- 1
- »¡Las enseñanzas de Dios
son la sabiduría misma, y durarán para siempre! Si las obedeces, vivirás; si las desobedeces, morirás.
- 2
- »Pueblo de Israel,
¡vuelve a Dios, y acepta su sabiduría! ¡Déjate guiar por su luz!
- 3
- ¡No dejes que otros gocen
de tus privilegios! ¡No pongas tu grandeza en manos de extranjeros!
- 4
- »Los israelitas somos felices,
pues sabemos lo que Dios quiere.»
Mensaje de consuelo
- 5
- «¡Israelitas, pueblo mío,
den rienda suelta a su alegría!
- 6
- Ustedes hicieron enojar a Dios,
pero él no los destruirá. Dios los entregó a sus enemigos, y permitió que los vendieran a otras naciones, pero él no los destruirá.
- 7
- »Ustedes ofrecieron sacrificios
a los demonios, olvidaron a Dios, su creador, y por eso lo hicieron enojar.
- 8
- Se olvidaron del Dios eterno,
que tuvo cuidado de ustedes, y le causaron dolor a Jerusalén, la ciudad que los vio crecer.
- 9
- »Cuando se supo
que Dios iba a castigarlos, Jerusalén dijo: “¡Ciudades vecinas, escuchen: Dios me envió un dolor muy grande!
- 10
- Yo vi cómo el Dios eterno
mandaba presos a mis habitantes.
- 11
- Con alegría los vi crecer,
pero con gran dolor los vi partir.
- 12-13
- Que nadie se alegre al verme
sola y abandonada por todos. Me quedé sin habitantes porque ellos pecaron contra Dios y no obedecieron sus mandamientos. No permitieron que él les enseñara cómo vivir en este mundo.
- 14
- Por eso, ¡vengan ciudades vecinas!
¡Recuerden que el Dios eterno hizo que a mis habitantes se los llevaran prisioneros!
- 15
- ”Dios hizo que viniera de muy lejos
una nación de malvados que hablaba otro idioma, que no respetaba a los ancianos, ni tenía compasión de los niños.
- 16
- Esos malvados me quitaron
a los que yo tanto quería, y me dejaron sola y abandonada.
- 17
- Yo nada puedo hacer
para ayudar a mi pueblo.
- 18
- Dios le envió esos males,
y sólo él puede librarlo de sus enemigos.
- 19
- ”¡Marchen, habitantes míos, marchen!
¡Yo me quedaré sola!
- 20
- Ya he guardado los vestidos de fiesta,
y me he puesto la ropa de luto; cada día de mi vida pediré a Dios por ustedes.
- 21
- ¡Pueblo mío, ten confianza!
Pídele a Dios que te ayude y te libre del poder del enemigo.
- 22
- He esperado mucho tiempo
que el Dios eterno los salve. Y él me dio este consuelo: Me dijo que muy pronto les tendrá compasión y los librará de sus enemigos.
- 23
- ”Cuando salieron de aquí,
los despedí con lágrimas en los ojos; pero cuando Dios me los devuelva, tendré gozo y alegría para siempre.
- 24
- Muy pronto las ciudades vecinas
que los vieron irse presos, verán el poder del Dios eterno que los traerá de vuelta a su tierra.
- 25
- ”¡Pueblo mío, soporta con valor
el castigo que Dios te ha mandado! Tus enemigos te persiguieron, pero pronto serán destruidos, y quedarán bajo tu poder.
- 26
- ”Querido pueblo,
anduviste por lugares peligrosos. El enemigo te arrebató, como el lobo arrebata a las ovejas.
- 27
- ¡No te desanimes, pueblo mío!
Pídele a Dios que te ayude; es verdad que te castigó, pero también te salvará.
- 28
- Pueblo mío, busca a Dios
con la misma insistencia con que te alejaste de él.
- 29
- Es verdad que te castigó,
pero también te regalará salvación y alegría eterna”.»
- 30
- Baruc continuó diciendo:
«¡Ten ánimo, ciudad de Jerusalén! Dios te conoce por nombre, y él mismo te consolará.
- 31
- »¡Qué mal les va a ir
a los que te causaron daño y se alegraron al verte sufrir!
- 32
- ¡Qué mal les va a ir
a las malvadas ciudades que esclavizaron a tus habitantes! »¡Qué mal le va a ir a la ciudad de Babilonia que mantuvo presos a tus habitantes!
- 33
- Así como gritó de alegría
por tu desgracia y caída, así gritará de dolor cuando quede en ruinas.
- 34
- Dios le quitará el orgullo
de ser una ciudad muy importante; su orgullo se convertirá en tristeza.
- 35
- El Dios eterno enviará sobre ella
un fuego que arderá por muchos días, y durante muchos años sólo demonios vivirán en ella.
- 36-37
- »¡Jerusalén,
mira hacia donde sale el sol, y verás con alegría lo que Dios te trae! ¡Mira, ya vuelven tus habitantes, los que un día viste partir! El Dios único los ha reunido; los ha llamado de todas las naciones donde estaban prisioneros. Vienen llenos de felicidad porque han visto el poder de Dios.
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