- El candelabro y los dos olivos
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- Entonces el ángel que había estado hablando conmigo volvió y me despertó, como si hubiera estado dormido.
- 2
- —¿Qué ves ahora? —me preguntó.
—Veo un candelabro de oro macizo con un tazón de aceite encima —contesté—. Alrededor del tazón hay siete lámparas y cada una tiene siete conductos para las mechas.
- 3
- También veo dos olivos, uno a cada lado del tazón.
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- Entonces le pregunté al ángel:
—¿Qué es todo esto, mi señor? ¿Qué significa?
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- —¿No lo sabes? —preguntó el ángel.
—No, mi señor —le contesté.
- 6
- Entonces me dijo:
—El Señor dice a Zorobabel: “No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.
- 7
- Nada impedirá el camino de Zorobabel, ni siquiera una montaña gigantesca, ¡pues se convertirá en llanura delante de él! Y cuando Zorobabel coloque la última piedra del templo en su lugar, la gente gritará: ‘¡Dios lo bendiga! ¡Dios lo bendiga!’”.
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- Después recibí otro mensaje del Señor:
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- «Zorobabel es quien colocó los cimientos de este templo y él los terminará.
Así ustedes sabrán que el Señor de los Ejércitos Celestiales me envió.
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- No menosprecien estos modestos comienzos, pues el Señor se alegrará cuando vea que el trabajo se inicia y que la plomada está en las manos de Zorobabel».
(Las siete lámparas representan los ojos del Señor que recorren toda la tierra).
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- Entonces le pregunté al ángel:
—¿Qué son esos dos olivos a cada lado del candelabro
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- y las dos ramas de olivo que vierten aceite dorado por dos tubos de oro?
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- —¿No lo sabes? —preguntó.
—No, mi señor —respondí.
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- Entonces él me dijo:
—Representan a los dos ungidos que están de pie en la corte del Señor de toda la tierra.
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