- La luz de las naciones
- 1
- Israel dijo:
«¡Ustedes, pueblos de las costas más lejanas, óiganme y presten atención! »Yo soy el fiel servidor de Dios. Él pronunció mi nombre desde antes que yo existiera como pueblo.
- 2
- Dios hizo que mis palabras
fueran poderosas como flechas, como espadas afiladas. Dios me protegió, me cuidó,
- 3
- y me dijo:
“Tú eres mi fiel servidor; gracias a ti daré a conocer mi poder”.
- 4
- »Sin embargo, yo me dije:
“He trabajado inútilmente; me he quedado sin fuerzas y no he logrado nada”. En realidad, lo que hago es gracias al poder de Dios, y ya él ha preparado mi recompensa.
- 5
- Dios me formó
desde antes que naciera para que fuera yo su fiel servidor, y siempre estuviéramos unidos. Para Dios, yo valgo mucho; por eso él me fortalece».
- 6
- Dios le dijo a su fiel servidor:
«Yo te he enviado para que reúnas a las tribus de Israel y las hagas volver a su patria. Aun esto es muy poco para ti. Por eso te pondré como una luz para las naciones, y haré que lleves la salvación hasta el último rincón del mundo».
Una promesa de Dios a su pueblo
- 7
- Dios, el Salvador y santo de Israel, le dijo al pueblo:
«Israel, tú has sido despreciado y odiado por otros pueblos, y ahora eres esclavo de esos tiranos. Pon atención a mis palabras: “Yo soy tu único Dios; cuando los reyes y los príncipes de otras naciones te vean, se humillarán ante ti. ”¡Yo te he elegido y te cumpliré esta promesa!”»
Restauración de Israel
- 8
- Dios les dijo a los israelitas:
«Cuando llegó el momento de mostrarles mi bondad, fui bondadoso con ustedes; cuando necesitaron salvación, yo les di libertad. Yo los formé para que fueran una bendición para otros pueblos. Por eso ustedes, israelitas, volverán a ocupar las tierras que sus enemigos destruyeron, y reconstruirán el país.
- 9
- Ustedes les dirán a los presos:
“¡Quedan en libertad!”, y a los que viven en la oscuridad: “¡Salgan a la luz!”
La alegría de los que vuelven a su patria
- »Ustedes encontrarán buenos pastos
junto a todos los caminos, y en cualquier cerro desierto tendrán alimento para el ganado.
- 10
- No tendrán hambre ni sed,
ni los molestará el sol ni el calor, porque yo los amo y los guío, y los llevaré a fuentes de agua.
- 11
- Les abriré un camino
a través de las montañas y los haré pasar por un terreno llano.
- 12
- Ustedes, los israelitas,
vendrán de muy lejos, de todos los rincones del mundo.
- 13
- »¡Cielos, griten de alegría!
¡Tierra, alégrate mucho! ¡Montañas, lancen gritos de felicidad! Porque yo, el único Dios, consuelo a mi pueblo y tengo compasión de los pobres».
La reconstrucción de Jerusalén
- 14
- El pueblo de Jerusalén decía:
«Dios me abandonó, mi Dios se olvidó de mí».
- 15
- Pero Dios respondió:
«Jerusalén, ¿acaso puede una madre olvidar o dejar de amar a su hijo? Y aunque ella lo olvidara, yo no me olvidaré de ti.
- 16
- Yo te llevo grabada
como un tatuaje en mis manos, siempre tengo presentes tus murallas.
- 17
- »Ya se han ido tus destructores;
si con rapidez te destruyeron, con más rapidez serás reconstruida.
- 18
- Levanta los ojos
y mira a tu alrededor, todos los israelitas se reúnen y vuelven hacia ti. Yo soy el único Dios, y juro por mi vida que todos tus habitantes serán como los adornos de una novia.
- 19
- »Tú, Jerusalén, estabas en ruinas,
pero ya se han alejado los que te destruyeron. Ahora tendrás tantos habitantes que el país te resultará pequeño.
- 20
- Los hijos que dabas por perdidos
te dirán al oído: “Este país es demasiado pequeño para todos nosotros”.
- 21
- »Tú, Jerusalén,
dirás como una madre: “¿Quién me dio tantos hijos? Yo no tenía hijos ni podía tenerlos; me habían dejado sola, quedé completamente abandonada. ¿Quién crió a estos hijos míos? ¿De dónde vinieron?”
- 22
- »Yo daré una orden a las naciones
para que traigan en brazos a tus hijos y a tus hijas.
- 23
- Los reyes serán tus padres adoptivos
y las princesas, tus niñeras. Se arrodillarán ante ti y reconocerán que no quedan avergonzados los que confían en mí, y que yo soy el único Dios.
- 24
- »A un guerrero no se le puede quitar
lo que ha ganado en el combate; un prisionero de guerra no se puede escapar del tirano.
- 25
- Pero yo, el único Dios,
declaro que al guerrero y al tirano les quitarán lo que hayan conquistado. A ustedes los israelitas les digo que yo salvaré a sus hijos y a sus hijas de manos de sus enemigos.
- 26
- Haré que sus opresores
se coman su propia carne y se emborrachen con su sangre. Así sabrá toda la humanidad que yo soy el único Dios, soy el Dios todopoderoso, y el salvador de Israel».
|