- El viñedo de Nabot
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- Había un hombre llamado Nabot, de Jezreel, que era dueño de un viñedo ubicado en Jezreel al lado del palacio de Acab, rey de Samaria.
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- Cierto día Acab le dijo a Nabot:
—Ya que tu viñedo está tan cerca de mi palacio, me gustaría comprarlo para usarlo como huerta. A cambio te daré un viñedo mejor, o bien, si prefieres, te pagaré con dinero.
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- Pero Nabot respondió:
—El Señor me libre de entregar la herencia que me dejaron mis antepasados.
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- Entonces Acab regresó a su casa enojado y de mal humor por la respuesta de Nabot, y se acostó de cara a la pared y no quiso comer.
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- —¿Qué te pasa? —le preguntó su esposa Jezabel—.
¿Por qué estás tan disgustado que no quieres comer nada?
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- —Le pedí a Nabot que me vendiera su viñedo, incluso le ofrecí canjeárselo por otro mejor, ¡pero no quiso! —le contestó Acab.
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- —¿Acaso no eres tú el rey de Israel? —preguntó Jezabel—.
Levántate y come algo, no te preocupes por eso. ¡Yo te conseguiré el viñedo de Nabot!
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- Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y a los demás líderes de la ciudad donde vivía Nabot.
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- En esas cartas daba la siguiente orden: «Convoquen a todos los ciudadanos a que se reúnan para tener un tiempo de ayuno y denle a Nabot un lugar de honor.
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- Luego, sienten a dos sinvergüenzas frente a él que lo acusen de maldecir a Dios y al rey.
Después sáquenlo y mátenlo a pedradas».
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- Así que los ancianos y los demás líderes de la ciudad siguieron las instrucciones que Jezabel había escrito en las cartas.
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- Proclamaron ayuno y pusieron a Nabot en un lugar prominente ante la gente.
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- Luego llegaron los dos sinvergüenzas y se sentaron frente a él.
Entonces acusaron a Nabot ante todos los presentes diciendo: «Este hombre maldijo a Dios y al rey». Entonces arrastraron a Nabot hasta sacarlo de la ciudad y lo mataron a pedradas.
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- Después los líderes de la ciudad mandaron a decirle a Jezabel: «Nabot fue apedreado hasta morir».
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- En cuanto Jezabel oyó la noticia, le dijo a Acab: «¿Recuerdas el viñedo que Nabot no quería venderte? Bueno, pues, ¡ahora es tuyo! ¡Nabot está muerto!».
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- Entonces Acab bajó de inmediato al viñedo de Nabot para tomarlo en posesión.
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- Pero el Señor dijo a Elías:
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- «Ve a encontrarte con el rey Acab de Israel, que gobierna en Samaria.
Estará en Jezreel, en el viñedo de Nabot, adueñándose de él.
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- Dale el siguiente mensaje: “Esto dice el Señor: ‘¿No te bastó con matar a Nabot? ¿También tienes que robarle? Por lo que has hecho, ¡los perros lamerán tu sangre en el mismo lugar donde lamieron la sangre de Nabot!’”».
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- —Así que, enemigo mío, ¡me has encontrado! —le dijo Acab a Elías.
—Sí —contestó Elías—, te encontré porque te has vendido para hacer lo malo a los ojos del Señor.
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- Por eso ahora el Señor dice: “Traeré calamidad sobre ti y te consumiré.
¡Destruiré a cada uno de tus descendientes varones, tanto esclavos como libres, en todo Israel!
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- Voy a destruir a tu familia como lo hice con la familia de Jeroboam, hijo de Nabat, y con la familia de Baasa, hijo de Ahías, ¡porque me hiciste enojar mucho e hiciste pecar a Israel!”.
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- »En cuanto a Jezabel, el Señor dice: “Los perros se comerán el cuerpo de Jezabel en la parcela de Jezreel”.
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- »A los miembros de la familia de Acab que mueran en la ciudad, se los comerán los perros, y a los que mueran en el campo se los comerán los buitres.
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- (Nunca nadie se entregó tanto a hacer lo que es malo a los ojos del Señor como Acab, bajo la influencia de su esposa Jezabel.
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- La peor infamia que cometió fue rendir culto a ídolos tal como habían hecho los amorreos, pueblo que el Señor había expulsado de la tierra del paso de los israelitas).
- 27
- Sin embargo, cuando Acab escuchó este mensaje, rasgó su ropa, se vistió de tela áspera e hizo ayuno.
Hasta dormía vestido de tela áspera y andaba de luto.
- 28
- Entonces Elías recibió otro mensaje del Señor:
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- «¿Viste cómo Acab se ha humillado ante mí? Por haberse humillado, no haré lo que prometí mientras él viva, sino que traeré la desgracia sobre sus hijos.
Destruiré su dinastía».
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