- Dios hace un compromiso con Abram
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- Después de esto, Dios se le apareció a Abram en una visión, y le dijo:
—Abram, no tengas miedo. Yo soy quien te protege. Voy a darte muchas riquezas.
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- Abram le contestó:
—¡Dios y Rey mío! ¿Y para qué me vas a dar riquezas si no tengo hijos? Cuando me muera, ese extranjero que tengo por esclavo va a quedarse con todo lo que es mío. Pero Dios le aseguró: —Tu heredero será un hijo tuyo, y no tu esclavo Eliézer.
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- Luego lo llevó afuera y le dijo:
—Mira el cielo y sus muchas estrellas. ¿Verdad que no puedes contarlas? ¡Pues tampoco será posible contar a tus descendientes!
- 6-7
- Abram confió en la promesa de Dios, y por eso Dios lo aceptó y le dijo:
—Yo soy tu Dios, y tú eres mío porque confías en mí. Yo te saqué de Ur de los caldeos, para entregarte esta tierra.
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- Abram le respondió:
—¡Dios y Rey mío! ¿Cómo puedo estar seguro de que me la darás?
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- Entonces Dios le dijo:
—Para cerrar el trato, trae una vaca, una cabra y un carnero, de tres años cada uno. Y trae también una paloma y una tortolita.
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- Abram le llevó a Dios todos estos animales y los partió por la mitad, pero a las aves las dejó enteras.
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- Los buitres se lanzaban sobre los cadáveres, pero Abram los espantaba.
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- Cuando el sol comenzaba a ocultarse, Abram sintió mucho sueño, y se vio rodeado de una gran oscuridad.
Eso le dio mucho miedo,
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- pero Dios le dijo:
«Quiero que sepas que tus descendientes irán a vivir a un país extranjero. Allí los harán trabajar como esclavos, y los maltratarán durante cuatrocientos años.
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- Sin embargo, yo castigaré a ese país, y haré que tus descendientes salgan de allí con grandes riquezas.
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- Tú tendrás una vejez tranquila y morirás en paz, y serás sepultado junto con tus antepasados.
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- Pero al fin de esos cuatrocientos años, tus descendientes podrán volver a este país, pues los amorreos que ahora lo ocupan son tan malvados que en ese tiempo los expulsaré».
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- Cuando el sol se ocultó y se hizo de noche, apareció un horno humeante, y también una antorcha de fuego, que pasó entre las mitades de los animales.
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- Ese día, Dios hizo un compromiso con Abram, y le dijo:
«Yo les daré a tus descendientes la tierra que va desde el río de Egipto hasta el río Éufrates.
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- Es la tierra donde ahora viven los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos,
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- los hititas, los ferezeos, los refaítas,
- 21
- los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos».
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