- Jesús sana a un paralítico
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- Jesús subió a una barca y regresó al otro lado del lago, a su propia ciudad.
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- Unos hombres le llevaron a un paralítico en una camilla.
Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo mío! Tus pecados son perdonados».
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- Entonces algunos de los maestros de la ley religiosa decían en su interior: «¡Es una blasfemia! ¿Acaso se cree que es Dios?».
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- Jesús sabía lo que ellos estaban pensando, así que les preguntó: «¿Por qué tienen pensamientos tan malvados en el corazón?
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- ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie y camina”?
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- Así que les demostraré que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados».
Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!».
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- ¡El hombre se levantó de un salto y se fue a su casa!
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- Al ver esto, el temor se apoderó de la multitud;
y alababan a Dios por enviar a un hombre con tanta autoridad.
Jesús llama a Mateo
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- Mientras caminaba, Jesús vio a un hombre llamado Mateo sentado en su cabina de cobrador de impuestos.
«Sígueme y sé mi discípulo», le dijo Jesús. Entonces Mateo se levantó y lo siguió.
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- Más tarde, Mateo invitó a Jesús y a sus discípulos a una cena en su casa, junto con muchos cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama.
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- Cuando los fariseos vieron esto, preguntaron a los discípulos: «¿Por qué su maestro come con semejante escoria?».
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- Cuando Jesús los oyó, les dijo: «La gente sana no necesita médico, los enfermos sí».
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- Luego añadió: «Ahora vayan y aprendan el significado de la siguiente Escritura: “Quiero que tengan compasión, no que ofrezcan sacrificios”.
Pues no he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores».
Discusión acerca del ayuno
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- Un día los discípulos de Juan el Bautista se acercaron a Jesús y le preguntaron:
—¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?
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- Jesús respondió:
—¿Acaso los invitados de una boda están de luto mientras festejan con el novio? Por supuesto que no, pero un día el novio será llevado, y entonces sí ayunarán.
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- »Además, ¿a quién se le ocurriría remendar una prenda vieja con tela nueva? Pues el remiendo nuevo encogería y se desprendería de la tela vieja, lo cual dejaría una rotura aún mayor que la anterior.
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- »Y nadie pone vino nuevo en cueros viejos.
Pues los cueros viejos se reventarían por la presión y el vino se derramaría, y los cueros quedarían arruinados. El vino nuevo se guarda en cueros nuevos para preservar a ambos.
Jesús sana en respuesta a la fe
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- Mientras Jesús decía esas cosas, el líder de una sinagoga se le acercó y se arrodilló delante de él.
«Mi hija acaba de morir —le dijo—, pero tú puedes traerla nuevamente a la vida solo con venir y poner tu mano sobre ella».
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- Entonces Jesús y sus discípulos se levantaron y fueron con él.
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- Justo en ese momento, una mujer quien hacía doce años que sufría de una hemorragia continua se le acercó por detrás.
Tocó el fleco de la túnica de Jesús
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- porque pensó: «Si tan solo toco su túnica, quedaré sana».
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- Jesús se dio vuelta, y cuando la vio le dijo: «¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado».
Y la mujer quedó sana en ese instante.
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- Cuando Jesús llegó a la casa del oficial, vio a una ruidosa multitud y escuchó la música del funeral.
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- «¡Salgan de aquí! —les dijo—.
La niña no está muerta; solo duerme»; pero la gente se rió de él.
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- Sin embargo, una vez que hicieron salir a todos, Jesús entró y tomó la mano de la niña, ¡y ella se puso de pie!
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- La noticia de este milagro corrió por toda la región.
Jesús sana a unos ciegos
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- Cuando Jesús salió de la casa de la niña, lo siguieron dos hombres ciegos, quienes gritaban: «¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!».
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- Entraron directamente a la casa donde Jesús se hospedaba, y él les preguntó:
—¿Creen que puedo darles la vista? —Sí, Señor —le dijeron—, lo creemos.
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- Entonces él les tocó los ojos y dijo:
—Debido a su fe, así se hará.
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- Entonces sus ojos se abrieron, ¡y pudieron ver! Jesús les advirtió severamente: «No se lo cuenten a nadie»;
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- pero ellos, en cambio, salieron e hicieron correr su fama por toda la región.
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- Cuando se fueron, un hombre que no podía hablar, poseído por un demonio, fue llevado a Jesús.
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- Entonces Jesús expulsó al demonio y después el hombre comenzó a hablar.
Las multitudes quedaron asombradas. «¡Jamás sucedió algo así en Israel!», exclamaron.
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- Sin embargo, los fariseos dijeron: «Puede expulsar demonios porque el príncipe de los demonios le da poder».
La necesidad de obreros
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- Jesús recorrió todas las ciudades y aldeas de esa región, enseñando en las sinagogas y anunciando la Buena Noticia acerca del reino;
y sanaba toda clase de enfermedades y dolencias.
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- Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor.
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- A sus discípulos les dijo: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos.
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- Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha;
pídanle que envíe más obreros a sus campos».
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