- Jeroboam y el Hombre de Dios
- 1
- Sucedió que un hombre de Dios fue desde Judá a Betel (Casa de Dios) por palabra del Señor, cuando Jeroboam estaba junto al altar para quemar incienso.
- 2
- Y el hombre de Dios clamó contra el altar por palabra del Señor, y dijo: “Oh altar, altar, así dice el Señor: ‘A la casa de David le nacerá un hijo, que se llamará Josías;
y él sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman incienso sobre ti, y sobre ti serán quemados huesos humanos.’”
- 3
- Aquel mismo día dio una señal, y dijo: “Esta es la señal de que el Señor ha hablado: ‘El altar se romperá y las cenizas que están sobre él se derramarán.’”
- 4
- Cuando el rey oyó la palabra que el hombre de Dios había clamado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar y dijo: “¡Préndanlo!” Pero la mano que extendió contra él se le quedó rígida, de modo que no podía volverla hacia sí.
- 5
- El altar se rompió y las cenizas se derramaron del altar, conforme a la señal que el hombre de Dios había dado por palabra del Señor.
- 6
- El rey respondió al hombre de Dios: “Te ruego que supliques al Señor tu Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada.” El hombre de Dios suplicó al Señor y la mano del rey le fue restaurada, y quedó como antes.
- 7
- Entonces el rey dijo al hombre de Dios: “Ven conmigo a casa y refréscate, y te daré una recompensa.”
- 8
- Pero el hombre de Dios dijo al rey: “Aunque usted me diera la mitad de su casa no iría con usted, tampoco comería pan ni bebería agua en este lugar.
- 9
- Porque así se me ordenó por palabra del Señor, que me dijo: ‘No comerás pan, ni beberás agua, ni volverás por el camino que fuiste.’”
- 10
- Y se fue por otro camino, no regresó por el camino por donde había ido a Betel.
El Profeta y el Hombre de Dios
- 11
- Moraba entonces en Betel un anciano profeta;
y sus hijos fueron y le contaron todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Betel. Las palabras que él había hablado al rey, también las contaron a su padre.
- 12
- Y su padre les dijo: “¿Por dónde se fue?” Y sus hijos le mostraron el camino por donde se había ido el hombre de Dios que había venido de Judá.
- 13
- Entonces dijo a sus hijos: “Aparéjenme el asno.” Le aparejaron el asno, se montó sobre él,
- 14
- y fue tras el hombre de Dios;
lo halló sentado debajo de una encina, y le dijo: “¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá?” Y él respondió: “Yo soy.”
- 15
- Entonces le dijo: “Ven conmigo a casa y come pan.”
- 16
- Y él respondió: “No puedo volver contigo ni ir contigo;
tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar.
- 17
- Porque me vino un mandato por palabra del Señor: ‘No comerás pan ni beberás agua allí, ni volverás por el camino que fuiste.’”
- 18
- Y el otro le respondió: “Yo también soy profeta como tú, y un ángel me habló por palabra del Señor, diciendo: ‘Tráelo contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua.’” Pero le estaba mintiendo.
- 19
- Entonces se volvió con él, comió pan en su casa y bebió agua.
- 20
- Y cuando ellos estaban a la mesa, la palabra del Señor vino al profeta que le había hecho volver;
- 21
- y él le gritó al hombre de Dios que vino de Judá: “Así dice el Señor: ‘Porque has desobedecido el mandato del Señor, y no has guardado el mandamiento que el Señor tu Dios te ha ordenado,
- 22
- sino que has vuelto y has comido pan y bebido agua en el lugar del cual El te dijo: “No comerás pan ni beberás agua,” tu cadáver no entrará en el sepulcro de tus padres.’”
- 23
- Y después de haber comido pan y de haber bebido agua , aparejó el asno para él, para el profeta que había hecho volver.
- 24
- Y cuando éste se fue, un león lo encontró en el camino y lo mató, y su cadáver quedó tirado en el camino y el asno estaba junto a él;
también el león estaba junto al cadáver.
- 25
- Entonces pasaron unos hombres y vieron el cadáver tirado en el camino y el león que estaba junto al cadáver;
y fueron y lo dijeron en la ciudad donde vivía el anciano profeta.
- 26
- Cuando el profeta que le había hecho volver del camino lo oyó, dijo: “Es el hombre de Dios, que desobedeció el mandato del Señor;
por tanto el Señor lo ha entregado al león que lo ha desgarrado y matado, conforme a la palabra que el Señor le había hablado.”
- 27
- Entonces habló a sus hijos, diciendo: “Aparéjenme el asno.” Y se lo aparejaron.
- 28
- Fue y halló el cadáver tirado en el camino, y el asno y el león estaban junto al cadáver;
el león no había comido el cadáver ni desgarrado el asno.
- 29
- El profeta levantó el cadáver del hombre de Dios, lo puso sobre el asno y lo trajo.
Vino a la ciudad del anciano profeta para hacer duelo por él y enterrarlo.
- 30
- Puso el cadáver en su propio sepulcro, e hicieron duelo por él, diciendo: “¡Ay, hermano mío!”
- 31
- Y después de haberlo enterrado, dijo a sus hijos: “Cuando yo muera, entiérrenme en el sepulcro donde está enterrado el hombre de Dios;
pongan mis huesos junto a sus huesos.
- 32
- Porque ciertamente sucederá lo que él clamó por palabra del Señor contra el altar en Betel y contra todas las casas de los lugares altos que están en las ciudades de Samaria.”
- 33
- Después de este hecho, Jeroboam no se volvió de su mal camino, sino que volvió a nombrar sacerdotes para los lugares altos de entre el pueblo;
al que lo deseaba lo investía para que fuera sacerdote de los lugares altos.
- 34
- Y esto fue motivo de pecado para la casa de Jeroboam, lo que hizo que fuera borrada y destruida de sobre la superficie de la tierra.
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