- Alabanza de los antepasados
- 1
- Honremos ahora a los hombres ilustres,
a los antepasados de nuestro pueblo.
- 2
- Desde un principio
Dios los llenó de gran poder y los hizo muy famosos.
- 3
- Algunos de ellos fueron reyes;
otros hablaron en nombre de Dios,
- 4
- o fueron consejeros del pueblo
y le dieron sabias enseñanzas.
- 5
- Algunos compusieron bellas melodías,
otros escribieron hermosos poemas,
- 6
- otros tuvieron poder y riquezas,
y disfrutaron de una vida tranquila,
- 7
- pero todos ellos, en su tiempo,
fueron objeto de grandes honores.
- 8
- ¡Su fama será siempre recordada!
- 9
- Otros, en cambio, fueron olvidados
como si nunca hubieran existido. Pareciera que ellos y sus hijos no hubieran nacido jamás.
- 10
- Pero las buenas acciones
de los hombres de bien nunca podrán ser olvidadas.
- 11-13
- Sus hijos y sus nietos
han seguido su ejemplo y siguen siendo fieles a Dios. Por eso todavía se les recuerda.
- 14
- Murieron y fueron sepultados en paz,
y su recuerdo seguirá a través del tiempo.
- 15
- Siempre que el pueblo se reúna,
será alabado por su sabiduría.
Henoc y Noé
- 16
- Henoc agradó a Dios,
y Dios se lo llevó al cielo.
- 17-18
- Noé siempre hizo lo bueno.
Gracias a él, terminó el diluvio y algunos quedaron con vida. Después del diluvio, Dios le prometió no volver a destruir la tierra, y le dio una señal permanente.
Abraham
- 19
- Abraham fue padre de muchas naciones.
Nadie fue tan famoso como él.
- 20
- Cumplió la ley del Dios altísimo,
y Dios hizo con él una alianza. Abraham llevó en su cuerpo la marca de esa alianza, y a la hora de la prueba se mantuvo firme.
- 21
- Por eso Dios le juró
que tendría muchos descendientes, tantos como las estrellas del cielo y como el polvo de la tierra. También le juró bendecir a las naciones por medio de sus descendientes, y entregarle toda la tierra, de norte a sur, y de este a oeste.
Isaac y Jacob
- 22-23
- Gracias a Abraham,
su hijo Isaac y su nieto Jacob recibieron de Dios la misma promesa. Luego Dios repartió la tierra entre las doce tribus de Israel.
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