- Isaías tiene una visión en el templo
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- Yo, Isaías, vi a Dios sentado en un trono muy alto, y el templo quedó cubierto bajo su capa.
Esto me sucedió en el año en que murió el rey Ozías.
- 2
- Vi además a unos serafines que volaban por encima de Dios.
Cada uno tenía seis alas: con dos alas volaban, con otras dos se cubrían la cara, y con las otras dos se cubrían de la cintura para abajo.
- 3
- Con fuerte voz se decían el uno al otro:
«Santo, santo, santo es el Dios único de Israel, el Dios del universo; ¡toda la tierra está llena de su poder!»
- 4
- Mientras ellos alababan a Dios, temblaban las puertas del templo, y éste se llenó de humo.
- 5
- Entonces exclamé:
«¡Ahora sí voy a morir! Porque yo, que soy un hombre pecador y vivo en medio de un pueblo pecador, he visto al rey del universo, al Dios todopoderoso».
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- En ese momento, uno de los serafines voló hacia mí.
Traía en su mano unas tenazas, y en ellas llevaba una brasa que había tomado del fuego del altar.
- 7
- Con esa brasa me tocó los labios, y me dijo:
«Esta brasa ha tocado tus labios. Con ella, Dios ha quitado tu maldad y ha perdonado tus pecados».
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- Enseguida oí la voz de Dios que decía:
«¿A quién voy a enviar? ¿Quién será mi mensajero?» Yo respondí: «Envíame a mí, yo seré tu mensajero».
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- Entonces Dios me dijo:
«Ve y dile a este pueblo: “Por más que oigan, no van a entender; por más que miren, no van comprender”.
- 10
- »Confunde la mente de este pueblo;
que no pueda ver ni oír ni tampoco entender. Así no podrá arrepentirse, y yo no lo perdonaré».
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- Entonces le pregunté:
«Dios mío, ¿por cuánto tiempo tendré que predicar?» Dios me respondió: «Hasta que todas las ciudades sean destruidas y se queden sin habitantes; hasta que en las casas no haya más gente y los campos queden desiertos;
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- hasta que yo mande al pueblo fuera de su tierra,
y el país quede abandonado.
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- Y si de cien personas quedan sólo diez,
hasta esas diez serán destruidas. Quedarán como el tronco de un árbol, que recién ha sido cortado. Pero unos pocos israelitas quedarán con vida, y de ellos saldrá un pueblo obediente y fiel».
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