- 1
- »Ciudad de Jerusalén,
quítate esa ropa de luto; aleja tu tristeza y amargura. ¡Vístete para siempre con el poder que Dios te da!
- 2
- Que la justicia de Dios
te cubra como un manto, y que el poder de Dios sea la corona de tu cabeza.
- 3
- Dios mismo mostrará
tu grandeza y esplendor, y todo el mundo lo verá.
- 4
- Dios te dará un nuevo nombre,
y para siempre te llamarán: “Paz en la justicia, y poder en el servicio”.
- 5
- »Jerusalén, ponte de pie,
sube a la colina más alta, mira hacia donde sale el sol, y contempla a tus habitantes. El Dios todopoderoso los ha reunido y llamado de todas las naciones del mundo. Vienen llenos de alegría, porque Dios les ha dado libertad.
- 6
- »Sus enemigos los tomaron presos,
y se los llevaron a pie; pero Dios traerá a tus habitantes en carruajes de reyes.
- 7
- Dios mismo ha dado la orden
de aplanar montañas y colinas, y de rellenar todos los valles, hasta que la tierra quede pareja. Así tus habitantes, guiados por Dios mismo, no encontrarán ningún tropiezo.
- 8
- Dios también ha ordenado
que los árboles aromáticos den su sombra a los israelitas.
- 9
- Dios guiará a su pueblo con alegría,
y los protegerá con su poder, con su amor y su justicia».
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