- Setenta Años de Cautiverio
- 1
- Palabra que vino a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá, en el año cuarto de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá (éste era el primer año de Nabucodonosor, rey de Babilonia),
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- la cual el profeta Jeremías habló a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén, diciéndoles:
- 3
- “Desde el año trece de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, hasta hoy, en estos veintitrés años ha venido a mí la palabra del Señor, y les he hablado repetidas veces, pero no han escuchado.
- 4
- Y el Señor les envió repetidas veces a todos Sus siervos los profetas, pero ustedes no escucharon ni pusieron atención.
- 5
- “Ellos les decían: ‘Vuélvase ahora cada uno de su camino y de la maldad de sus obras, y habitarán en la tierra que el Señor les dio a ustedes y a sus padres para siempre.
- 6
- No vayan tras otros dioses para servirles y postrarse ante ellos, no Me provoquen a ira con la obra de sus manos, y no les haré ningún mal.’
- 7
- “Pero no Me han escuchado,” declara el Señor, “de modo que Me provocaron a ira con la obra de sus manos para su propio mal.
- 8
- “Por tanto, así dice el Señor de los ejércitos: ‘Por cuanto no han obedecido Mis palabras,
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- mandaré a buscar a todas las familias del norte,’ declara el Señor, ‘y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, Mi siervo.
Los traeré contra esta tierra, contra sus habitantes y contra todas estas naciones de alrededor; los destruiré por completo y los haré objeto de horror, de burla y de eterna desolación.
- 10
- Además, haré cesar de ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, el sonido de las piedras de molino y la luz de la lámpara.
- 11
- Toda esta tierra será desolación y horror, y estas naciones servirán setenta años al rey de Babilonia.
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- Después que se hayan cumplido los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a esa nación por su iniquidad,’ declara el Señor, ‘y a la tierra de los Caldeos la haré una desolación eterna.
- 13
- Y traeré sobre esa tierra todas las palabras que he hablado contra ella, todo lo que está escrito en este libro que Jeremías ha profetizado contra todas las naciones.
- 14
- (Pues también a ellos los harán esclavos muchas naciones y grandes reyes, y les pagaré conforme a sus hechos y conforme a la obra de sus manos).’”
La Ira de Dios contra las Naciones
- 15
- Porque así me ha dicho el Señor, Dios de Israel: “Toma de Mi mano esta copa del vino del furor, y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales Yo te envío.
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- Ellas beberán y se tambalearán y enloquecerán a causa de la espada que enviaré en medio de ellas.”
- 17
- Entonces tomé la copa de la mano del Señor, e hice beber de ella a todas las naciones a las cuales me envió el Señor:
- 18
- a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus príncipes, para ponerlos por desolación, horror, burla y maldición, como hasta hoy;
- 19
- a Faraón, rey de Egipto, a sus siervos, a sus príncipes y a todo su pueblo;
- 20
- a todos los extranjeros, a todos los reyes de la tierra de Uz, a todos los reyes de la tierra de los Filisteos (es decir, Ascalón, Gaza, Ecrón y al remanente de Asdod);
- 21
- a Edom, a Moab y a los hijos de Amón;
- 22
- a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón y a los reyes de las costas que están más allá del mar;
- 23
- a Dedán, a Tema, a Buz y a todos los que se rapan las sienes;
- 24
- a todos los reyes de Arabia y a todos los reyes de los extranjeros que habitan en el desierto;
- 25
- a todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media;
- 26
- a todos los reyes del norte, los de cerca y los de lejos, los unos con los otros, y a todos los reinos del mundo que están sobre la superficie de la tierra.
El rey de Sesac (Babilonia) beberá después de ellos.
- 27
- “Tú les dirás: ‘Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “Beban, embriáguense, vomiten, cáiganse y no se levanten a causa de la espada que Yo enviaré en medio de ustedes.”’
- 28
- Y sucederá que si rehúsan tomar la copa de tu mano para beber, les dirás: “Así dice el Señor de los ejércitos: ‘Ciertamente van a beber.
- 29
- Porque Yo comienzo a causar mal en esta ciudad que se llama por Mi nombre, ¿y quedarán ustedes sin castigo alguno? No quedarán sin castigo, porque llamo a la espada contra todos los habitantes de la tierra,” declara el Señor de los ejércitos.’
- 30
- “Tú, pues, profetizarás contra ellos todas estas palabras, y les dirás:
‘El Señor rugirá desde lo alto, Y dará Su voz desde Su santa morada; Rugirá fuertemente contra Su rebaño. Dará gritos como los que pisan las uvas Contra todos los habitantes de la tierra.
- 31
- Ha llegado el estruendo hasta el fin de la tierra,
Porque el Señor tiene un pleito contra las naciones; Entra en juicio contra toda carne; A los impíos, los entrega a la espada,’ declara el Señor.”
- 32
- Así dice el Señor de los ejércitos:
“El mal va De nación en nación, Y una gran tempestad se levanta De los confines de la tierra.
- 33
- “En aquel día los muertos por el Señor estarán desde un extremo de la tierra hasta el otro.
No los llorarán, ni los recogerán, ni los sepultarán; serán como estiércol sobre la superficie de la tierra.
- 34
- “Den gemidos, pastores, y clamen;
Revuélquense en ceniza , mayorales del rebaño; Porque se han cumplido los días de su matanza y de su dispersión, Y caerán como vaso escogido.
- 35
- No habrá huida para los pastores,
Ni escape para los mayorales del rebaño.
- 36
- Se oye el sonido del clamor de los pastores,
Y el gemido de los mayorales del rebaño, Porque el Señor está destruyendo sus pastos,
- 37
- Y son silenciados los rebaños apacibles
A causa de la ardiente ira del Señor.
- 38
- El ha abandonado como un león Su guarida,
Porque su tierra se ha convertido en horror Por el furor de la espada opresora, Y a causa de Su ardiente ira.”
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