- Gracias Dios mío
SALMO 18 (17) Himno de David, fiel servidor de Dios. David dedicó a Dios la letra de esta canción cuando Dios lo salvó de Saúl y de todos sus enemigos. En aquella ocasión, David dijo:
- 1
- ¡Dios mío, yo te amo
porque tú me das fuerzas!
- 2
- Tú eres para mí
la roca que me da refugio; ¡tú me cuidas y me libras! Me proteges como un escudo, y me salvas con tu poder. ¡Tú eres mi más alto escondite!
- 3
- Tú mereces que te alabe porque,
cuando te llamo, me libras de mis enemigos.
- 4
- Hubo una vez en que la muerte
quiso atraparme entre sus lazos, fui arrastrado por una corriente que todo lo destruía.
- 5
- Me vi atrapado por la muerte,
me vi al borde de la tumba.
- 6
- Lleno de angustia
llamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo, ¡mi oración llegó hasta sus oídos!
- 7
- Hubo un temblor de tierra,
y la tierra se estremeció. También los cerros temblaron desde sus cimientos; ¡temblaron por el enojo de Dios!
- 8
- Echaba humo por la nariz,
arrojaba fuego por la boca, y lanzaba carbones encendidos.
- 9
- Dios partió el cielo en dos
y bajó sobre una espesa nube.
- 10
- Cruzó los cielos
sobre un querubín; se fue volando sobre las alas del viento.
- 11
- Se escondió en la oscuridad,
entre las nubes cargadas de agua que lo cubrían por completo.
- 12
- ¡De su grandioso trono salían
nubes, granizos y carbones encendidos!
- 13
- De pronto, en el cielo
se oyó una voz de trueno: ¡era la voz del Dios altísimo que se dejó escuchar entre granizos y carbones encendidos!
- 14
- Arrojó sus relámpagos
como si disparara flechas; ¡dispersó a sus enemigos, y los hizo salir corriendo!
- 15
- Dios mío,
tú reprendiste al mar, y por causa de tu enojo el fondo del mar quedó a la vista. En tu enojo resoplaste, y los cimientos de la tierra quedaron al descubierto.
- 16
- Desde los altos cielos
me tendiste la mano y me sacaste del mar profundo.
- 17
- Mis enemigos me odiaban;
eran más fuertes y poderosos que yo, ¡pero tú me libraste de ellos!
- 18
- Se enfrentaron a mí
en el peor momento, pero tú me apoyaste.
- 19
- Me diste libertad,
¡me libraste porque me amas!
- 20
- Me diste mi recompensa
porque hago lo que quieres. Me trataste con bondad porque hago lo que es justo.
- 21
- Yo obedezco tus enseñanzas
y no me aparto de ti.
- 22
- Cumplo todas tus leyes,
y jamás me aparto de ellas.
- 23
- He sido honesto contigo
y no he hecho nada malo.
- 24
- Me diste mi recompensa
porque hago lo que quieres, porque tú sabes que yo hago lo que es justo.
- 25
- Tú eres fiel
con los que te son fieles, y tratas bien a quienes bien se comportan.
- 26
- Eres sincero
con los que son sinceros, pero con los tramposos demuestras ser más astuto.
- 27
- A la gente humilde
le concedes la victoria, pero a los orgullosos los haces salir derrotados.
- 28-30
- Dios mío,
tú alumbras mi vida, tú iluminas mi oscuridad. Con tu ayuda venceré al enemigo y podré conquistar sus ciudades. Tus enseñanzas son perfectas, tu palabra no tiene defectos. Tú proteges como un escudo a los que buscan refugio en ti.
- 31
- Dios de Israel,
sólo tú eres Dios, ¡sólo tú puedes protegernos!
- 32
- ¡Sólo tú me llenas de valor
y me guías por el buen camino!
- 33
- ¡Tú me das fuerzas para correr
con la velocidad de un venado! Cuando ando por las altas montañas, tú no me dejas caer.
- 34
- Tú me enseñas
a enfrentarme a mis enemigos; tú me das valor para vencerlos.
- 35
- Tú me das tu protección;
me salvas con tu gran poder y me concedes la victoria.
- 36
- Me despejas el camino
para que no tenga yo tropiezos.
- 37
- Perseguí a mis enemigos
y los alcancé, y no volví hasta haberlos destruido.
- 38
- Los derroté por completo;
¡los aplasté bajo mis pies, y no volvieron a levantarse!
- 39
- Tú me llenaste de valor
para entrar en combate; tú hiciste que los rebeldes cayeran derrotados a mis pies.
- 40
- Me hiciste vencer a mis enemigos,
y acabé con los que me odiaban.
- 41
- A gritos pedían ayuda,
pero nadie fue a salvarlos. Hasta de ti pedían ayuda, pero tampoco tú los salvaste.
- 42
- Los deshice por completo:
¡quedaron como el polvo que se lleva el viento! ¡Me di gusto aplastándolos como al lodo de la calle!
- 43-45
- Dios mío,
tú me libras de la gente que anda buscando pelea; me hiciste jefe de naciones, y gente extraña que yo no conocía ahora está dispuesta a servirme. Tan pronto esos extranjeros me oyen, se desaniman por completo y temblando salen de sus escondites dispuestos a obedecerme.
- 46
- ¡Bendito seas, mi Dios,
tú que vives y me proteges! ¡Alabado seas, mi Dios y Salvador!
- 47
- ¡Tú me permitiste
vengarme de mis enemigos! ¡Tú pusiste a los pueblos bajo mi dominio!
- 48
- Tú me pusiste a salvo
de la furia de mis enemigos. Me pusiste por encima de mis adversarios, y me libraste de gente violenta.
- 49
- Por eso, Dios mío,
yo te alabo y te canto himnos en medio de las naciones.
- 50
- Tú siempre le das la victoria
al rey que pusiste sobre Israel. Tú siempre les muestras tu amor a David y a sus herederos.
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