- La autoridad de Jesús
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- Jesús estaba en el templo enseñando a la gente y anunciando las buenas noticias.
Los sacerdotes principales, los maestros de la Ley y los líderes del país se acercaron
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- y le preguntaron:
—¿Quién te dio autoridad para hacer todo esto?
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- Jesús les contestó:
—Yo también voy a preguntarles algo:
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- ¿Quién le dio autoridad a Juan el Bautista para bautizar? ¿Dios, o alguna otra persona?
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- Ellos comenzaron a discutir, y se decían unos a otros: «Si contestamos que fue Dios quien le dio autoridad a Juan, Jesús nos preguntará por qué no le creímos.
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- Y si decimos que fue un ser humano, la gente nos matará a pedradas, porque creen que Juan era un profeta enviado por Dios.»
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- Entonces respondieron:
—No sabemos quién le dio autoridad a Juan.
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- Jesús les dijo:
—Pues yo tampoco les diré quién me da autoridad para hacer todo esto.
La viña alquilada
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- Jesús le puso a la gente este ejemplo:
«El dueño de un terreno sembró una viña, luego la alquiló y se fue de viaje por largo tiempo.
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- Cuando llegó la época de la cosecha, envió a un sirviente para pedir la parte que le correspondía.
Pero los hombres que alquilaron la viña golpearon al sirviente y lo enviaron con las manos vacías.
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- »El dueño envió a otro sirviente, pero también a éste lo golpearon, lo insultaron y lo enviaron sin nada.
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- Luego envió a otro, y a éste también lo hirieron y lo echaron fuera de la viña.
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- »Finalmente, el dueño se puso a pensar: “¿Qué puedo hacer?” Y se dijo: “Ya sé;
enviaré a mi hijo que tanto quiero. Estoy seguro que a él sí lo respetarán.”
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- »Cuando aquellos hombres vieron que había llegado el hijo del dueño, se dijeron unos a otros: “Este muchacho es el que recibirá la viña cuando el dueño muera.
Vamos a matarlo; así nos quedaremos con el terreno.”
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- »Entonces agarraron al muchacho, lo sacaron del terreno y lo mataron.»
Después Jesús preguntó: —¿Qué piensan ustedes que hará el dueño con aquellos hombres?
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- Seguramente, cuando regrese, los matará y luego entregará la viña a otras personas.
Cuando la gente oyó eso, dijo: —¡Eso, jamás!
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- Jesús miró a todos y les dijo:
—Entonces, cuando la Biblia dice: “La piedra que rechazaron los constructores del templo es ahora la piedra principal”, »¿qué quiso decir con eso?
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- Porque todo el que caiga sobre esa piedra quedará hecho pedazos.
Y si la piedra cae sobre alguien, lo dejará hecho polvo.»
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- Los sacerdotes principales y los maestros de la Ley se dieron cuenta de que Jesús los estaba comparando con los hombres malos que alquilaron la viña.
Entonces quisieron apresar a Jesús en ese mismo instante, pero no se atrevieron porque le tenían miedo a la gente.
Una trampa para Jesús
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- Los enemigos de Jesús querían arrestarlo y entregarlo al gobernador romano.
Pero, como no tenían de qué acusarlo, enviaron a unos espías para que se hicieran pasar por personas buenas y vigilaran en qué momento Jesús decía algo malo.
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- Los espías le dijeron a Jesús:
—Maestro, sabemos que siempre dices la verdad. Tú enseñas que todos deben obedecer a Dios, y tratas a todos por igual.
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- Por eso te preguntamos: ¿Está bien que paguemos impuestos al emperador de Roma, o no?
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- Como Jesús sabía que ellos querían ponerle una trampa, les respondió:
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- —Muéstrenme una moneda.
¿De quién es la imagen que está en la moneda? ¿De quién es el nombre que tiene escrito? Ellos contestaron: —Del emperador de Roma.
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- Jesús les dijo:
—Pues denle al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.
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- Los espías no lograron que Jesús cayera en la trampa.
Quedaron sorprendidos por su respuesta y no supieron decir nada más.
Los saduceos hablan con Jesús
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- Después, unos saduceos fueron a ver a Jesús.
Como ellos no creían que los muertos pueden volver a vivir,
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- le preguntaron:
—Maestro, Moisés escribió que, si un hombre muere sin tener hijos con su esposa, el hermano de ese hombre debe casarse con esa mujer y tener hijos con ella. De acuerdo con la ley, esos hijos son del hermano muerto y llevan su nombre.
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- »Pues bien, aquí vivían siete hermanos.
El hermano mayor se casó y, tiempo más tarde, murió sin tener hijos.
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- El segundo hermano se casó con la misma mujer, pero tiempo después también él murió sin tener hijos.
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- Lo mismo sucedió con el tercer hermano y con el resto de los siete hermanos.
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- El tiempo pasó y la mujer también murió.
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- »Ahora bien, cuando Dios haga que todos los muertos vuelvan a vivir, ¿de quién será esposa esta mujer, si estuvo casada con los siete?
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- Jesús contestó:
—Ahora los hombres y las mujeres se casan.
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- Pero Dios decidirá quiénes merecen volver a vivir.
Cuando eso suceda, nadie se casará
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- ni morirá.
Todos serán como los ángeles, y por haber vuelto a vivir serán hijos de Dios.
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- Hasta Moisés mismo nos demuestra que los muertos vuelven a vivir.
En la historia del arbusto que ardía, Moisés dijo que Dios es el Dios de sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.
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- Con eso, Moisés estaba demostrando que Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para Dios todos ellos están vivos.
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- Algunos maestros de la Ley que estaban allí dijeron:
—¡Maestro, diste una buena respuesta!
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- Después de esto, ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas.
La pregunta acerca del Mesías
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- Jesús preguntó a los que estaban allí:
—¿Por qué dice la gente que el Mesías será un descendiente del rey David?
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- Si en el libro de los Salmos el mismo David dice:
“Dios le dijo a mi Señor el Mesías: ‘Siéntate a la derecha de mi trono,
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- hasta que yo derrote a tus enemigos.’”
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- »Si David llama Señor al Mesías, ¿cómo puede ser el Mesías descendiente de David?
Advertencia
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- Delante de toda la gente, Jesús les dijo a sus discípulos:
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- —¡Cuídense de los maestros de la Ley! A ellos les gusta vestir como gente importante, y que los saluden en el mercado con mucho respeto.
Cuando van a una fiesta o a la sinagoga, les gusta ocupar los mejores puestos.
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- Ellos les quitan a las viudas sus casas, y luego hacen oraciones muy largas para que todos piensen que son gente buena.
Pero Dios los castigará más duro que a los demás.
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