- Humillación y exaltación de Cristo
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- Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable,
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- llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento.
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- No hagan nada por egoísmo o vanidad;
más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.
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- Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.
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- La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús,
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- quien, siendo por naturaleza Dios,
no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
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- Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
tomando la naturaleza de *siervo y haciéndose semejante a los seres *humanos.
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- Y al manifestarse como hombre,
se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!
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- Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo
y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre,
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- para que ante el nombre de Jesús
se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra,
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- y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre.
Testimonio de luz
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- Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre —no sólo en mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia— lleven a cabo su salvación con temor y temblor,
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- pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.
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- Háganlo todo sin quejas ni contiendas,
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- para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada.
En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento,
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- manteniendo en alto la palabra de vida.
Así en el día de Cristo me sentiré *satisfecho de no haber corrido ni trabajado en vano.
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- Y aunque mi vida fuera derramada sobre el sacrificio y servicio que proceden de su fe, me alegro y comparto con todos ustedes mi alegría.
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- Así también ustedes, alégrense y compartan su alegría conmigo.
Dos colaboradores ejemplares
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- Espero en el Señor Jesús enviarles pronto a Timoteo, para que también yo cobre ánimo al recibir noticias de ustedes.
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- No tengo a nadie más que, como él, se preocupe de veras por el bienestar de ustedes,
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- pues todos los demás buscan sus propios intereses y no los de Jesucristo.
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- Pero ustedes conocen bien la entereza de carácter de Timoteo, que ha servido conmigo en la obra del *evangelio, como un hijo junto a su padre.
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- Así que espero enviárselo tan pronto como se aclaren mis asuntos.
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- Y confío en el Señor que yo mismo iré pronto.
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- Ahora bien, creo que es necesario enviarles de vuelta a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien ustedes han enviado para atenderme en mis necesidades.
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- Él los extraña mucho a todos y está afligido porque ustedes se enteraron de que estaba enfermo.
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- En efecto, estuvo enfermo y al borde de la muerte;
pero Dios se compadeció de él, y no sólo de él sino también de mí, para no añadir tristeza a mi tristeza.
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- Así que lo envío urgentemente para que, al verlo de nuevo, ustedes se alegren y yo esté menos preocupado.
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- Recíbanlo en el Señor con toda alegría y honren a los que son como él,
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- porque estuvo a punto de morir por la obra de Cristo, arriesgando la *vida para suplir el servicio que ustedes no podían prestarme.
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