- Hay que amar la justicia y confiar en Dios
- 1
- Ustedes,
gobernantes de la tierra, practiquen la justicia; y busquen a Dios con sinceridad para que lleguen a conocerlo.
- 2-3
- Sólo encuentran a Dios
los que confían en él; los que lo ponen a prueba sólo encuentran confusión. Dios se da a conocer a los que en él confían; pero rechaza por completo a los que piensan en la maldad.
- 4
- La sabiduría no está
donde viven los corruptos. Ella no vive en medio del pecado.
- 5
- El espíritu de Dios nos da sabiduría,
nos enseña a odiar la mentira y los malos pensamientos. ¡La sabiduría que Dios nos da no vive en medio de la injusticia!
Dios nos conoce
- 6
- La sabiduría es nuestra amiga,
pero no perdona al que habla mal de Dios. Dios conoce nuestros deseos y nuestros pensamientos, y hasta escucha todas nuestras conversaciones.
- 7
- Su espíritu está presente en todas partes,
todo lo sostiene y mantiene unido, y escucha todas las palabras.
- 8
- Por eso, los malvados no podrán esconderse
ni escaparán al castigo de Dios.
- 9
- Dios examina el pensamiento de los malos;
Dios oye todo lo que ellos dicen. Los malvados no pueden esconderse de Dios.
- 10
- Dios escucha con atención
hasta lo que se dice en voz baja.
- 11
- Por eso, apártense del chisme
y de las malas palabras. Hasta la palabra más inocente puede causar grandes desgracias; las mentiras acaban con la gente.
Dios nos creó para la vida
- 12
- No hagan lo malo,
ni desobedezcan a Dios, pues de lo contrario les caerá la desgracia y los alcanzará la muerte.
- 13
- Dios nos creó,
pero no para la muerte; a él no le gusta destruir a la gente.
- 14
- Él creó todo lo que existe,
y todo lo que hay en el mundo es saludable y no provoca la muerte. La muerte no gobierna este mundo,
- 15
- y la justicia dura para siempre.
Así piensan los malvados
- 16
- Los malos coquetean con la muerte;
la consideran su amiga y la buscan con todas sus fuerzas. Se han puesto de acuerdo con ella, y son el uno para el otro.
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