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- La guerra entre las familias de Saúl y de David duró mucho tiempo, y David iba ganando más poder, mientras que la familia de Saúl se debilitaba.
La familia de David (1 Cr 3.1-9)
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- En Hebrón, David tuvo seis hijos en este orden:
Con Ahinóam, su esposa de Jezreel, tuvo a Amnón. Con Abigail, la viuda de Nabal, tuvo a Quilab. Con Maacá, la hija de Talmai, rey de Guesur, tuvo a Absalón. Con Haguit tuvo a Adonías. Con Abital tuvo a Sefatías. Con Egla tuvo a Itream.
Abner se une a David
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- Como la guerra continuaba entre los seguidores de Saúl y los de David, Abner fue ganando poder sobre la familia de Saúl.
Hasta llegó a tener relaciones sexuales con Rispá hija de Aiá, que había sido mujer de Saúl. Pero Is-bóset le reclamó: —¿Por qué te acostaste con la mujer de mi padre?
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- Abner se enojó tanto que le dijo a Is-bóset:
—¿Y cómo te atreves a reclamarme? ¿Qué te crees que soy yo? ¿Un simple perro, al que no se le da nada por sus servicios? »Yo le he servido fielmente a toda la familia de Saúl, y también a sus hermanos y amigos. ¡A ti mismo te he cuidado, para que David no te atrapara!
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- Pues ahora, ¡que Dios me castigue duramente si no hago que se cumpla la promesa de Dios a David! Porque Dios le prometió
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- que le daría el reino de Saúl, y que lo haría rey de todo Israel y de Judá, desde Dan en la frontera norte, hasta Beerseba en la frontera sur.
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- Is-bóset se quedó callado, pues le tenía mucho miedo a Abner.
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- Luego Abner mandó unos mensajeros a Hebrón, para que le dijeran a David: «Haz un pacto conmigo, y yo te ayudaré a que seas rey de todo Israel».
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- David le contestó: «Me parece bien.
Haré un pacto contigo, pero con la condición de que, cuando vengas, me traigas a Mical, la hija de Saúl».
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- Al mismo tiempo, David le envió a Is-bóset este mensaje: «Devuélveme a mi esposa Mical, pues yo se la compré a tu padre.
El precio que pagué por ella fueron los cien filisteos que maté».
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- Como Mical vivía con Paltiel hijo de Lais, Is-bóset mandó que se la quitaran.
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- Pero Paltiel se fue llorando tras ella, hasta que llegaron a un pueblo llamado Bahurim.
Allí Abner le dijo: «¡Ya basta de lloriqueos! ¡Vuelve a tu casa!» Y Paltiel regresó.
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- Luego Abner envió este mensaje a los jefes de Israel:
«Durante mucho tiempo ustedes han querido que David sea su rey.
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- ¡El momento ha llegado! Recuerden que Dios le prometió a David que por medio de él libraría a Israel de los filisteos y de todos sus enemigos».
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- Abner habló también con la gente de Benjamín, y él mismo fue a Hebrón con veinte hombres, y le contó a David que todos en Israel y Benjamín estaban dispuestos a reconocerlo como rey.
David hizo entonces una fiesta para Abner y sus soldados,
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- y durante la fiesta Abner le dijo: «Su Majestad, permítame reunir a todos los israelitas para que hagan un pacto con usted, y así usted pueda ser su rey».
Joab mata a Abner
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- David se lo permitió, y Abner salió de Hebrón.
En ese momento llegaron Joab y los soldados de David. Venían de una batalla, y traían muchas riquezas que les habían quitado a sus enemigos. Cuando Joab supo que Abner había estado hablando con David, y que David lo había dejado irse tranquilamente,
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- fue a verlo y le dijo:
«¡Pero qué ha hecho Su Majestad! ¿Cómo pudo usted dejar que Abner se fuera tan tranquilo?
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- Usted sabe que todo lo que Abner le ha dicho es mentira;
él sólo ha venido a espiar».
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- En cuanto Joab salió de hablar con David, mandó a decirle a Abner que regresara, pero sin decírselo a David.
Abner ya había llegado al pozo de Sirá, pero regresó a Hebrón. Tan pronto como llegó a la entrada de la ciudad, Joab lo llevó aparte, como si quisiera decirle algo a solas, y le clavó un cuchillo en el estómago. Así fue como Joab y su hermano Abisai se desquitaron de la muerte de su hermano Asael en la batalla de Gabaón. Cuando David supo lo que había pasado, dijo: «Juro por Dios que ni yo ni mi gente tenemos la culpa de la muerte de Abner. Que Dios castigue a Joab y a toda su familia. Que entre ellos siempre haya enfermos. Que la piel se les pudra y sus heridas no se cierren. Que haya entre ellos cojos, y que se mueran de hambre o que los maten en la guerra».
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- Luego David les dijo a Joab y a todos los que estaban con él: «En señal de tristeza, rompan la ropa que llevan puesta y vístanse con ropas ásperas, y lloren por Abner».
Abner fue enterrado en Hebrón. El día que lo enterraron, el rey David iba adelante del grupo. Toda la gente lloraba mucho, y también el rey lloraba sin consuelo ante la tumba de Abner. Y decía: «¡Abner no merecía morir así! ¡Bien pudo haber escapado! ¡También pudo haberse defendido! En cambio, ¡murió asesinado!» La gente no dejaba de llorar,
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- y todo el día le insistieron a David que comiera algo.
Pero David les respondía: «No comeré nada antes de que anochezca. Que Dios me castigue muy duramente si lo hago».
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- Esto que dijo el rey le pareció bien a la gente, ya que todo lo que David hacía les agradaba.
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- La gente se dio cuenta de que el rey no era culpable de la muerte de Abner.
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- Luego el rey les dijo a sus oficiales: «¿Se dan cuenta de que hoy ha muerto en Israel un gran hombre?
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- ¿De qué me sirve ser el rey, si no pude evitar que Joab y Abisai lo mataran? ¡Que Dios les dé su merecido por la maldad que cometieron!»
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