- 1
- ¡Ay de los que emiten decretos inicuos
y publican edictos opresivos!
- 2
- Privan de sus derechos a los pobres,
y no les hacen justicia a los oprimidos de mi pueblo; hacen de las viudas su presa y saquean a los huérfanos.
- 3
- ¿Qué van a hacer cuando deban rendir cuentas,
cuando llegue desde lejos la tormenta? ¿A quién acudirán en busca de ayuda? ¿En dónde dejarán sus riquezas?
- 4
- No les quedará más remedio
que humillarse entre los cautivos o morir entre los masacrados. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; ¡su mano aún sigue extendida!
Juicio de Dios sobre Asiria
- 5
- «¡Ay de Asiria, vara de mi ira!
¡El garrote de mi enojo está en su mano!
- 6
- Lo envío contra una nación impía,
lo mando contra un pueblo que me enfurece, para saquearlo y despojarlo, para pisotearlo como al barro de las calles.
- 7
- Pero esto Asiria no se lo propuso;
¡ni siquiera lo pensó! Sólo busca destruir y aniquilar a muchas naciones.
- 8
- Pues dice: “¿Acaso no son reyes todos mis jefes?
- 9
- ¿No es Calnó como Carquemis?
¿No es Jamat como Arfad, y Samaria como Damasco?
- 10
- Así como alcanzó mi mano
a los reinos de los ídolos, reinos cuyas imágenes superaban a las de Jerusalén y de Samaria,
- 11
- y así como hice con Samaria y sus dioses,
también haré con Jerusalén y sus ídolos.” »
- 12
- Cuando el Señor termine lo que va a hacer contra el monte *Sión y contra Jerusalén, él dirá: «Castigaré el fruto del orgulloso *corazón del rey de Asiria y la arrogancia de sus ojos.»
- 13
- Porque afirma:
«Esto lo hizo el poder de mi mano; lo hizo mi sabiduría, porque soy inteligente. He cambiado las fronteras de los pueblos, he saqueado sus tesoros; como un guerrero poderoso he derribado a sus reyes.
- 14
- Como quien mete la mano en un nido,
me he adueñado de la riqueza de los pueblos; como quien recoge huevos abandonados, me he apoderado de toda la tierra; y no hubo nadie que aleteara ni abriera el pico y chillara.»
- 15
- ¿Puede acaso gloriarse el hacha
más que el que la maneja, o jactarse la sierra contra quien la usa? ¡Como si pudiera el bastón manejar a quien lo tiene en la mano, o la frágil vara pudiera levantar a quien pesa más que la madera!
- 16
- Por eso enviará el Señor,
el Señor *Todopoderoso, una enfermedad devastadora sobre sus robustos guerreros. En vez de honrarlos, les prenderá fuego, un fuego como de llama ardiente.
- 17
- La luz de Israel se convertirá en fuego;
su *Santo se volverá una llama. En un solo día quemará sus espinos y consumirá sus zarzas.
- 18
- Destruirá de extremo a extremo
el esplendor de sus bosques y de sus huertos, como enfermo carcomido por la plaga.
- 19
- Tan pocos árboles quedarán en su bosque
que hasta un niño podrá contarlos.
El remanente de Israel
- 20
- En aquel día ni el remanente de Israel
ni los sobrevivientes del pueblo de Jacob volverán a apoyarse en quien los hirió de muerte, sino que su apoyo verdadero será el Señor, el *Santo de Israel.
- 21
- Y un remanente volverá;
un remanente de Jacob volverá al Dios Poderoso.
- 22
- Israel,
aunque tu pueblo sea como la arena del mar, sólo un remanente volverá. Se ha decretado destrucción, abrumadora justicia.
- 23
- Porque el Señor, el Señor *Todopoderoso,
ejecutará la destrucción decretada en medio de todo el país.
- 24
- Por eso, así dice el Señor, el Señor Todopoderoso:
«Pueblo mío, que vives en *Sión, no tengas temor de Asiria. Aunque te golpee con el bastón y contra ti levante una vara, como lo hizo Egipto.
- 25
- Dentro de muy poco tiempo
mi indignación contra ti llegará a su fin, y mi ira destruirá a tus enemigos.»
- 26
- Con un látigo los azotará
el Señor Todopoderoso, como cuando abatió a Madián en la *roca de Oreb; levantará sobre el mar su vara, como lo hizo en Egipto.
- 27
- En aquel día
esa carga se te quitará de los hombros, y a causa de la gordura se romperá el yugo que llevas en el cuello.
- 28
- Llega el enemigo hasta Ayat,
pasa por Migrón, y deja en Micmás su equipaje.
- 29
- Cruza el vado, y dice:
«Acamparemos en Gueba.» Ramá se pone a temblar, y huye Guibeá, ciudad de Saúl.
- 30
- ¡Clama a gritos, hija de Galín!
¡Escucha, Lais! ¡Pobre Anatot!
- 31
- Se ha puesto en fuga Madmena;
los habitantes de Guebín buscan refugio.
- 32
- Hoy mismo se detendrá en Nob;
agitará su puño contra el monte de la ciudad de Sión, el monte de Jerusalén.
- 33
- ¡Miren! El Señor, el Señor Todopoderoso,
desgaja las ramas con fuerza increíble. Los árboles más altos son talados; los más elevados son abatidos.
- 34
- Derriba con un hacha la espesura del bosque,
y el esplendor del Líbano se viene abajo.
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