- No juzgar a los demás
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- »No juzguen a los demás, y no serán juzgados.
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- Pues serán tratados de la misma forma en que traten a los demás.
El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgará a ustedes.
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- »¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo, cuando tú tienes un tronco en el tuyo?
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- ¿Cómo puedes pensar en decirle a tu amigo: “Déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo”, cuando tú no puedes ver más allá del tronco que está en tu propio ojo?
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- ¡Hipócrita! Primero quita el tronco de tu ojo;
después verás lo suficientemente bien para ocuparte de la astilla en el ojo de tu amigo.
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- »No desperdicies lo que es santo en gente que no es santa.
¡No arrojes tus perlas a los cerdos! Pisotearán las perlas y luego se darán vuelta y te atacarán.
Oración eficaz
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- »Sigue pidiendo y recibirás lo que pides;
sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá.
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- Pues todo el que pide, recibe;
todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta.
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- »Ustedes, los que son padres, si sus hijos les piden un pedazo de pan, ¿acaso les dan una piedra en su lugar?
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- O si les piden un pescado, ¿les dan una serpiente? ¡Claro que no!
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- Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará buenos regalos a quienes le pidan.
La regla de oro
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- »Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti.
Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas.
La puerta angosta
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- »Solo puedes entrar en el reino de Dios a través de la puerta angosta.
La carretera al infierno es amplia y la puerta es ancha para los muchos que escogen ese camino.
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- Sin embargo, la puerta de acceso a la vida es muy angosta y el camino es difícil, y son solo unos pocos los que alguna vez lo encuentran.
El árbol y su fruto
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- »Ten cuidado de los falsos profetas que vienen disfrazados de ovejas inofensivas pero en realidad son lobos feroces.
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- Puedes identificarlos por su fruto, es decir, por la manera en que se comportan.
¿Acaso puedes recoger uvas de los espinos o higos de los cardos?
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- Un buen árbol produce frutos buenos y un árbol malo produce frutos malos.
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- Un buen árbol no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos.
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- Por lo tanto, todo árbol que no produce frutos buenos se corta y se arroja al fuego.
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- Así es, de la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes identificar a la gente por sus acciones.
Verdaderos discípulos
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- »No todo el que me llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo.
Solo entrarán aquellos que verdaderamente hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
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- El día del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos en tu nombre, expulsamos demonios en tu nombre e hicimos muchos milagros en tu nombre”.
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- Pero yo les responderé: “Nunca los conocí.
Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de Dios”.
Edificar sobre un cimiento sólido
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- »Todo el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una roca sólida.
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- Aunque llueva a cántaros y suban las aguas de la inundación y los vientos golpeen contra esa casa, no se vendrá abajo porque está construida sobre un lecho de roca.
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- Sin embargo, el que oye mi enseñanza y no la obedece es un necio, como la persona que construye su casa sobre la arena.
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- Cuando vengan las lluvias y lleguen las inundaciones y los vientos golpeen contra esa casa, se derrumbará con un gran estruendo».
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- Cuando Jesús terminó de decir esas cosas, las multitudes quedaron asombradas de su enseñanza,
- 29
- porque lo hacía con verdadera autoridad, algo completamente diferente de lo que hacían los maestros de la ley religiosa.
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