- Cómo participar en las reuniones de la iglesia
- 1
- Así que sigan mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo.
- 2
- Los felicito, porque ustedes siempre se acuerdan de mí y obedecen mis enseñanzas.
- 3
- Ahora quiero que sepan esto: Cristo es el origen del varón, el varón es el origen de la mujer y Dios es el origen de Cristo.
- 4
- Si el hombre ora a Dios, o habla en su nombre, con la cabeza cubierta, le falta el respeto a Cristo.
- 5
- Y si la mujer ora a Dios, o habla en su nombre, sin cubrirse la cabeza, le falta el respeto al hombre.
Es lo mismo que si se afeitara la cabeza.
- 6
- Si la mujer no quiere cubrirse la cabeza, entonces que se la afeite.
Pero si le da vergüenza afeitársela, entonces que se la cubra.
- 7
- El hombre no debe cubrirse la cabeza, pues refleja la grandeza de Dios.
La mujer, por su parte, refleja la grandeza del hombre.
- 8
- Porque Dios no sacó de la mujer al hombre, sino que del hombre sacó a la mujer.
- 9
- Y no creó Dios al hombre por causa de la mujer, sino a la mujer por causa del hombre.
- 10
- Por eso, la mujer debe ejercer control sobre su cabeza, para respeto a los ángeles.
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- Sin embargo, para nosotros los cristianos, ni la mujer existe sin el hombre, ni el hombre existe sin la mujer.
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- Es verdad que a la primera mujer Dios la sacó del primer hombre, pero también es verdad que ahora todos los hombres nacen de una mujer.
Pero tanto el hombre como la mujer, y todo lo que existe, han sido creados por Dios.
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- Piensen ustedes mismos si está bien que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta.
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- Según nuestras costumbres, es una vergüenza que el hombre se deje crecer el cabello,
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- pero no lo es que la mujer se lo deje crecer.
Y es que Dios le dio el cabello largo para que se cubra la cabeza.
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- En todo caso, si alguien no está de acuerdo con esto y quiere discutirlo, le digo que ni nosotros ni las iglesias de Dios conocemos otra forma de actuar.
La Cena del Señor
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- Hay algo de lo que no puedo felicitarlos, y son las reuniones que ustedes tienen.
En vez de serles de ayuda, los perjudican.
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- Para empezar, me han dicho que, cuando ustedes se reúnen como iglesia, no se llevan bien, sino que se dividen en grupos y se pelean entre sí.
Yo creo que en esto hay algo de verdad.
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- En realidad, todo esto tiene que pasar para que se vea quiénes son los verdaderos seguidores de Cristo.
- 20-21
- Según entiendo, cuando ustedes se reúnen, cada uno se apura a comer su propia comida y no espera a los demás.
Así resulta que algunos se quedan con hambre, mientras que otros se emborrachan. ¡Y eso ya no es participar en la Cena del Señor!
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- Más bien, eso es una falta de respeto a la iglesia de Dios, y es poner en vergüenza a los pobres.
Si lo que quieren es comer y emborracharse, ¡mejor quédense en sus casas! ¿O esperan acaso que los felicite? ¡Pues no hay razón para felicitarlos!
- 23
- Lo que el Señor Jesucristo me enseñó, es lo mismo que yo les he enseñado a ustedes: La noche en que el Señor Jesús fue traicionado, tomó en sus manos pan,
- 24
- dio gracias a Dios, lo partió en pedazos y dijo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado en favor de ustedes.
Cuando coman de este pan, acuérdense de mí.»
- 25
- Después de cenar, Jesús tomó en sus manos la copa y dijo: «Esta copa de vino es mi sangre.
Con ella, Dios hace un nuevo compromiso con ustedes. Cada vez que beban de esta copa, acuérdense de mí.»
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- Así que, cada vez que ustedes comen de ese pan, o beben de esa copa, anuncian la muerte del Señor Jesús hasta el día en que él vuelva.
Cómo participar en la Cena del Señor
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- Por eso, si una persona come del pan o bebe de la copa del Señor Jesucristo sin darle la debida importancia, peca en contra del cuerpo y de la sangre de Jesucristo.
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- Por lo tanto, antes de comer del pan y beber de la copa, cada uno debe preguntarse si está actuando bien o mal.
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- Porque Dios va a castigar al que coma del pan y beba de la copa sin darse cuenta de que se trata del cuerpo de Cristo.
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- Por eso algunos de ustedes están débiles o enfermos, y otros ya han muerto.
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- El Señor Jesucristo se fija en nuestra conducta.
Él nos corrige para que aprendamos, y para que así no tengamos que ser castigados junto con la gente de este mundo que no cree en él. Si pensamos bien lo que hacemos, no seremos castigados.
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- Por eso, hermanos míos, cuando se junten para comer, esperen a que todos estén reunidos.
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- Si alguno tiene hambre, es mejor que coma en su casa.
Así Dios no tendrá que castigarlos por su comportamiento en las reuniones. En cuanto a las otras preguntas que me hicieron, ya les daré instrucciones cuando vaya a visitarlos.
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