- Le piden a Jesús una señal
- 1
- Los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús y, para ponerlo a prueba, le pidieron que les mostrara una señal del cielo.
- 2
- Él les contestó: «Al atardecer, ustedes dicen que hará buen tiempo porque el cielo está rojizo,
- 3
- y por la mañana, que habrá tempestad porque el cielo está nublado y amenazante.
Ustedes saben discernir el aspecto del cielo, pero no las señales de los tiempos.
- 4
- Esta generación malvada y adúltera busca una señal milagrosa, pero no se le dará más señal que la de Jonás.» Entonces Jesús los dejó y se fue.
La levadura de los fariseos y de los saduceos
- 5
- Cruzaron el lago, pero a los discípulos se les había olvidado llevar pan.
- 6
- —Tengan cuidado —les advirtió Jesús—;
eviten la levadura de los fariseos y de los saduceos.
- 7
- Ellos comentaban entre sí: «Lo dice porque no trajimos pan.»
- 8
- Al darse cuenta de esto, Jesús les recriminó:
—Hombres de poca fe, ¿por qué están hablando de que no tienen pan?
- 9
- ¿Todavía no entienden? ¿No recuerdan los cinco panes para los cinco mil, y el número de canastas que recogieron?
- 10
- ¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y el número de cestas que recogieron?
- 11
- ¿Cómo es que no entienden que no hablaba yo del pan sino de tener cuidado de la levadura de fariseos y saduceos?
- 12
- Entonces comprendieron que no les decía que se cuidaran de la levadura del pan sino de la enseñanza de los fariseos y de los saduceos.
La confesión de Pedro
- 13
- Cuando llegó a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
—¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? Le respondieron:
- 14
- —Unos dicen que es Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los profetas.
- 15
- —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
- 16
- —Tú eres el *Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro.
- 17
- —*Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás —le dijo Jesús—, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo.
- 18
- Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella.
- 19
- Te daré las llaves del reino de los cielos;
todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.
- 20
- Luego les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Cristo.
Jesús predice su muerte
- 21
- Desde entonces comenzó Jesús a advertir a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los *ancianos, de los jefes de los sacerdotes y de los *maestros de la ley, y que era necesario que lo mataran y que al tercer día resucitara.
- 22
- Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo:
—¡De ninguna manera, Señor! ¡Esto no te sucederá jamás!
- 23
- Jesús se volvió y le dijo a Pedro:
—¡Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme *tropezar; no piensas en las cosas de Dios sino en las de los hombres.
- 24
- Luego dijo Jesús a sus discípulos:
—Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.
- 25
- Porque el que quiera salvar su *vida, la perderá;
pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrará.
- 26
- ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida?
- 27
- Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.
- 28
- Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino.
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