- La obstinación del pueblo de Dios
- 1
- »Escúchame, oh familia de Jacob,
tú que llevas el nombre de Israel y naciste en la familia de Judá. Escucha, tú que haces juramentos en el nombre del Señor e invocas al Dios de Israel. No cumples tus promesas,
- 2
- aunque te llamas a ti misma la ciudad santa
y dices que confías en el Dios de Israel, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales.
- 3
- Hace mucho tiempo te dije lo que iba a suceder.
Entonces, de repente entré en acción y todas mis predicciones se hicieron realidad.
- 4
- Pues yo sé lo terca y obstinada que eres;
tu cuello es tan inflexible como el hierro y tu cabeza es tan dura como el bronce.
- 5
- Por eso te dije lo que iba a suceder;
te anuncié de antemano lo que iba a hacer. Así nunca podrías decir: “Mis ídolos lo hicieron; mi imagen de madera y mi dios de metal ordenaron que sucediera”.
- 6
- Oíste mis predicciones y las viste cumplidas,
pero te niegas a admitirlo. Ahora te diré cosas nuevas, cosas secretas que aún no has oído.
- 7
- Son totalmente nuevas;
no son del pasado. Así que no podrás decir: “¡Eso ya lo sabíamos!”.
- 8
- »Sí, te diré cosas completamente nuevas;
cosas que nunca antes habías oído. Pues conozco muy bien lo traidora que eres; fuiste rebelde desde tu nacimiento.
- 9
- Sin embargo, por el amor y la honra de mi nombre,
contendré mi enojo y no te aniquilaré.
- 10
- Te he refinado, pero no como se refina la plata;
más bien te he refinado en el horno del sufrimiento.
- 11
- Te rescataré por amor de mí;
sí, por amor de mí mismo. No permitiré que se manche mi reputación, ni compartiré mi gloria con los ídolos.
Liberados de Babilonia
- 12
- »Escúchame, oh familia de Jacob,
¡Israel, mi escogido! Solo yo soy Dios, el Primero y el Último.
- 13
- Fue mi mano la que puso los cimientos de la tierra,
mi mano derecha la que extendió los cielos en las alturas. Cuando llamo a las estrellas para que salgan, aparecen todas en orden».
- 14
- ¿Alguna vez te ha dicho esto uno de tus ídolos?
Vengan, todos ustedes, y escuchen: El Señor ha escogido a Ciro como su aliado; lo usará para poner fin al imperio de Babilonia y para destruir a los ejércitos babilónicos.
- 15
- «Lo he dicho: ¡Llamo a Ciro!
Lo enviaré a cumplir este encargo y lo ayudaré para que triunfe.
- 16
- Acérquense y escuchen esto:
desde el principio les he dicho con claridad lo que sucedería». Ahora, el Señor Soberano y su Espíritu me han enviado con este mensaje.
- 17
- Esto dice el Señor,
tu Redentor, el Santo de Israel: «Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña lo que te conviene y te guía por las sendas que debes seguir.
- 18
- ¡Ah, si solo hubieras hecho caso a mis mandatos!
Entonces habrías tenido una paz que correría como un río manso y una justicia que pasaría sobre ti como las olas del mar.
- 19
- Tus descendientes habrían sido como la arena del mar,
¡imposibles de contar! No habría sido necesario destruirte ni cortar el nombre de tu familia».
- 20
- Sin embargo, incluso ahora, ¡sean libres de su cautiverio!
Salgan de Babilonia y de los babilonios. ¡Canten este mensaje! Grítenlo hasta los extremos de la tierra. El Señor ha redimido a sus siervos: a los del pueblo de Israel.
- 21
- No tuvieron sed
cuando él los guió a través del desierto. Él partió la roca, y brotó agua a chorros para que bebieran.
- 22
- «Pero no hay paz para los malvados»,
dice el Señor.
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