hijo del Altísimo.
Dios, el Señor, le entregará el trono de su antepasado David,
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- reinará eternamente sobre la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin.
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- María replicó al ángel:
— Yo no tengo relaciones conyugales con nadie; ¿cómo, pues, podrá sucederme esto?
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- El ángel le contestó:
— El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Dios Altísimo te envolverá. Por eso, el niño que ha de nacer será santo, será Hijo de Dios.
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- Mira, si no, a Elisabet, tu parienta: también ella va a tener un hijo en su ancianidad;
la que consideraban estéril, está ya de seis meses,
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- porque para Dios no hay nada imposible.
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- María dijo:
— Yo soy la esclava del Señor. Que él haga conmigo como dices. Entonces el ángel la dejó y se fue.
María visita a Elisabet
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- Por aquellos mismos días María se puso en camino y, a toda prisa, se dirigió a un pueblo de la región montañosa de Judá.
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- Entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet.
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- Y sucedió que, al oír Elisabet el saludo de María, el niño que llevaba en su vientre saltó de alegría.
Elisabet quedó llena del Espíritu Santo,
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- y exclamó con gritos alborozados:
— ¡Dios te ha bendecido más que a ninguna otra mujer, y ha bendecido también al hijo que está en tu vientre!
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- Pero ¿cómo se me concede que la madre de mi Señor venga a visitarme?
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- Porque, apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre.
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- ¡Feliz tú, porque has creído que el Señor cumplirá las promesas que te ha hecho!
María alaba al Señor
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- Entonces dijo María:
— Todo mi ser ensalza al Señor.
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- Mi corazón está lleno de alegría
a causa de Dios, mi Salvador,
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- porque ha puesto sus ojos en mí
que soy su humilde esclava. De ahora en adelante todos me llamarán feliz,
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- pues ha hecho maravillas conmigo
aquel que es todopoderoso, aquel cuyo nombre es santo
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- y que siempre tiene misericordia
de aquellos que le honran.
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- Con la fuerza de su brazo
destruyó los planes de los soberbios.
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- Derribó a los poderosos de sus tronos
y encumbró a los humildes.
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- Llenó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
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- Se desveló por el pueblo de Israel, su siervo,
acordándose de mostrar misericordia,
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- conforme a la promesa de valor eterno
que hizo a nuestros antepasados, a Abrahán y a todos sus descendientes.
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- María se quedó unos tres meses con Elisabet, y luego regresó a su casa.
Nacimiento de Juan
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- Cuando se cumplió el tiempo de dar a luz, Elisabet tuvo un hijo.
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- Sus vecinos y parientes se enteraron de este gran don que el Señor, en su misericordia, le había concedido, y acudieron a felicitarla.
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- A los ocho días del nacimiento llevaron a circuncidar al niño.
Todos querían que se llamase Zacarías como su padre;
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- pero la madre dijo:
— No, su nombre ha de ser Juan.
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- Ellos, entonces, le hicieron notar:
— Nadie se llama así en tu familia.
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- Así que se dirigieron al padre y le preguntaron por señas qué nombre quería poner al niño.
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- Zacarías pidió una tablilla de escribir y puso en ella: “Su nombre es Juan”, con lo que todos se quedaron asombrados.
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- En aquel mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios,
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- de modo que los vecinos que estaban viendo lo que pasaba se llenaron de temor.
Todos estos acontecimientos se divulgaron por toda la región montañosa de Judea.
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- Y cuantos oían hablar de lo sucedido, se quedaban muy pensativos y se preguntaban: “¿Qué va a ser este niño?”.
Porque era evidente que el Señor estaba con él.
La profecía de Zacarías
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- Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno del Espíritu Santo y habló proféticamente diciendo:
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- ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,
que ha venido a auxiliar y a dar la libertad a su pueblo!
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- Nos ha suscitado un poderoso salvador
de entre los descendientes de su siervo David.
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- Esto es lo que había prometido desde antiguo
por medio de sus santos profetas:
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- que nos salvaría de nuestros enemigos
y del poder de los que nos odian,
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- mostrando así su compasión
con nuestros antepasados y acordándose de cumplir su santa alianza.
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- Y este es el firme juramento
que hizo a nuestro padre Abrahán:
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- que nos libraría de nuestros enemigos,
para que, sin temor alguno, le sirvamos
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- santa y rectamente en su presencia
a lo largo de toda nuestra vida.
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- En cuanto a ti, hijo mío,
serás profeta del Dios Altísimo, porque irás delante del Señor para preparar su venida
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- y anunciar a su pueblo la salvación
mediante el perdón de los pecados.
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- Y es que la misericordia entrañable de nuestro Dios,
nos trae de lo alto un nuevo amanecer
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- para llenar de luz a los que viven
en oscuridad y sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por caminos de paz.
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- El niño creció y su espíritu se fortaleció.
Y estuvo viviendo en lugares desiertos hasta el día en que se presentó ante el pueblo de Israel.
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