- Ofrenda para los cristianos de Jerusalén
- 1
- En realidad, no necesito escribirles acerca del ministerio de ofrendar para los creyentes de Jerusalén.
- 2
- Pues sé lo deseosos que están de ayudar, y me estuve jactando en las iglesias de Macedonia de que ustedes, los de Grecia, hace un año estuvieron dispuestos a enviar una ofrenda.
De hecho, fue su entusiasmo lo que fomentó que muchos de los creyentes macedonios comenzaran a dar.
- 3
- Les envío a estos hermanos para estar seguro de que ustedes realmente están listos —como les he estado diciendo a ellos— y que ya tienen todo el dinero reunido.
No quiero estar equivocado al jactarme de ustedes.
- 4
- Sería vergonzoso para nosotros —ni hablar de la vergüenza que significaría para ustedes— si algunos creyentes macedonios llegaran conmigo y encontraran que ustedes no están preparados ¡después de todo lo que les hablé de ustedes!
- 5
- Así que pensé que debería enviarles a estos hermanos primero, a fin de estar seguro de que tienen lista la ofrenda que prometieron;
pero quiero que sea una ofrenda voluntaria, no una ofrenda dada de mala gana.
- 6
- Recuerden lo siguiente: un agricultor que siembra solo unas cuantas semillas obtendrá una cosecha pequeña.
Pero el que siembra abundantemente obtendrá una cosecha abundante.
- 7
- Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar;
y no den de mala gana ni bajo presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría».
- 8
- Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten.
Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra para compartir con otros.
- 9
- Como dicen las Escrituras:
«Comparten con libertad y dan con generosidad a los pobres. Sus buenas acciones serán recordadas para siempre».
- 10
- Pues es Dios quien provee la semilla al agricultor y luego el pan para comer.
De la misma manera, él proveerá y aumentará los recursos de ustedes y luego producirá una gran cosecha de generosidad en ustedes.
- 11
- Efectivamente, serán enriquecidos en todo sentido para que siempre puedan ser generosos;
y cuando llevemos sus ofrendas a los que las necesitan, ellos darán gracias a Dios.
- 12
- Entonces dos cosas buenas resultarán del ministerio de dar: se satisfarán las necesidades de los creyentes de Jerusalén y ellos expresarán con alegría su agradecimiento a Dios.
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- Como resultado del ministerio de ustedes, ellos darán la gloria a Dios.
Pues la generosidad de ustedes tanto hacia ellos como a todos los creyentes demostrará que son obedientes a la Buena Noticia de Cristo.
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- Y ellos orarán por ustedes con un profundo cariño debido a la desbordante gracia que Dios les ha dado a ustedes.
- 15
- ¡Gracias a Dios por este don que es tan maravilloso que no puede describirse con palabras!
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