- Elías huye a Horeb
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- Acab le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho, y cómo había matado a todos los profetas a filo de espada.
- 2
- Entonces Jezabel envió un mensajero a que le dijera a Elías: «¡Que los dioses me castiguen sin piedad si mañana a esta hora no te he quitado la *vida como tú se la quitaste a ellos!»
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- Elías se asustó y huyó para ponerse a salvo.
Cuando llegó a Berseba de Judá, dejó allí a su criado
- 4
- y caminó todo un día por el desierto.
Llegó adonde había un arbusto, y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados.»
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- Luego se acostó debajo del arbusto y se quedó dormido.
De repente, un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate y come.»
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- Elías miró a su alrededor, y vio a su cabecera un panecillo cocido sobre carbones calientes, y un jarro de agua.
Comió y bebió, y volvió a acostarse.
- 7
- El ángel del Señor regresó y, tocándolo, le dijo: «Levántate y come, porque te espera un largo viaje.»
- 8
- Elías se levantó, y comió y bebió.
Una vez fortalecido por aquella comida, viajó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a Horeb, el monte de Dios.
- 9
- Allí pasó la noche en una cueva.
El Señor se le aparece a Elías
- Más tarde, la palabra del Señor vino a él.
—¿Qué haces aquí, Elías? —le preguntó.
- 10
- —Me consume mi amor por ti, Señor Dios *Todopoderoso —respondió él—.
Los israelitas han rechazado tu *pacto, han derribado tus altares, y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!
- 11
- El Señor le ordenó:
—Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto de pasar por allí. Como heraldo del Señor vino un viento recio, tan violento que partió las montañas e hizo añicos las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Al viento lo siguió un terremoto, pero el Señor tampoco estaba en el terremoto.
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- Tras el terremoto vino un fuego, pero el Señor tampoco estaba en el fuego.
Y después del fuego vino un suave murmullo.
- 13
- Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto y, saliendo, se puso a la entrada de la cueva.
Entonces oyó una voz que le dijo: —¿Qué haces aquí, Elías?
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- Él respondió:
—Me consume mi amor por ti, Señor, Dios Todopoderoso. Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares, y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!
- 15
- El Señor le dijo:
—Regresa por el mismo camino, y ve al desierto de Damasco. Cuando llegues allá, unge a Jazael como rey de *Siria,
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- y a Jehú hijo de Nimsi como rey de Israel;
unge también a Eliseo hijo de Safat, de Abel Mejolá, para que te suceda como profeta.
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- Jehú dará muerte a cualquiera que escape de la espada de Jazael, y Eliseo dará muerte a cualquiera que escape de la espada de Jehú.
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- Sin embargo, yo preservaré a siete mil israelitas que no se han arrodillado ante *Baal ni lo han besado.
El llamamiento de Eliseo
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- Elías salió de allí y encontró a Eliseo hijo de Safat, que estaba arando.
Había doce yuntas de bueyes en fila, y él mismo conducía la última. Elías pasó junto a Eliseo y arrojó su manto sobre él.
- 20
- Entonces Eliseo dejó sus bueyes y corrió tras Elías.
—Permítame usted despedirme de mi padre y de mi madre con un beso —dijo él—, y luego lo seguiré. —Anda, ve —respondió Elías—. Yo no te lo voy a impedir.
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- Eliseo lo dejó y regresó.
Tomó su yunta de bueyes y los sacrificó. Quemando la madera de la yunta, asó la carne y se la dio al pueblo, y ellos comieron. Luego partió para seguir a Elías y se puso a su servicio.
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