- Parábola de la Oveja Perdida
- 1
- Todos los recaudadores de impuestos y los pecadores se acercaban para oír a Jesús.
- 2
- Y los Fariseos y los escribas murmuraban: “Este recibe a los pecadores y come con ellos”.
- 3
- Entonces Jesús les dijo esta parábola:
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- “¿Qué hombre de ustedes, si tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la que está perdida hasta que la halla?
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- Al encontrar la, la pone sobre sus hombros, gozoso.
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- Cuando llega a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos, diciéndoles: ‘Alégrense conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido.’
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- Les digo que de la misma manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento.
Parábola de la Moneda Perdida
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- “¿O qué mujer, si tiene diez monedas de plata (salario de diez días) y pierde una moneda, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta hallar la ?
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- Cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas, diciendo: ‘Alégrense conmigo porque he hallado la moneda que había perdido.’
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- De la misma manera, les digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.”
Parábola del Hijo Pródigo
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- Jesús añadió: “Cierto hombre tenía dos hijos;
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- y el menor de ellos le dijo al padre: ‘Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.’ Y él les repartió sus bienes.
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- No muchos días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su hacienda viviendo perdidamente.
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- Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
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- Entonces fue y se acercó a uno de los ciudadanos de aquel país, y él lo mandó a sus campos a apacentar cerdos.
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- Y deseaba llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada .
- 17
- Entonces, volviendo en sí, dijo: ‘¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre!
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- Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti;
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- ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo;
hazme como uno de tus trabajadores.”’”
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- “Levantándose, fue a su padre.
Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él , y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó.
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- Y el hijo le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y ante ti;
ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo.’
- 22
- Pero el padre dijo a sus siervos: ‘Pronto;
traigan la mejor ropa y vístanlo; pónganle un anillo en su mano y sandalias en los pies.
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- Traigan el becerro engordado, máten lo , y comamos y regocijémonos;
- 24
- porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida;
estaba perdido y ha sido hallado.’ Y comenzaron a regocijarse.
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- “Su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino y se acercó a la casa, oyó música y danzas.
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- Llamando a uno de los criados, le preguntó qué era todo aquello.
- 27
- Y él le dijo: ‘Tu hermano ha venido, y tu padre ha matado el becerro engordado, porque lo ha recibido sano y salvo.’
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- Entonces él se enojó y no quería entrar.
Salió su padre y le rogaba que entrara .
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- Pero él le dijo al padre: ‘Mira, por tantos años te he servido y nunca he desobedecido ninguna orden tuya, y sin embargo , nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos;
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- pero cuando vino este hijo tuyo, que ha consumido tus bienes con rameras, mataste para él el becerro engordado.’
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- Y su padre le dijo: ‘Hijo mío , tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío es tuyo.
- 32
- Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque éste, tu hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida;
estaba perdido y ha sido hallado.’”
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