- Consejos sobre las viudas, los ancianos y los esclavos
- 1
- Nunca le hables con aspereza a un hombre mayor, sino llámale la atención con respeto como lo harías con tu propio padre.
Dirígete a los jóvenes como si les hablaras a tus propios hermanos.
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- Trata a las mujeres mayores como lo harías con tu madre y trata a las jóvenes como a tus propias hermanas, con toda pureza.
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- Atiende a toda viuda que no tenga a nadie quien la cuide.
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- Pero, si ella tiene hijos o nietos, la primera responsabilidad de ellos es poner en práctica la sumisión a Dios en su hogar y retribuir a sus padres al cuidarlos.
Esto es algo que le agrada a Dios.
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- Ahora bien, una verdadera viuda —una mujer que realmente está sola en este mundo— es aquella que ha puesto su esperanza en Dios.
Día y noche ora a Dios pidiéndole su ayuda,
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- pero la viuda que solamente vive para el placer está espiritualmente muerta en vida.
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- Dale estas instrucciones a la iglesia, para que nadie quede expuesto a la crítica.
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- Aquellos que se niegan a cuidar de sus familiares, especialmente los de su propia casa, han negado la fe verdadera y son peores que los incrédulos.
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- Para que una viuda esté en la lista de ayuda tiene que tener al menos sesenta años y haberle sido fiel a su marido.
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- Debe ser alguien que se haya ganado el respeto de todos por el bien que haya hecho.
¿Crió bien a sus hijos? ¿Fue amable con los extranjeros y sirvió con humildad a otros creyentes? ¿Ha ayudado a los que están en dificultades? ¿Ha estado siempre dispuesta a hacer el bien?
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- Las viudas más jóvenes no deberían estar en la lista, porque sus deseos físicos podrán más que su devoción a Cristo y querrán volver a casarse.
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- De esa manera, serían culpables de romper su promesa anterior.
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- Y, si están en la lista, se acostumbrarán a ser perezosas y pasarán todo el tiempo yendo de casa en casa chismeando, entrometiéndose en la vida de los demás y hablando de lo que no deben.
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- Así que yo aconsejo a estas viudas jóvenes que vuelvan a casarse, que tengan hijos y que cuiden de sus propios hogares.
Entonces el enemigo no podrá decir nada en contra de ellas.
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- Pues me temo que algunas ya se han descarriado y ahora siguen a Satanás.
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- Si una mujer creyente tiene parientes que son viudas, debe cuidar de ellas y no darle a la iglesia la responsabilidad.
Entonces, la iglesia podrá atender a las viudas que están realmente solas.
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- Los ancianos que cumplen bien su función deberían ser respetados y bien remunerados, en particular los que trabajan con esmero tanto en la predicación como en la enseñanza.
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- Pues la Escritura dice: «No le pongas bozal al buey para impedirle que coma mientras trilla el grano».
Y dice también: «¡Los que trabajan merecen recibir su salario!».
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- No escuches ninguna acusación contra un anciano, a menos que haya dos o tres testigos que la confirmen.
- 20
- Los que están en pecado deberían ser reprendidos delante de toda la congregación, lo cual servirá de firme advertencia para los demás.
- 21
- Te ordeno solemnemente, en presencia de Dios y de Cristo Jesús y de los ángeles altísimos, que obedezcas estas instrucciones sin tomar partido ni mostrar favoritismo por nadie.
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- Nunca te apresures cuando tengas que nombrar a un líder de la iglesia.
No participes en los pecados de los demás. Mantente puro.
- 23
- No bebas agua solamente.
Deberías tomar un poco de vino por el bien de tu estómago, ya que te enfermas muy seguido.
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- Recuerda que los pecados de algunos individuos son evidentes, y los llevan a un juicio inevitable;
pero los pecados de otros se revelarán después.
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- De la misma manera, las buenas acciones de algunos son evidentes.
Y las buenas acciones que se hacen en secreto algún día saldrán a la luz.
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