- Tú eres la fuerza de tu pueblo
SALMO 28 (27) Himno de David.
- 1
- Dios mío, yo te llamo,
no cierres tus oídos, porque tú eres quien me protege. Si no me respondes, de seguro moriré.
- 2
- Atiende mis ruegos
cuando te tienda los brazos para pedirte ayuda.
- 3
- No me castigues
junto con los malhechores, porque hablan con los demás y les desean lo mejor, pero en su pensamiento quisieran matarlos.
- 4
- ¡Págales con la misma moneda!
¡Dales su merecido! Sus acciones han sido malas; ¡devuélveles mal por mal,
- 5
- pues no toman en cuenta
todo lo que has hecho! Por eso, ¡destrúyelos por completo, que no vuelvan a levantarse!
- 6-7
- ¡Bendito seas, Dios mío,
por atender a mis ruegos! Tú eres mi fuerza; me proteges como un escudo. En ti confío de corazón, pues de ti recibo ayuda. El corazón se me llena de alegría, por eso te alabo en mis cantos.
- 8-9
- Tú, Dios mío,
eres la fuerza de tu pueblo; danos la victoria, pues somos tu pueblo elegido. ¡Sálvanos y bendícenos! ¡Llévanos en tus brazos, pues tú eres nuestro pastor!
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