- La oración de Judit
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- Ese mismo día por la tarde, Judit se arrodilló, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente y se echó ceniza en la cabeza.
Luego se quitó el manto y dejó a la vista la ropa áspera que llevaba puesta. Era la hora en que se quemaba incienso en el templo de Jerusalén, y en ese preciso momento Judit oró a Dios así:
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- «¡Dios mío!
¡Dios de mi antepasado Simeón! Tú dejaste que él tomara venganza de los extranjeros que violaron a Dina. Ellos no obedecieron tu ley, sino que la ofendieron al desnudarla para violarla.
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- »Ellos forzaron a Dina y la violaron;
por esa maldad encontraron la muerte allí donde la deshonraron. Luego tú, mi Dios, hiciste que mataran a los jefes de esos extranjeros. »Tú destruiste a esa gente junto con sus esclavos; ¡los poderosos murieron sobre sus tronos!
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- Tú escuchaste la oración
de los hermanos de Dina; tú respondiste al horror que sintieron cuando vieron violada a su hermana. Tú les permitiste que se robaran a las mujeres de esos malvados. Hiciste que las hijas de esos extranjeros fueran hechas prisioneras. Tú les entregaste a los hermanos de Dina las pertenencias de esos malvados. »¡Dios mío, escucha mi oración! ¡Es la oración de una viuda!
- 5
- Tú eres el dueño del pasado,
del presente y del futuro. Tú decides todo lo que pasa. ¡Nada sucede sin tu permiso!
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- Sólo tienes que pensarlo,
y ya se convierte en realidad. Todo lo tienes planeado, y tus decisiones son bien pensadas.
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- »¡Dios mío,
mira qué poderosos se creen esos asirios! Están muy confiados en su caballería, y presumen del valor de sus soldados. Confían en que sus armas bastarán para vencernos. ¡No reconocen que eres tú quien gana todas las batallas!
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- »Tu nombre es Rey del universo;
¡usa tu poder y déjalos sin fuerza! ¡Enójate con ellos y acaba con su orgullo! ¡Ellos no respetan la belleza de tu casa! Quieren destruir tu templo; quieren destruir tu altar.
- 9
- ¡Mira qué orgullosos son!
¡Manda tu castigo sobre ellos! »Yo no soy más que una viuda; ¡dame fuerzas para llevar a cabo mi plan!
- 10
- Déjame engañarlos con mis palabras
y castigar de un solo golpe al amo y al esclavo. ¡Déjame ser el instrumento que los derrote y acabe con su orgullo!
- 11
- »Tu poder no radica
en los grandes ejércitos; tu fuerza no depende de los bravos soldados. Tú eres el Dios de los humildes, defensor de los débiles, protector de los indefensos. Tú cuidas de los abandonados y salvas a los que no tienen esperanza.
- 12
- »¡Dios de mi padre y de mi pueblo!
¡Dios del cielo y de la tierra! Creador de los mares y rey de toda la creación, ¡escucha mi ruego!
- 13
- Déjame engañar y herir de muerte
a los que buscan dañar a Israel, a los que quieren derribar tu templo, a los que piensan destruir Jerusalén, ciudad que pertenece a tu pueblo.
- 14
- Haz que todas las naciones de la tierra
reconozcan que sólo tú eres el Dios verdadero, eres el Dios todopoderoso, ¡eres el único protector de Israel!»
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