Resurrección de Jesús (Mc 16,1-8; Lc 24,1-12; Jn 20.1-10)

1
Pasado el sábado, cuando ya apuntaba el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro.
2
De pronto se produjo un fuerte terremoto, pues un ángel del Señor, que había bajado del cielo, se acercó al sepulcro, removió la piedra que cerraba la entrada y se sentó sobre ella.
3
Resplandecía como un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve.
4
Los soldados que guardaban el sepulcro se echaron a temblar de miedo y se quedaron como muertos.
5
Entonces el ángel dijo a las mujeres:
— No teman.
Ya sé que están buscando a Jesús, el que fue crucificado.
6
No está aquí, pues ha resucitado, tal como anunció.
Vengan y vean el lugar donde lo habían puesto.
7
Ahora vayan aprisa y anuncien a sus discípulos que Jesús ha resucitado de entre los muertos y que va delante de ellos a Galilea.
Allí lo verán ustedes.
Esto es lo que yo tenía que decirles.
8
Las mujeres se alejaron rápidamente del sepulcro y, asustadas pero al mismo tiempo llenas de alegría, corrieron a llevar la noticia a los discípulos.
9
En esto, Jesús les salió al encuentro y las saludó;
ellas abrazaron sus pies y lo adoraron.
10
Jesús entonces les dijo:
— No tengan miedo.
Vayan a llevar la noticia a mis hermanos.
Díganles que se dirijan a Galilea;
allí podrán verme.


El soborno de los soldados

11
Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados de la guardia se fueron a la ciudad y comunicaron a los jefes de los sacerdotes lo que había sucedido.
12
Estos se reunieron con los ancianos del pueblo, y entre todos acordaron sobornar a los soldados
13
para que dijeran que los discípulos de Jesús habían robado el cuerpo durante la noche, mientras la guardia dormía.
14
Aseguraron además a los soldados que los librarían de toda responsabilidad si el asunto llegaba a oídos del gobernador.
15
Los soldados tomaron el dinero e hicieron como se les había indicado.
Y esta es la versión de lo sucedido que siguen dando los judíos hasta el día de hoy.


Misión apostólica universal (Mc 16,14-18; Lc 24,36-49; Jn 20,19-23; Hch 1,6-8)

16
Los once discípulos fueron, pues, a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
17
Allí encontraron a Jesús y le adoraron, aunque algunos todavía dudaban.
18
Jesús se acercó y les dijo:
Dios me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.
19
Vayan, pues, y hagan discípulos a los habitantes de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
20
y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado.
Y sepan ustedes que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.