- Manifestación y juicio del malvado
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- Ahora bien, hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, les pedimos que
- 2
- no pierdan la cabeza ni se alarmen por ciertas profecías, ni por mensajes orales o escritos supuestamente nuestros, que digan: «¡Ya llegó el día del Señor!»
- 3
- No se dejen engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza.
- 4
- Éste se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios.
- 5
- ¿No recuerdan que ya les hablaba de esto cuando estaba con ustedes?
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- Bien saben que hay algo que detiene a este hombre, a fin de que él se manifieste a su debido tiempo.
- 7
- Es cierto que el *misterio de la maldad ya está ejerciendo su poder;
pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene.
- 8
- Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida.
- 9
- El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos.
- 10
- Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos.
- 11
- Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira.
- 12
- Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad sino que se deleitaron en el mal.
Exhortación a la perseverancia
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- Nosotros, en cambio, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque desde el principio Dios los escogió para ser salvos, mediante la obra *santificadora del Espíritu y la fe que tienen en la verdad.
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- Para esto Dios los llamó por nuestro *evangelio, a fin de que tengan parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
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- Así que, hermanos, sigan firmes y manténganse fieles a las enseñanzas que, oralmente o por carta, les hemos transmitido.
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- Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza,
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- los anime y les fortalezca el corazón, para que tanto en palabra como en obra hagan todo lo que sea bueno.
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