- Inevitable condenación de Judá
- 1
- Luego el Señor me dijo: «Aun si Moisés y Samuel se presentaran delante de mí para rogarme por este pueblo, no lo ayudaría.
¡Fuera con ellos! ¡Quítenlos de mi vista!
- 2
- Y si te dijeren: “¿Pero adónde podemos ir?”, diles: “Esto dice el Señor:
»‘Los que están destinados a la muerte, a la muerte; los destinados a la guerra, a la guerra; los destinados al hambre, al hambre; los destinados al cautiverio, al cautiverio’”.
- 3
- »Enviaré contra ellos cuatro clases de destructores —dice el Señor—.
Enviaré la espada para matar, los perros para arrastrar, los buitres para devorar y los animales salvajes para acabar con lo que haya quedado.
- 4
- Debido a las cosas perversas que Manasés, hijo de Ezequías, rey de Judá, hizo en Jerusalén, haré a mi pueblo objeto de horror para todos los reinos de la tierra.
- 5
- »¿Quién tendrá compasión de ti, Jerusalén?
¿Quién llorará por ti? ¿Quién se tomará la molestia de preguntar cómo estás?
- 6
- Tú me has abandonado
y me has dado la espalda —dice el Señor—. Por eso, levantaré mi puño para destruirte. Estoy cansado de darte siempre otra oportunidad.
- 7
- Te aventaré como el grano a las puertas de las ciudades
y te quitaré tus hijos que tanto quieres. Destruiré a mi propio pueblo, porque rehusó cambiar sus malos caminos.
- 8
- Habrá más viudas
que granos de arena a la orilla del mar. Traeré al destructor al mediodía contra las madres de los jóvenes. Súbitamente haré que caiga sobre ellas la angustia y el terror.
- 9
- La madre de siete hijos se debilita y lucha por respirar;
su sol se puso mientras todavía es de día. Ahora queda sin hijos, avergonzada y humillada. A los que queden, los entregaré para que sus enemigos los maten. ¡Yo, el Señor, he hablado!».
Queja de Jeremías
- 10
- Luego dije:
—¡Qué aflicción tengo, madre mía! ¡Oh, si hubiera muerto al nacer! En todas partes me odian. No soy un acreedor que pretende cobrar ni un deudor que se niega a pagar; aun así todos me maldicen.
- 11
- El Señor respondió:
—Yo cuidaré de ti, Jeremías; tus enemigos te pedirán que ruegues a su favor en tiempos de aflicción y angustia.
- 12
- ¿Puede un hombre quebrar una barra de hierro que proviene del norte
o una barra de bronce?
- 13
- Sin que a ellos les cueste nada,
entregaré tus riquezas y tesoros a tus enemigos como botín, porque el pecado corre desenfrenado en tu tierra.
- 14
- Les diré a tus enemigos que te lleven
cautivo a una tierra extranjera. Pues mi enojo arde como un fuego que quemará para siempre.
- 15
- Luego dije:
—Señor, tú sabes lo que me sucede. Por favor, ayúdame. ¡Castiga a mis perseguidores! Por favor, dame más tiempo; no dejes que muera joven. Es por tu causa que sufro.
- 16
- Cuando descubrí tus palabras las devoré;
son mi gozo y la delicia de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales.
- 17
- Nunca me uní a la gente en sus alegres banquetes.
Me senté a solas porque tu mano estaba sobre mí y me llené de indignación ante sus pecados.
- 18
- ¿Por qué, entonces, continúa mi sufrimiento?
¿Por qué es incurable mi herida? Tu ayuda parece tan incierta como el arroyo estacional, como un manantial que se ha secado.
- 19
- Esto responde el Señor:
—Si regresas a mí te restauraré para que puedas continuar sirviéndome. Si hablas palabras beneficiosas en vez de palabras despreciables, serás mi vocero. Tienes que influir en ellos; ¡no dejes que ellos influyan en ti!
- 20
- Pelearán contra ti como un ejército en ataque,
pero yo te haré tan seguro como una pared de bronce fortificada. Ellos no te conquistarán, porque estoy contigo para protegerte y rescatarte. ¡Yo, el Señor, he hablado!
- 21
- Sí, te mantendré a salvo de estos hombres malvados;
te rescataré de sus manos crueles.
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