- Parábola de los agricultores malvados
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- Después Jesús comenzó a enseñarles con historias: «Un hombre plantó un viñedo.
Lo cercó con un muro, cavó un hoyo para extraer el jugo de las uvas y construyó una torre de vigilancia. Luego les alquiló el viñedo a unos agricultores arrendatarios y se mudó a otro país.
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- Llegado el tiempo de la cosecha de la uva, envió a uno de sus siervos para recoger su parte de la cosecha;
- 3
- pero los agricultores agarraron al siervo, le dieron una paliza y lo mandaron de regreso con las manos vacías.
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- Entonces el dueño envió a otro siervo, pero lo insultaron y le pegaron en la cabeza.
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- Al próximo siervo que envió, lo mataron.
Envió a otros, a unos los golpearon y a otros los mataron,
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- hasta que le quedó solo uno, su hijo, a quien amaba profundamente.
Finalmente, el dueño lo envió porque pensó: “Sin duda, respetarán a mi hijo”.
- 7
- »Los agricultores se dijeron unos a otros: “Aquí viene el heredero de esta propiedad.
¡Matémoslo y nos quedaremos con la propiedad!”.
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- Así que lo agarraron, lo asesinaron y tiraron su cuerpo fuera del viñedo.
- 9
- »¿Qué creen qué hará el dueño del viñedo? —preguntó Jesús—.
Les diré: irá y matará a esos agricultores y alquilará el viñedo a otros.
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- ¿Nunca leyeron en las Escrituras:
“La piedra que los constructores rechazaron ahora se ha convertido en la piedra principal.
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- Esto es obra del Señor
y es maravilloso verlo”?».
- 12
- Los líderes religiosos querían arrestar a Jesús porque se dieron cuenta de que contaba esa historia en contra de ellos, pues ellos eran los agricultores malvados;
pero tenían miedo de la multitud, así que lo dejaron y se marcharon.
Los impuestos para el César
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- Después los ancianos enviaron a algunos fariseos y partidarios de Herodes para hacer que Jesús cayera en la trampa de decir algo por lo cual pudiera ser arrestado.
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- —Maestro —dijeron—, sabemos lo honesto que eres.
Eres imparcial y no tienes favoritismos. Enseñas con verdad el camino de Dios. Ahora dinos, ¿es correcto que paguemos impuestos al César o no?
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- ¿Debemos o no pagarlos?
Jesús se dio cuenta de su hipocresía y dijo: —¿Por qué intentan atraparme? Muéstrenme una moneda romana, y les diré.
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- Cuando se la dieron, les preguntó:
—¿A quién pertenecen la imagen y el título grabados en la moneda? —Al César —contestaron.
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- —Bien —dijo Jesús—, entonces den al César lo que pertenece al César y den a Dios lo que pertenece a Dios.
Su respuesta los dejó totalmente asombrados.
Discusión acerca de la resurrección
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- Después se acercaron a Jesús algunos saduceos, líderes religiosos que dicen que no hay resurrección después de la muerte.
Le plantearon la siguiente pregunta:
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- —Maestro, Moisés nos dio una ley que dice que, si un hombre muere y deja a una esposa sin hijos, su hermano debe casarse con la viuda y darle un hijo para que el nombre del hermano continúe.
- 20
- Ahora bien, supongamos que había siete hermanos.
El mayor se casó y murió sin dejar hijos.
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- Entonces el segundo hermano se casó con la viuda, pero también murió sin dejar hijos.
Luego el tercer hermano se casó con ella.
- 22
- Lo mismo sucedió con los siete y aún no había hijos.
Por último, la mujer también murió.
- 23
- Entonces dinos, ¿de quién será esposa en la resurrección? Pues los siete estuvieron casados con ella.
- 24
- Jesús contestó:
—El error de ustedes es que no conocen las Escrituras y no conocen el poder de Dios.
- 25
- Pues, cuando los muertos resuciten, no se casarán ni se entregarán en matrimonio.
En este sentido, serán como los ángeles del cielo.
- 26
- »Ahora bien, en cuanto a si los muertos resucitarán, ¿nunca han leído acerca de esto en los escritos de Moisés, en la historia de la zarza que ardía? Mucho después de que Abraham, Isaac y Jacob murieron, Dios le dijo a Moisés: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”.
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- Por lo tanto, él es Dios de los que están vivos, no de los muertos.
Ustedes han cometido un grave error.
El mandamiento más importante
- 28
- Uno de los maestros de la ley religiosa estaba allí escuchando el debate.
Se dio cuenta de que Jesús había contestado bien, entonces le preguntó: —De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante?
- 29
- Jesús contestó:
—El mandamiento más importante es: “¡Escucha, oh Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor.
- 30
- Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.
- 31
- El segundo es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Ningún otro mandamiento es más importante que estos.
- 32
- El maestro de la ley religiosa respondió:
—Bien dicho, Maestro. Has hablado la verdad al decir que hay solo un Dios y ningún otro.
- 33
- Además yo sé que es importante amarlo con todo mi corazón y todo mi entendimiento y todas mis fuerzas, y amar a mi prójimo como a mí mismo.
Esto es más importante que presentar todas las ofrendas quemadas y sacrificios exigidos en la ley.
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- Al ver cuánto entendía el hombre, Jesús le dijo:
—No estás lejos del reino de Dios. Y, a partir de entonces, nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
¿De quién es hijo el Mesías?
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- Tiempo después, Jesús estaba enseñando al pueblo en el templo y preguntó: «¿Por qué afirman los maestros de la ley religiosa que el Mesías es hijo de David?
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- Pues el propio David, mientras hablaba bajo la inspiración del Espíritu Santo, dijo:
“El Señor le dijo a mi Señor: ‘Siéntate en el lugar de honor a mi derecha, hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies’”.
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- Ya que David mismo llamó al Mesías “mi Señor”, ¿cómo es posible que el Mesías sea su hijo?».
La gran multitud se deleitaba al escucharlo.
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- Jesús también enseñó: «¡Cuídense de los maestros de la ley religiosa! Pues les gusta pavonearse en túnicas largas y sueltas y recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas.
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- ¡Y cómo les encanta ocupar los asientos de honor en las sinagogas y sentarse a la mesa principal en los banquetes!
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- Sin embargo, estafan descaradamente a las viudas para apoderarse de sus propiedades y luego pretenden ser piadosos haciendo largas oraciones en público.
Por eso, serán castigados con más severidad».
La ofrenda de la viuda
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- Jesús se sentó cerca de la caja de las ofrendas del templo y observó mientras la gente depositaba su dinero.
Muchos ricos echaban grandes cantidades.
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- Entonces llegó una viuda pobre y echó dos monedas pequeñas.
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- Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Les digo la verdad, esta viuda pobre ha dado más que todos los demás que ofrendan.
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- Pues ellos dieron una mínima parte de lo que les sobraba, pero ella, con lo pobre que es, dio todo lo que tenía para vivir».
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