- Los israelitas destruyen al ejército asirio
- 1-2
- Cuando los soldados que estaban en sus carpas se enteraron de lo que había pasado, sintieron tanto miedo que salieron huyendo.
Corrían como locos, atropellándose unos a otros. Nadie esperaba a su compañero, sino que cada uno tomaba el primer camino que encontraba. Corrían desesperados y en total desorden por el valle y por los caminos de la montaña.
- 3
- Los soldados que vigilaban los alrededores de Betulia, también huyeron llenos de miedo.
Entonces los soldados israelitas salieron a perseguirlos.
- 4
- Ozías envió mensajeros por las ciudades de Cobá, Bebai, Colá y Betomestaim, y por toda la región montañosa de Israel.
Ellos contaron lo que había sucedido, y pidieron a sus compatriotas que salieran para terminar de destruir al ejército enemigo.
- 5
- Cuando los israelitas recibieron la noticia, salieron a atacar a los asirios.
Los persiguieron hasta Hobá, y allí los derrotaron. También los que vivían en Jerusalén y en la región montañosa se unieron a la batalla. Los israelitas de Galaad y de Galilea mataron a muchos asirios que habían llegado hasta Damasco y sus alrededores.
- 6
- Los demás habitantes de Betulia, es decir, los que no habían salido a pelear, fueron al campamento asirio y se llevaron muchos objetos de valor que habían quedado allí.
- 7
- Luego vinieron los soldados que habían salido a pelear contra los asirios, y terminaron de llevarse lo que los asirios habían dejado abandonado.
Hasta la gente que vivía en la región montañosa y en la llanura se quedó con algo.
- 8
- Joaquín, que era el jefe de los sacerdotes, fue a Betulia para conocer los detalles de lo que Dios había hecho a favor de Israel.
Los jefes de Israel que vivían en Jerusalén lo acompañaron.
- 9
- Cuando vieron a Judit, la felicitaron con estas palabras:
«¡Tú eres el gran tesoro de Jerusalén! ¡Eres lo más valioso de Israel! ¡Eres el orgullo de tu pueblo!
- 10
- »Tú llevaste a cabo todo esto,
y le hiciste un gran favor a Israel. Dios está feliz por lo que has hecho. ¡Que el Dios todopoderoso te bendiga siempre!» A esta alabanza el pueblo respondió: «¡Amén!»
- 11
- Durante todo un mes los israelitas se dedicaron a sacar objetos del campamento asirio.
A Judit le dieron la carpa de Holofernes y todo lo que había en ella: la vajilla de plata, las camas, los vasos y los utensilios de uso diario. Todo esto Judit lo cargó sobre sus carretas y sobre su mula.
Judit es aclamada
- 12
- Todas las mujeres israelitas fueron a ver a Judit, para felicitarla y bailar en su honor.
Entonces Judit tomó flores y se las dio a las mujeres que la acompañaban.
- 13
- Ellas hicieron diademas con ramos de olivo, y se las pusieron sobre la cabeza.
Al frente de todo el pueblo iba Judit, dirigiendo el baile de las mujeres. Detrás de ellas iban los hombres luciendo coronas en su cabeza, y portando sus armas. Todos, hombres y mujeres, iban cantando himnos de alabanza.
El canto de Judit
- 14
- Entonces Judit y todos los israelitas entonaron a coro este canto de alabanza:
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