- El pueblo se queja ante Moisés
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- Poco después el pueblo comenzó a quejarse de las privaciones que enfrentaba, y el Señor oyó todo lo que decían.
Entonces el enojo del Señor se encendió contra ellos y envió un fuego que ardió entre ellos y destruyó a algunos en las afueras del campamento.
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- Así que el pueblo pidió ayuda a gritos a Moisés, y cuando él oró al Señor, el fuego se apagó.
- 3
- Después, ese lugar fue conocido como Taberá (que significa «lugar del fuego que arde»), porque el fuego del Señor ardió allí entre ellos.
- 4
- Entonces la gentuza extranjera que viajaba con los israelitas comenzó a tener fuertes antojos por las cosas buenas de Egipto.
Y el pueblo de Israel también comenzó a quejarse: «¡Oh, si tuviéramos un poco de carne! —exclamaban—.
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- Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto y teníamos todos los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos que queríamos.
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- ¡Pero ahora lo único que vemos es este maná! Hasta hemos perdido el apetito».
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- El maná era parecido a pequeñas semillas de cilantro, y era de un color amarillo claro como goma de resina.
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- La gente salía a recogerlo del suelo.
Con el maná se hacía harina en los molinos de mano o se machacaba en un mortero. Luego se hervía en una olla para hacer panes planos que sabían a pastelitos horneados con aceite de oliva.
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- Durante la noche, el maná caía sobre el campamento juntamente con el rocío.
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- Entonces Moisés escuchó los lloriqueos de las familias a la entrada de sus carpas y el Señor se enfureció.
Moisés también estaba muy molesto,
- 11
- y le dijo al Señor:
—¿Por qué me tratas a mí, tu servidor, con tanta dureza? ¡Ten misericordia de mí! ¿Qué hice para merecer la carga de todo este pueblo?
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- ¿Acaso yo los engendré? ¿Los traje yo al mundo? ¿Por qué me dijiste que los llevara en mis brazos como una madre a un bebé de pecho? ¿Cómo puedo llevarlos a la tierra que juraste dar a sus antepasados?
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- ¿De dónde se supone que voy a conseguir carne para toda esta gente? No dejan de quejarse conmigo diciendo: “¡Danos carne para comer!”.
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- ¡Solo no puedo soportar a todo este pueblo! ¡La carga es demasiado pesada!
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- Si esta es la manera como piensas tratarme, sería mejor que me mataras.
¡Hazme ese favor y ahórrame esta miseria!
Moisés selecciona setenta líderes
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- Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—Reúne delante de mí a setenta hombres que sean reconocidos como ancianos y jefes de Israel. Llévalos al tabernáculo para que permanezcan junto a ti.
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- Yo descenderé y allí hablaré contigo.
Tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos también. Llevarán la carga del pueblo junto contigo, y de esa manera no tendrás que soportarla tú solo.
- 18
- »También dile al pueblo: “Purifíquense, porque mañana tendrán carne para comer.
Ustedes gemían y el Señor oyó sus quejidos: ‘¡Oh, un poco de carne! ¡Estábamos en mejores condiciones en Egipto!’. Ahora, el Señor les dará carne y tendrán que comérsela.
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- Y no será solo un día, ni dos, ni cinco, ni diez, ni aun veinte.
- 20
- La comerán durante un mes entero, hasta que les produzca náuseas y estén hartos de tanta carne.
Pues han rechazado al Señor que está aquí entre ustedes y han lloriqueado diciendo: ‘¿Por qué dejamos Egipto?’”.
- 21
- Entonces Moisés respondió al Señor:
—¡Hay seiscientos mil soldados de infantería aquí conmigo y aun así dices: “Yo les daré carne durante un mes entero”!
- 22
- Aunque matáramos a todos nuestros rebaños y manadas, ¿podría eso satisfacerlos? O si pescáramos todos los peces del mar, ¿alcanzaría?
- 23
- Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—¿Acaso mi brazo ha perdido su poder? ¡Ahora verás si mi palabra se cumple o no!
- 24
- Así que Moisés salió y comunicó al pueblo las palabras del Señor.
Juntó a los setenta ancianos y los colocó alrededor del tabernáculo.
- 25
- Después el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés.
Entonces les dio a los setenta ancianos del mismo Espíritu que estaba sobre Moisés; y cuando el Espíritu se posó sobre ellos, los ancianos profetizaron; pero esto nunca volvió a suceder.
- 26
- Sin embargo, dos hombres, Eldad y Medad, se habían quedado en el campamento.
Ellos estaban incluidos en la lista de los ancianos, pero no se presentaron en el tabernáculo. Aun así, el Espíritu también se posó sobre ellos y profetizaron allí en el campamento.
- 27
- Un joven corrió y le informó a Moisés: «¡Eldad y Medad están profetizando en el campamento!».
- 28
- Entonces Josué, hijo de Nun, que era ayudante de Moisés desde su juventud, protestó:
—Moisés, mi señor, ¡detenlos!
- 29
- Pero Moisés respondió:
—¿Estás celoso por mí? Ya quisiera que todos los del pueblo del Señor fueran profetas y que el Señor pusiera su Espíritu sobre todos.
- 30
- Entonces Moisés regresó al campamento con los ancianos de Israel.
El Señor envía codornices
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- Ahora bien, el Señor envió un viento que trajo codornices desde el mar y las dejó caer por todo el campamento.
Había codornices por kilómetros en todas las direcciones, volando como a un metro del suelo.
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- Así que el pueblo salió y atrapó codornices todo ese día, a lo largo de la noche y también todo el día siguiente.
¡Nadie recogió menos de cincuenta canastas! Entonces esparcieron las codornices por todo el campamento y las pusieron a secar.
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- Pero mientras se saciaban de carne —cuando aún estaba en sus bocas—, el enojo del Señor se encendió contra el pueblo y los castigó con una plaga muy grave.
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- Así que ese lugar fue llamado Kibrot-hataava (que significa «tumbas de glotonería») porque allí enterraron a la gente que codiciaba la carne de Egipto.
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- Después, los israelitas viajaron de Kibrot-hataava a Hazerot, donde se quedaron por algún tiempo.
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