Salmo 127
Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.
Salmo de Salomón.


1
Si el Señor no construye la casa,
el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo.
Si el Señor no protege la ciudad,
protegerla con guardias no sirve para nada.
2
Es inútil que te esfuerces tanto,
desde la mañana temprano hasta tarde en la noche,
y te preocupes por conseguir alimento;
porque Dios da descanso a sus amados.
3
Los hijos son un regalo del Señor;
son una recompensa de su parte.
4
Los hijos que le nacen a un hombre joven
son como flechas en manos de un guerrero.
5
¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos!
No pasará vergüenza cuando enfrente a sus acusadores en las puertas de la ciudad.