- Jacob envía mensajeros a Esaú
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- Jacob también siguió su camino, pero unos ángeles de Dios salieron a su encuentro.
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- Al verlos, exclamó: «¡Éste es el campamento de Dios!» Por eso llamó a ese lugar Majanayin.
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- Luego Jacob envió mensajeros a su hermano Esaú, que estaba en la tierra de Seír, en la región de Edom.
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- Y les ordenó que le dijeran: «Mi señor Esaú, su siervo Jacob nos ha enviado a decirle que él ha vivido en la casa de Labán todo este tiempo,
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- y que ahora tiene vacas, asnos, ovejas, esclavos y esclavas.
Le manda este mensaje, con la esperanza de ganarse su favor.»
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- Cuando los mensajeros regresaron, le dijeron a Jacob: «Fuimos a hablar con su hermano Esaú, y ahora viene al encuentro de usted, acompañado de cuatrocientos hombres.»
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- Jacob sintió mucho miedo, y se puso muy angustiado.
Por eso dividió en dos grupos a la gente que lo acompañaba, y lo mismo hizo con las ovejas, las vacas y los camellos,
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- pues pensó: «Si Esaú ataca a un grupo, el otro grupo podrá escapar.»
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- Entonces Jacob se puso a orar: «Señor, Dios de mi abuelo Abraham y de mi padre Isaac, que me dijiste que regresara a mi tierra y a mis familiares, y que me harías prosperar:
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- realmente yo, tu siervo, no soy digno de la bondad y fidelidad con que me has privilegiado.
Cuando crucé este río Jordán, no tenía más que mi bastón; pero ahora he llegado a formar dos campamentos.
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- ¡Líbrame del poder de mi hermano Esaú, pues tengo miedo de que venga a matarme a mí y a las madres y a los niños!
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- Tú mismo afirmaste que me harías prosperar, y que mis descendientes serían tan numerosos como la arena del mar, que no se puede contar.»
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- Jacob pasó la noche en aquel lugar, y de lo que tenía consigo escogió, como regalo para su hermano Esaú,
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- doscientas cabras, veinte chivos, doscientas ovejas, veinte carneros,
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- treinta camellas con sus crías, cuarenta vacas, diez novillos, veinte asnas y diez asnos.
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- Luego los puso a cargo de sus siervos, cada manada por separado, y les dijo: «Vayan adelante, pero dejen un buen espacio entre manada y manada.»
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- Al que iba al frente, le ordenó: «Cuando te encuentres con mi hermano Esaú y te pregunte de quién eres, a dónde te diriges y de quién es el ganado que llevas,
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- le contestarás: “Es un regalo para usted, mi señor Esaú, que de sus ganados le manda su siervo Jacob.
Además, él mismo viene detrás de nosotros.” »
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- Jacob les dio la misma orden al segundo y al tercer grupo, y a todos los demás que iban detrás del ganado.
Les dijo: «Cuando se encuentren con Esaú, le dirán todo esto,
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- y añadirán: “Su siervo Jacob viene detrás de nosotros.” »
Jacob pensaba: «Lo apaciguaré con los regalos que le llegarán primero, y luego me presentaré ante él; tal vez así me reciba bien.»
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- De esta manera los regalos lo precedieron, pero Jacob se quedó esa noche en el campamento.
Jacob lucha con un ángel
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- Aquella misma noche Jacob se levantó, tomó a sus dos esposas, a sus dos esclavas y a sus once hijos, y cruzó el vado del río Jaboc.
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- Una vez que lo habían cruzado, hizo pasar también todas sus posesiones,
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- quedándose solo.
Entonces un hombre luchó con él hasta el amanecer.
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- Cuando ese hombre se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo tocó en la coyuntura de la cadera, y ésta se le dislocó mientras luchaban.
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- Entonces el hombre le dijo:
—¡Suéltame, que ya está por amanecer! —¡No te soltaré hasta que me bendigas! —respondió Jacob.
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- —¿Cómo te llamas? —le preguntó el hombre.
—Me llamo Jacob —respondió.
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- Entonces el hombre le dijo:
—Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los *hombres, y has vencido.
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- —Y tú, ¿cómo te llamas? —le preguntó Jacob.
—¿Por qué preguntas cómo me llamo? —le respondió el hombre. Y en ese mismo lugar lo bendijo.
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- Jacob llamó a ese lugar Penuel, porque dijo: «He visto a Dios cara a cara, y todavía sigo con *vida.»
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- Cruzaba Jacob por el lugar llamado Penuel, cuando salió el sol.
A causa de su cadera dislocada iba rengueando.
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- Por esta razón los israelitas no comen el tendón que está en la coyuntura de la cadera, porque a Jacob se le tocó en dicho tendón.
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