- Jerusalén renovada
- 1
- Aquel día surgirá un manantial donde la dinastía de David y los habitantes de Jerusalén puedan lavar su pecado y su impureza.
- 2
- Aquel día —oráculo del Señor del universo— extirparé de esta tierra los nombres de los ídolos a los que ya nunca más se invocará;
haré también que desaparezcan de esta tierra los [falsos] profetas y el espíritu de impureza.
- 3
- Y si alguno sigue profetizando, el padre y la madre que lo engendraron le dirán: “No mereces vivir, pues anuncias mentiras en nombre del Señor”.
Y sus mismos padres lo pasarán a espada cuando él se haga pasar por profeta.
- 4
- Aquel día se sonrojarán los profetas de sus propias visiones y no se vestirán el manto de pelo dispuestos a engañar,
- 5
- sino que cada uno dirá: “No soy profeta;
soy tan sólo un labrador ocupado desde mi juventud en cultivar la tierra”.
- 6
- Y si alguno le pregunta: “¿Qué heridas son ésas que tienes en las manos?”, él responderá: “Me las han hecho en casa de mis amigos”.
El nuevo pueblo
- 7
- ¡Dirígete, espada, contra mi pastor,
haz frente a mi ayudante! —oráculo del Señor del universo—. Hiere al pastor y se dispersará el rebaño; incluso a los más pequeños golpearé.
- 8
- Y sucederá que en todo el país
—oráculo del Señor— perecerán exterminados dos tercios, quedando sólo el otro tercio.
- 9
- Haré pasar por el fuego a este tercio,
lo purificaré como se hace con la plata y lo acrisolaré como se acrisola el oro. Me invocará y yo lo escucharé; yo diré: “Es mi pueblo”; y él responderá: “El Señor es mi Dios”.
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