- Otros dichos sabios
- 1
- La mejor sopa se echa a perder si le cae una mosca.
La menor tontería echa a perder tu fama de sabio.
- 2
- El sabio siempre piensa en hacer lo bueno;
el tonto sólo piensa en hacer lo malo.
- 3
- Tiene el tonto tan poco cerebro que sin abrir la boca anuncia su tontería.
- 4
- Si el gobernante se enoja contigo, no renuncies a tu cargo.
Para los grandes errores, un gran remedio: la paciencia.
- 5
- En esta vida he visto algo muy grave, parecido al error que cometen los gobernantes:
- 6
- que a la gente incapaz se le dan puestos de gran responsabilidad, mientras que a la gente capaz se le dan los puestos más bajos.
- 7
- ¡Y resulta que los esclavos andan a caballo, mientras que la gente que vale anda a pie!
- 8
- Si haces hoyos,
puedes caerte en ellos. Si partes en dos un muro, puede morderte una serpiente.
- 9
- Si partes piedras,
puedes salir herido. Si partes leña, puedes salir lastimado.
- 10
- El hacha sin filo no corta.
Si no se le saca filo, hay que golpear con más fuerza. Si quieres prosperar, tienes que saber qué hacer y hacerlo bien.
- 11
- ¿De qué te sirve tener
un encantador de serpientes, si la serpiente te muerde antes de ser encantada?
- 12
- Cuando el sabio habla,
a todos les cae bien; cuando el tonto abre la boca, provoca su propia ruina.
- 13
- Comienza diciendo tonterías,
y acaba diciendo estupideces,
- 14
- ¡pero palabras no le faltan!
¿Qué va a pasar mañana? ¿Qué va a pasar después? ¡Nadie puede saberlo!
- 15
- No tiene ningún sentido
que tanto trabaje el tonto, si no sabe ni en dónde está.
- 16
- ¡Qué lástima da el país
que tiene un rey incapaz y malos gobernantes que siempre están de fiesta!
- 17
- ¡Pero qué dichoso es el país
que tiene un rey bien preparado, con gobernantes que comen para vivir y no viven para comer!
- 18
- En la casa del perezoso
pasan muchas desgracias: primero se cae el techo, y después toda la casa.
- 19
- Para estar feliz
hace falta pan, para estar contento hace falta vino, y para gozar de todo hace falta dinero.
- 20
- Nunca hables mal del rey
ni de la gente poderosa, aunque creas que nadie te oye. Las palabras vuelan; son como los pájaros, y todo llega a saberse.
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