- Segunda respuesta de Elifaz a Job
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- Luego Elifaz el temanita respondió:
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- «¡Un hombre sabio no contestaría con tanta palabrería!
No eres más que un charlatán.
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- Los sabios no se enredan en palabras vanas.
¿De qué sirven tales palabras?
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- ¿No tienes temor de Dios
ni reverencia a él?
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- Tus pecados le dicen a tu boca qué decir,
y tus palabras se basan en el astuto engaño.
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- Tu propia boca te condena, no yo;
tus propios labios testifican contra ti.
- 7
- »¿Acaso eres la primera persona que nació?
¿Naciste antes de que fueran creadas las colinas?
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- ¿Estuviste presente durante el concilio secreto de Dios?
¿Tienes tú el monopolio de la sabiduría?
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- ¿Qué sabes tú que no sepamos nosotros?
¿Qué entiendes tú que no entendamos nosotros?
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- De nuestro lado están los hombres de edad y de canas,
¡más ancianos que tu padre!
- 11
- »¿Es el consuelo de Dios demasiado poco para ti?
¿No te es suficiente su palabra amable?
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- ¿Qué te ha quitado la razón?
¿Qué ha debilitado tu visión,
- 13
- para que te vuelvas en contra de Dios
y digas estas cosas malvadas?
- 14
- ¿Acaso puede algún mortal ser puro?
¿Puede alguien nacido de mujer ser justo?
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- Mira, Dios ni siquiera confía en los ángeles.
Ni los cielos son completamente puros a sus ojos,
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- ¡mucho menos una persona corrupta y pecadora
que tiene sed de maldad!
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- »Si escuchas, yo te explicaré,
y te responderé con mi propia experiencia.
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- Se confirma en las palabras de los sabios,
que a su vez escucharon lo mismo de sus padres;
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- de aquellos a quienes se les dio la tierra
mucho antes de que llegara algún extranjero.
- 20
- »Los malos se retuercen de dolor toda su vida.
Para los despiadados están reservados años de desgracia.
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- En sus oídos resuena el sonido del terror,
y aun en los días buenos temen el ataque del destructor.
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- No se atreven a salir en la oscuridad
por miedo a ser asesinados.
- 23
- Deambulan diciendo: “¿Dónde podré encontrar pan?”.
Saben que se acerca el día de su destrucción.
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- Ese día oscuro los llena de terror.
Viven en aflicción y angustia como un rey que se prepara para la batalla.
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- Pues amenazan a Dios con el puño,
desafiando al Todopoderoso.
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- Con sus fuertes escudos en alto,
avanzan insolentes contra él.
- 27
- »Esos malvados están gordos y son prósperos;
su cintura se hincha de grasa,
- 28
- pero sus ciudades quedarán en ruinas.
Vivirán en casas abandonadas a punto de derrumbarse.
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- No durarán sus riquezas
ni sus bienes permanecerán. Sus posesiones ya no se extenderán hasta el horizonte.
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- »No escaparán de las tinieblas.
El sol abrasador secará sus retoños y el aliento de Dios los destruirá.
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- Que no se engañen más confiando en riquezas huecas,
porque su única recompensa será el vacío.
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- Serán cortados en la flor de la vida;
sus ramas no reverdecerán jamás.
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- Serán como una vid cuyas uvas se recogen demasiado temprano,
como un olivo que pierde sus flores antes de que se forme el fruto.
- 34
- Pues los que viven sin Dios son estériles.
Sus casas, enriquecidas mediante el soborno, se quemarán.
- 35
- Conciben desgracia y dan a luz maldad;
su vientre produce engaño».
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