- Jesús alimenta a mucha gente
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- Un día, mucha gente volvió a reunirse junto a Jesús, y como no tenían nada para comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
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- —Siento compasión de toda esta gente.
Ya han estado conmigo tres días y no tienen nada que comer.
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- Algunos han venido desde muy lejos;
si los mando a sus casas sin comer, pueden desmayarse en el camino.
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- Sus discípulos le respondieron:
—Pero en este lugar no vive nadie. ¿Dónde vamos a conseguir comida para tanta gente?
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- Jesús les preguntó:
—¿Cuántos panes tienen? —Siete —contestaron los discípulos.
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- Jesús le ordenó a la gente que se sentara en el suelo.
Luego tomó los siete panes y dio gracias a Dios. Partió los panes en pedazos y se los entregó a sus discípulos, para que ellos los repartieran entre la gente. Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado.
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- Como también tenían unos cuantos pescaditos, Jesús dio gracias y mandó que los repartieran.
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- Todos los que estaban allí comieron hasta quedar satisfechos, y con los pedazos que sobraron llenaron siete canastas.
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- Los que comieron eran como cuatro mil personas.
Luego Jesús los despidió,
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- subió a la barca y se fue con sus discípulos a la región de Dalmanuta.
Una señal milagrosa
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- Los fariseos llegaron a donde estaba Jesús y comenzaron a discutir con él.
Para ponerle una trampa, le pidieron que demostrara con alguna señal milagrosa que él venía de parte de Dios.
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- Jesús se molestó mucho por esto, y dijo: «¿Por qué siempre piden ustedes una señal? Les aseguro que no se les dará ninguna.»
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- Entonces Jesús los dejó, volvió a subir a la barca, y se fue al otro lado del lago.
Las enseñanzas de los fariseos
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- Los discípulos se habían olvidado de llevar comida, y sólo tenían un pan en la barca.
- 15
- Jesús les advirtió:
—Les recomiendo que se cuiden de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes Antipas.
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- Los discípulos comenzaron a hablar entre ellos y decían:
—Seguramente dijo eso porque no trajimos pan.
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- Jesús se dio cuenta de lo que hablaban y les dijo:
—¿Por qué hablan de pan? ¿Todavía no comprenden? ¿Tienen la mente cerrada?
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- Si tienen ojos, ¿cómo es que no ven? Si tienen oídos, ¿por qué no oyen? ¿No se acuerdan
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- de aquella vez, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres? ¿Cuántas canastas llenaron entonces con lo que sobró?
Los discípulos respondieron: —Doce canastas.
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- Jesús les preguntó:
—Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenaron? —Siete —contestaron los discípulos.
- 21
- Jesús les dijo entonces:
—¿Y todavía no entienden?
Jesús sana a un ciego en Betsaida
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- Cuando llegaron al pueblo de Betsaida, unas personas guiaron a un ciego hasta Jesús y le pidieron que lo tocara.
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- Jesús tomó al ciego de la mano y lo llevó fuera del pueblo.
Después le mojó los ojos con saliva, colocó las manos sobre él, y le preguntó si veía algo.
- 24
- El ciego respondió:
—Veo gente, pero parecen árboles que caminan.
- 25
- Entonces Jesús volvió a ponerle las manos sobre los ojos.
El hombre miró de nuevo con cuidado, y vio todo claramente, porque ya estaba sano.
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- Jesús le mandó que volviera a su casa, y le dijo:
—No regreses al pueblo.
¿Quién es Jesús?
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- Después de esto, Jesús y sus discípulos fueron a los caseríos cercanos al pueblo de Cesarea de Filipo.
En el camino, Jesús les preguntó: —¿Qué dice la gente acerca de mí?
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- Los discípulos contestaron:
—Algunos dicen que eres Juan el Bautista, otros dicen que eres el profeta Elías. Hay otros que piensan que eres alguno de los profetas.
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- Entonces Jesús les preguntó:
—Y ustedes, ¿qué opinan? ¿Quién soy yo? Y Pedro contestó: —Tú eres el Mesías.
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- Jesús les ordenó que no le contaran a nadie que él era el Mesías.
Jesús habla de su muerte
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- Jesús comenzó a anunciar a sus discípulos lo que le iba a pasar:
«Yo, el Hijo del hombre, voy a sufrir mucho. Seré rechazado por los líderes del pueblo, por los sacerdotes principales y por los maestros de la Ley. Me van a matar, pero tres días después resucitaré.»
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- Como Jesús habló tan claramente de su muerte, Pedro lo llevó aparte y lo reprendió por hablar de eso.
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- Pero Jesús se volvió, y frente a todos sus discípulos regañó a Pedro: «¡Pedro, estás hablando como Satanás! ¡Apártate de mí, pues no entiendes los planes de Dios! Te comportas como cualquier ser humano.»
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- Después, Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y les dijo:
«Si ustedes quieren ser mis discípulos, tienen que olvidarse de hacer su propia voluntad. Tienen que estar dispuestos a morir en una cruz y a hacer lo que yo les diga.
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- Porque si sólo les preocupa salvar la vida, la van a perder.
Pero si deciden dar su vida por mí y por anunciar las buenas noticias, entonces se salvarán.
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- De nada sirve que una persona gane todo lo que quiera en el mundo, si al fin de cuentas pierde su vida.
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- Y no hay nada que una persona pueda dar para salvar su vida.
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- »Delante de esta gente malvada que rechaza a Dios, no se avergüencen de mí ni de mis palabras.
Si lo hacen, yo, el Hijo del hombre, me avergonzaré de ustedes cuando venga con el poder de mi Padre y con sus ángeles.»
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