- ¡Queremos estar en el hogar de Dios!
- 1
- Bien sabemos que en este mundo vivimos como en una tienda de campaña, que un día será destruida.
Pero en el cielo tenemos una casa permanente, construida por Dios y no por seres humanos.
- 2-3
- Mientras vivimos en este mundo, suspiramos por la casa donde viviremos para siempre.
Sabemos que, cuando estemos allí, estaremos bien protegidos.
- 4
- Mientras vivimos en esta tienda de campaña, que es nuestro cuerpo, nos sentimos muy tristes y cansados.
Y no es que no queramos morir. Más bien, quisiéramos que nuestros cuerpos fueran transformados, y que lo que ha de morir se cambie por lo que vivirá para siempre.
- 5
- Dios nos preparó para ese cambio y, como prueba de que así lo hará, nos dio el Espíritu Santo.
- 6
- Por eso estamos siempre alegres.
Sabemos que, mientras vivamos en este cuerpo, estaremos lejos del Señor.
- 7
- Pero, aunque no lo podamos ver, confiamos en él.
- 8
- No nos sentimos tristes, aunque preferiríamos dejar este cuerpo para ir a vivir con el Señor.
- 9
- Por eso tratamos de obedecerlo, ya sea en esta vida o en la otra.
- 10
- Porque todos nosotros vamos a tener que presentarnos delante de Cristo, que es nuestro juez.
Él juzgará lo que hicimos mientras vivíamos en este cuerpo, y decidirá si merecemos que nos premie o nos castigue.
¡Seamos amigos de Dios!
- 11
- Nosotros sabemos que hay que obedecer y adorar a Dios.
Por eso tratamos de convencer a los demás para que crean en él. Dios nos conoce muy bien, y espero que también ustedes nos conozcan.
- 12
- No estamos tratando de impresionarlos al hablar bien de nosotros mismos.
Lo que queremos es darles una razón para que se sientan orgullosos de nosotros. Así sabrán cómo responder a los que se creen importantes, y que en realidad no lo son.
- 13
- Si acaso estamos locos, lo estamos por querer servir a Dios.
Y si no lo estamos, es para el bien de ustedes.
- 14
- El amor de Cristo domina nuestras vidas.
Sabemos que él murió por todos y que, por lo tanto, todos hemos muerto.
- 15
- Así que, si Cristo murió por nosotros, ya no debemos vivir más para nosotros mismos, sino para Cristo, que murió y resucitó para darnos vida.
- 16
- A partir de ahora, ya no vamos a valorar a los demás desde el punto de vista humano.
Y aunque antes valorábamos a Cristo de esa manera, ya no seguiremos valorándolo así.
- 17-19
- Ahora que estamos unidos a Cristo, somos una nueva creación.
Dios ya no tiene en cuenta nuestra antigua manera de vivir, sino que nos ha hecho comenzar una vida nueva. Y todo esto viene de Dios. Antes éramos sus enemigos, pero ahora, por medio de Cristo, hemos llegado a ser sus amigos, y nos ha encargado que anunciemos a todo el mundo esta buena noticia: Por medio de Cristo, Dios perdona los pecados y hace las paces con todos.
- 20
- Cristo nos envió para que hablemos de parte suya, y Dios mismo les ruega a ustedes que escuchen nuestro mensaje.
Por eso, de parte de Cristo les pedimos: hagan las paces con Dios.
- 21
- Cristo nunca pecó.
Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio de Cristo.
|