Purificación de Israel

1
“En aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza.
2
“Y sucederá en aquel día,” declara el Señor de los ejércitos, “que eliminaré de la tierra los nombres de los ídolos, y nunca más serán recordados;
también Yo quitaré de la tierra a los profetas y al espíritu inmundo.
3
Y sucederá que si alguien profetiza todavía, su padre y su madre que lo engendraron le dirán: ‘No vivirás porque has hablado falsamente en el nombre del Señor’;
y su padre y su madre que lo engendraron lo traspasarán mientras profetiza.
4
También sucederá aquel día que los profetas se avergonzarán cada uno de su visión cuando profetice, y no se vestirán con el manto de piel para engañar,
5
sino que cada uno dirá: ‘No soy profeta, soy labrador de la tierra, porque un hombre me vendió como esclavo en mi juventud.’
6
Y alguien le dirá: ‘¿Qué son esas heridas en tu cuerpo?’ Y él responderá: ‘ Son aquéllas con que fui herido en casa de mis amigos.’
7
Despierta, espada, contra Mi pastor,
Y contra el hombre compañero Mío,”
Declara el Señor de los ejércitos.
Hiere al Pastor y se dispersarán las ovejas,
Y volveré Mi mano contra los pequeños.
8
“Y sucederá en toda la tierra,”
declara el Señor,
“que dos partes serán cortadas en ella, y perecerán;
Pero la tercera quedará en ella.
9
Y meteré la tercera parte en el fuego,
Los refinaré como se refina la plata,
Y los probaré como se prueba el oro.
Invocarán Mi nombre,
Y Yo les responderé;
Diré: ‘Ellos son Mi pueblo,’
Y ellos dirán: ‘El Señor es mi Dios.’”