- Dios cuida y guía a su pueblo
SALMO 78 (77) Himno de Asaf.
- 1
- Pueblo mío,
escucha mis enseñanzas; atiende a mis palabras.
- 2
- Te hablaré por medio de ejemplos,
y te explicaré los misterios del pasado.
- 3
- Son cosas que ya conocemos
pues nuestros padres nos las contaron.
- 4
- Pero nuestros hijos deben conocerlas;
debemos hablarles a nuestros nietos del poder de Dios y de sus grandes acciones; ¡de las maravillas que puede realizar!
- 5
- Dios fijó una ley permanente
para su pueblo Israel, y a nuestros abuelos les ordenó instruir en ella a sus hijos,
- 6
- para que ellos, a su vez,
nos instruyeran a nosotros y a las futuras generaciones que todavía no han nacido.
- 7
- Así confiaremos en Dios,
tendremos presentes sus grandes hechos y cumpliremos sus mandamientos.
- 8
- Así no seremos rebeldes,
como lo fueron nuestros abuelos: tan malvados eran sus pensamientos que Dios no podía confiar en ellos.
- 9
- Los israelitas eran buenos guerreros,
pero se acobardaron y no entraron en batalla.
- 10
- No cumplieron su compromiso con Dios,
ni siguieron sus enseñanzas.
- 11-12
- Cuando estaban en Egipto,
en la región de Soan, vieron las grandes maravillas que Dios realizó ante sus ojos, pero no las tomaron en cuenta.
- 13
- Dios partió el mar en dos,
y para que ellos pudieran cruzar, mantuvo las aguas firmes como paredes.
- 14
- De día, los guiaba con una nube;
de noche, los alumbraba con un fuego.
- 15-16
- Cuando llegaron al desierto,
Dios partió en dos una piedra; ¡de ella hizo que brotaran verdaderos torrentes de agua, y así apagaron su sed!
- 17
- Pero nuestros abuelos
volvieron a pecar contra Dios: ¡en pleno desierto se pusieron en contra del Dios altísimo!
- 18
- Se les metió en la cabeza
poner a Dios a prueba, y le pidieron comida a su antojo.
- 19
- Hablaron mal de Dios,
y hasta llegaron a decir: «Aquí en el desierto Dios no puede darnos de comer.
- 20
- Es verdad que golpeó una piedra
y que hizo que brotaran grandes torrentes de agua, ¡pero no podrá alimentarnos! ¡No va a poder darnos carne!»
- 21
- Cuando Dios oyó lo que decían,
se encendió su enojo contra ellos,
- 22
- pues no confiaron en él
ni creyeron que podría ayudarlos.
- 23-24
- Dios, desde el alto cielo,
les dio una orden a las nubes, y del cielo llovió comida: Dios les dio a comer maná, que es el pan del cielo.
- 25
- Dios les mandó mucha comida,
y aunque eran gente insignificante comieron como los ángeles.
- 26
- Luego, con su poder
Dios hizo que desde el cielo soplaran vientos encontrados.
- 27
- ¡Dios hizo que les lloviera carne
como si les lloviera polvo! ¡Les mandó nubes de pájaros, tantos como la arena del mar!
- 28
- Dios dejó caer esos pájaros
dentro y fuera del campamento,
- 29
- y la gente se hartó de comer,
pues Dios les cumplió su capricho.
- 30
- No les duró mucho el gusto:
todavía tenían la comida en la boca
- 31
- cuando Dios se enojó contra ellos.
¡Les quitó la vida a sus hombres más fuertes! ¡Hirió de muerte a los mejores israelitas!
- 32
- Pero ellos siguieron pecando;
dudaron del poder de Dios.
- 33
- Por eso Dios les quitó la vida;
¡les envió una desgracia repentina, y acabó con su existencia!
- 34
- Ellos sólo buscaban a Dios
cuando él los castigaba; sólo así se arrepentían y volvían a obedecerlo;
- 35
- sólo entonces se acordaban
del Dios altísimo, su protector y libertador.
- 36-37
- Nunca le decían la verdad;
nunca le fueron sinceros ni cumplieron fielmente su pacto.
- 38
- Pero Dios, que es compasivo,
les perdonó su maldad y no los destruyó. Más de una vez refrenó su enojo,
- 39
- pues tomó en cuenta
que eran simples seres humanos; sabía que son como el viento que se va y no vuelve.
- 40
- Muchas veces, en el desierto,
se rebelaron contra Dios y lo hicieron ponerse triste.
- 41
- Muchas veces lo pusieron a prueba;
¡hicieron enojar al santo Dios de Israel!
- 42
- No se acordaron del día
cuando Dios, con su poder, los libró de sus enemigos.
- 43
- Tampoco recordaron
los grandes milagros que Dios hizo en Egipto,
- 44
- cuando convirtió en sangre
todos los ríos egipcios, y el agua no se podía beber.
- 45
- Les mandó moscas y ranas,
que todo lo destruían;
- 46
- dejó que los saltamontes
acabaran con todos sus sembrados;
- 47
- destruyó sus viñas con granizo,
y sus higueras, con inundaciones;
- 48
- dejó que los rayos y el granizo
acabaran con sus vacas y sus ovejas.
- 49
- Dios estaba tan enojado
que los castigó con dureza; les mandó todo un ejército de mensajeros de muerte;
- 50
- dio rienda suelta a su enojo
y les mandó un castigo mortal; ¡no les perdonó la vida!
- 51
- En cada familia egipcia
hirió de muerte a los hijos mayores.
- 52
- Pero a su pueblo lo guió
y lo llevó por el desierto, como guía el pastor a sus ovejas;
- 53
- les dio seguridad
para que no tuvieran miedo, pero hizo que a sus enemigos se los tragara el mar.
- 54
- Dejó que su pueblo ocupara
toda la tierra prometida, la cual ganó con su poder.
- 55
- Conforme avanzaban los israelitas,
Dios echaba fuera a las naciones, y a Israel le entregó las tierras de esos pueblos. ¡Fue así como los israelitas se establecieron allí!
- 56
- Pero pusieron a Dios a prueba:
se opusieron al Dios altísimo y desobedecieron sus mandatos;
- 57
- no eran dignos de confianza;
se portaron igual que sus padres, pues traicionaron a Dios y no le fueron fieles.
- 58-59
- Dios se puso muy furioso
y rechazó del todo a Israel; se sintió traicionado pues adoraron a dioses falsos y les construyeron santuarios.
- 60
- Por eso Dios abandonó Siló,
que era donde vivía en este mundo;
- 61
- ¡dejó que el cofre del pacto,
que era el símbolo de su poder, cayera en manos enemigas!
- 62
- Tanto se enojó con su pueblo
que los hizo perder sus batallas.
- 63
- El fuego acabó con sus muchachos,
las novias no tuvieron fiesta de bodas,
- 64
- sus sacerdotes perdieron la vida,
y sus viudas no les guardaron luto.
- 65
- Pero Dios despertó,
como quien despierta de un sueño, y dando rienda suelta a su furia
- 66
- puso en retirada a sus enemigos;
¡para siempre los dejó en vergüenza!
- 67
- Se negó a favorecer
a los de la tribu de Efraín,
- 68
- pero eligió a la tribu de Judá
y a su amada Jerusalén.
- 69
- En lo alto del monte Sión
construyó su templo: alto como los cielos, y firme para siempre, como la tierra.
- 70-71
- Dios prefirió a David,
que era su hombre de confianza, y lo quitó de cuidar ovejas para que cuidara a Israel, que es el pueblo de Dios.
- 72
- Y David fue un gobernante
inteligente y sincero.
|